México D.F. Lunes 12 de enero de 2004
APRENDER A MORIR
Hernán González G.
Una carta de Bélgica
DE GANTE ESCRIBE la tanatóloga y maestra en lenguas Martha Laudate, a propósito de algunas preguntas surgidas en un seminario de bioética realizado allí hace algunos meses.
"HARA UNOS TRES años, la llamada eutanasia voluntaria adquirió estatus legal en Bélgica mediante un contexto de despenalización de esta práctica y con el establecimiento de garantías legales indispensables que impiden la persecución a los médicos que la practican, una vez que se han cubierto una serie de requisitos establecidos en la ley.
"PARENTESIS NECESARIO: si desde un principio se hubiera evitado la palabra eutanasia -con amedrentadoras connotaciones nazis- para designar la muerte digna, probablemente habría habido menos reparos y oposición por parte de partidos políticos, legisladores y ciudadanos a la revisión del acto y las condiciones éticas del morir.
"AHORA, ESTA LEGISLACION vino a conformar lo que buen número de médicos venían haciendo hace tiempo, en el sentido de ya no persistir en un falso profesionalismo, cuando objetivamente se concluía que no había esperanza para el paciente, no digamos de sanar sino siquiera de mejorar, y sí de empeorar su ya reducida calidad de vida.
"LOS PLANES DE estudio de las escuelas de medicina continúan sin revisar conceptos arcaicos en torno a la vida y a la muerte, concebidos todavía como opuestos y no como unidad indivisible. Más que enseñar a aliviar el dolor se pretende preservar un concepto sacralizado pero obsoleto de la vida, a la vez que considerar a la muerte 'enemiga' del buen ejercicio médico.
"POR OTRA PARTE, aunque Bélgica es esencialmente católica, a lo sumo 10 por ciento de la población asiste a misa, la Iglesia continúa detentando un poder fuera de toda proporción. De otro modo hace muchos años habríamos contado con una ley en favor de la muerte digna.
"LA MULTICITADA LEY es resultado de la movilización de diferentes sectores de la sociedad belga. Ha sido, valga la paradoja, un movimiento vital en favor de la muerte digna, y ha sido, también, el abierto rechazo a tantos siglos de imposición de verdades supuestamente absolutas.
"CLARO QUE ESTE afán vitalista demagógico se ha visto perjudicado en el aspecto financiero, así como en la pérdida de poder e influencia de eclesiásticos y médicos, demasiado entusiasmados con 'salvar vidas' a cambio de cuotas y gastos considerables a fieles y pacientes. Pero lo anterior no resta fuerza, verdad y conciencia social al movimiento pro derecho a morir dignamente.
"LOS ABUSOS SON el antecedente histórico de las buenas legislaciones y éstas la condición para un estado de derecho perfectible, menos inequitativo y más humano, que incluso rechace el sufrimiento como forma de santificación."
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