Ofrecen colaborar con personal capacitado en la realización de peritajes

Acusan disidentes al gremio de Espino de manipular intereses en agravio del Metro

Responsabilizan al líder de afectar el servicio para recuperar prebendas y privilegios

MIRNA SERVIN VEGA

Integrantes del Sindicato Unico de Trabajadores Democráticos (Sutrad) del Sistema de Transporte Colectivo-Metro (STC) acusaron al Sindicato Nacional de Trabajadores del Metro, dirigido por Fernando Espino Arévalo, de "manipular intereses" para que se lleven a cabo acciones de sabotaje en contra de las instalaciones del Metro, como el ocurrido la semana pasada en la línea 7.

María del Carmen Servín López, secretaria general del Sutrad, ofreció colaborar con las autoridades con personal capacitado para llevar a cabo los peritajes y acusó a Espino Arévalo de no apoyar a los trabajadores que representa, ya que por una parte votó como diputado por el recorte del techo de endeudamiento del Gobierno del Distrito Federal, y por otra parte solicita mayor presupuesto.

"El enfrentamiento político económico entre las autoridades de la ciudad de México y el sindicato que lidera Fernando Espino afecta en forma negativa a los trabajadores y genera altos riesgos a la seguridad de la ciudadanía", expresó la dirigente sindical.

En representación de su grupo de agremiados, Servín López también llamó a las autoridades a hacer una revisión de las instalaciones y trabajos de prevención y mantenimiento correctivo, particularmente en la línea 4, "que no ha recibido ningún tipo de atención desde su puesta en marcha".

Asimismo advirtió que no se descarta la posibilidad de que vuelvan a ocurrir incidentes que provoquen la suspensión del servicio, por lo que llamó a las autoridades capitalinas a investigar a fondo y estar alertas ante cualquier eventualidad.

La secretaria general del Sutrad narró que durante 2003 se presentaron por lo menos cinco percances graves provocados que afectaron el funcionamiento del Metro, como la instalación de vehículos auxiliares en las vías, que al ser electrizadas provocaron un cortocircuito de gran magnitud, así como la colocación de piedras sobre las vías que impidieron el cambio adecuado de la dirección de los carriles, entre otros sucesos.

De igual manera, acusaron a Fernando Espino de la suspensión del servicio durante 2002 y distintos actos de sabotaje, como forma de presión a la dirección de la empresa para que le restituya prebendas y privilegios.