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México D.F. Domingo 28 de diciembre de 2003
UNA SESION ILUSTRATIVA
La
sesión del pleno de la Cámara de Senadores realizada ayer,
en la que se debatió en torno al dictamen fiscal enviado por los
diputados al Senado para su revisión, constituyó -más
allá del resultado de los trabajos estrictamente legislativos- un
compendio ilustrativo de las posiciones, conflictos, lastres, errores y
vicios que han caracterizado la vida política del país en
los meses recientes.
En primer término, ha de destacarse la tercera
derrota consecutiva de la empecinada pretensión del presidente Vicente
Fox y del Partido Acción Nacional de ampliar el IVA a alimentos
y medicinas. La propuesta de último momento formulada por el senador
blanquiazul Fauzi Hamdan, que implicaba aplicar un impuesto de 2
por ciento a los productos básicos arriba citados, fue desechada
por la mayoría de los senadores. Este rechazo, como en las anteriores
ocasiones, tuvo como fundamento el carácter antipopular de tal impuesto,
que sangra a los que menos tienen y no se ajusta a los imperativos legales
de equidad y proporcionalidad tributarias. Pero, además, la propuesta
de Hamdan no fue considerada en el Senado porque, de haberlo hecho, se
habrían violentado las disposiciones constitucionales que confieren
a la Cámara de Diputados, y no a la de Senadores, la facultad de
proponer la creación de nuevos gravámenes.
Pero en el Senado se discutieron también ayer -por
momentos en forma ríspida- algunos de los puntos medulares de las
recientes tensiones entre el Congreso y el Ejecutivo federal. Tal es el
caso de las descalificaciones emitidas por el presidente Fox contra las
mayorías legislativas que rechazaron sus propuestas fiscales, las
cuales constituyeron una campaña inaceptable de hostigamiento contra
el Congreso de la Unión y revelaron la falta de voluntad política
del Ejecutivo para atender, comprender y legitimar otros planteamientos
distintos a los suyos, incluso cuando éstos fueron avalados por
la mayoría de los integrantes de la representación popular
que es el Congreso de la Unión.
Con todo, más allá de las disputas entre
políticos individuales, fracciones partidistas o grupos parlamentarios,
lo cierto es que -a la fecha- las propuestas del presidente Fox en materia
fiscal y energética, por sólo citar dos casos, no han concitado
los consensos necesarios para lograr su validación legislativa.
Esto ha sido así porque, en su esencia, atentan contra la legalidad,
la historia y el bienestar de los mexicanos. La falta de una reforma energética
se debe al empecinamiento foxista en modificar la Constitución para
entregar el patrimonio público a las grandes trasnacionales y erosionar
con ello a Pemex y la CFE. La inexistencia de una reforma fiscal integral,
o al menos de una miscelánea más racional y efectiva para
propiciar el desarrollo nacional, ampliar la recaudación y reducir
la evasión, tiene su origen, en buena medida, en la obstinación
presidencial por ampliar la aplicación del IVA, ya sea explícitamente
o por vías laterales, como fue el caso del frustrado IPI y sus diversas
expresiones. Mientras el gobierno federal persista en su pretensión
de ajustar las leyes para beneficio del gran capital trasnacional y en
detrimento del patrimonio de la gran mayoría de los mexicanos, sus
propuestas continuarán siendo rechazadas, al menos en el actual
contexto político.
Por otro lado, resulta reprochable que, a pesar del entendimiento
logrado entre el PRI y el PRD para ampliar el techo de endeudamiento
del Gobierno del Distrito Federal, la fracción priísta en
el Senado no haya respetado tal acuerdo, presumiblemente para no romper
su alianza con el Partido Verde Ecologista de México. Así
las cosas, parece claro que la mayoría priísta en el Senado
ha considerado que es con los verdes y no con el PRD con quien debe tejer
sus acuerdos legislativos. Sin embargo, la determinación priísta
de mantener severamente acotadas las posibilidades de endeudamiento del
Gobierno del Distrito Federal tiene un claro tinte político que
afecta a los ciudadanos capitalinos fundamentalmente.
Las determinaciones tomadas ayer por el Senado presentaron
evidentes claroscuros. El rechazo al IVA y a sus efectos depredadores del
tejido social es, sin duda, un dato auspicioso. En cambio, la ruptura priísta
de los acuerdos en materia de endeudamiento del DF parece dirigida específicamente
contra Andrés Manuel López Obrador y pone en riesgo las oportunidades
de desarrollo de los habitantes de la capital del país. Por ende,
la pasada sesión de la Cámara de Senadores fue una clara
muestra de las virtudes y miserias de la presente vida partidista y legislativa.
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