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México D.F. Domingo 28 de diciembre de 2003
Antonio Gershenson
El recorte al Distrito Federal
Creo que es muy claro que el recorte del techo de deuda pública al Gobierno del Distrito Federal (GDF), de 2 mil 500 millones de pesos solicitados a la quinta parte de esta cantidad, 500 millones, es una maniobra que intenta hacer más difícil el trabajo de este gobierno, y afectar a la entidad en su conjunto. Esto tiene el propósito de debilitar la posible candidatura del titular del gobierno capitalino para las elecciones de 2006. En el caso del PAN, no sólo ha bajado en sus votaciones en la mayoría de los procesos electorales recientes, sino que no se ve siquiera quién podría ser su candidato con presencia o con fuerza. En cuanto al PRI, las divisiones son notorias y tampoco se ve quién pueda llegar a ser un candidato fuerte. A pesar del citado recorte, considero que el objetivo de debilitar la candidatura de López Obrador no será logrado, por varias razones.
Una de ellas es que el monto recortado, si bien es 80 por ciento del techo de deuda solicitado, en comparación con un presupuesto que será del orden de 70 mil millones de pesos, es de alrededor de 3 por ciento. Se habla de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal habría subsanado buena parte de los efectos de este recorte; si esto subsiste, el faltante sería del orden de uno por ciento del presupuesto. Las posibilidades de hacer frente a uno u otro faltantes son muchas. Algunas han sido ya anunciadas, sin contar los posibles cambios en el Senado, y entre ellas están:
Mejoramiento de la recaudación. Una de las razones de que no se pagaran, por ejemplo, el agua o el impuesto predial, que para la mayoría de la gente representan cantidades de dinero relativamente menores, eran las colas en la Tesorería. Primero se abrió la posibilidad de pagar en los bancos. Ahora, en numerosos centros comerciales. Ya ni siquiera hay que ir a hacer cola al banco; se combinan las compras de la semana o del día con el pago, por ejemplo, de los 20 o 30 pesos del recibo bimestral del agua.
Uso cada vez más eficiente de los recursos. Se busca, en los diferentes niveles, lograr más con menos dinero, ingeniándose para lograrlo en las diferentes condiciones de cada ámbito del gobierno, y
Continuación del combate a la corrupción, el cual ya ha permitido "tapar coladeras" por las que fluían recursos públicos hacia bolsillos privados por medios ilegítimos e ilegales.
Yo agrego aquí otra sugerencia. Las encuestas han mostrado una creciente aceptación de la actuación del jefe del Gobierno del Distrito Federal. Cabe, ante los intentos de sabotear su gestión, recurrir al apoyo del público para el ejercicio presupuestal, bajo reglas muy claras y rigurosas que den a los que aporten recursos la seguridad de que éstos serán empleados en los proyectos y programas anunciados. Ya cuando la expropiación petrolera tuvimos una experiencia similar, en la que la población no sólo aportó dinero, sino gallinas y otros bienes. Esto, además de su aspecto económico, revertiría el daño político que intentan causar quienes votaron por este recorte al Distrito Federal.
Conviene recordar aquí que no es el primer intento en este sentido. Hace aproximadamente un año, los grupos parlamentarios del PRI y del PAN en la Asamblea Legislativa, que conjuntamente formaban mayoría, acordaron una serie de restricciones al manejo presupuestal del año que ahora termina, así como recortes, con el mismo propósito de sabotear el trabajo del GDF. A estas alturas es obvio que no sólo fracasó el intento de frenar obras y mejoras, sino que la aprobación del titular de esta dependencia agredida, en las encuestas y por medio del voto en julio pasado, fue muy elevada, mayor que antes de estas agresiones. A algo similar apunta la actual situación.
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