México D.F. Lunes 12 de enero de 2004
En las próximas horas se definirá el futuro de Carlos Flores ante la organización
No descarta Derbez que el embajador de México ante la OCDE despilfarre fondos
Compró una casa de un millón 168 mil 500 euros que podría ser demolida
ROSA E. VARGAS Y ROBERTO GONZALEZ A. ENVIADOS
Monterrey, NL, 11 de enero. El canciller Luis Ernesto Derbez aseguró que no existe malversación de fondos en el caso del despilfarro en que ha caído durante su estancia en París, Francia, el embajador de México ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Carlos Flores. Sin embargo, no negó que en la conducta del funcionario exista dispendio y derroche.
Al concluir un encuentro de algunos cancilleres, embajadores y altos mandos de la Organización de Estados Americanos con representantes de agrupaciones de la sociedad civil, cuando ya apresuraba su salida, Derbez Bautista fue interrogado sobre el tema.
-ƑQué nos puede decir del caso del embajador ante la OCDE, de su dispendio, derroche, malversación? -se le preguntó.
-No, no, eso último no es cierto -aseguró, y no permitió ninguna réplica.
Pero aquí, en Monterrey, cuando se busca que no haya otro asunto que desvíe la atención de los trabajos en torno a la Cumbre Extraordinaria de las Américas, el affaire del flamante embajador Flores no se soslaya y hoy se insistió en que de un momento a otro podría definirse su futuro como representante del gobierno mexicano ante un organismo de membresía selectiva, el cual, paradójicamente en este caso, dedica gran parte de sus tareas a señalar los efectos negativos del fenómeno de la corrupción.
De este modo, hasta ahora no hay nadie que pueda encontrar fundamento ético a la conducta de un funcionario que, no obstante haber conocido de cerca los apremios financieros del gobierno federal, decidió gastar un millón 168 mil 500 euros en una casa que inclusive está en riesgo de ser demolida, pero que tiene, entre otras, la ventaja para él de estar ubicada a cinco minutos de la escuela de sus hijos.
Tampoco se explica la compra de cuatro autos Volvo, por unos 250 mil dólares, y que haya pedido presupuesto para instalar en sus oficinas de París una réplica del tablero de control (sala de cómputo) que el presidente Vicente Fox tiene en Los Pinos.
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