El mal provoca gran parte de la deserción escolar en el país, afirma Regina Ferrari

En México 1.5 millones de niños, con déficit de atención, revela experta

El trastorno lleva a problemas académicos, sociales y económicos, asegura Silvia Ortiz

KARINA AVILES

Cada año, el sistema de educación primaria y secundaria del país pierde más de 2 millones y medio de estudiantes, muchos de los cuales desertan por padecer el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), advirtió la sicóloga Regina Ferrari, presidenta de la Sociedad Mexicana de Déficit de Atención e Hiperactividad.

Apuntó que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), 15 millones de niños están inscritos en primaria. Anualmente salen unos 250 mil y reprueban alrededor de 900 mil. En secundaria, de una matrícula de cinco millones y medio de alumnos deserta casi medio millón y reprueba más de un millón de adolescentes.

Lo anterior significa que cada año el nivel básico pierde 2 millones 659 mil niños. Las razones son multifactoriales, pero gran cantidad deserta o reprueba por padecer TDAH, expresó.

Indicó que en México la mayoría de las personas que sufren dicho trastorno no han sido diagnosticadas. Sin embargo, es urgente atender esta problemática por el alto impacto que tiene en la sociedad.

Al respecto, la coordinadora del Programa de Salud Mental del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, Silvia Ortiz León, advirtió que el TDAH en niños y adolescentes provoca serios problemas sociales, económicos y académicos.

En México, alrededor de un millón y medio de menores de 18 años lo padece; sin embargo, la cifra puede llegar hasta los 2.5 millones si se suma el número de adultos con este trastorno. Por ello, subrayó, es importante el diagnóstico clínico temprano, el tratamiento farmacológico.

El TDAH, explicó, se clasifica en tres grupos: el de inatención, el hiperactivo-impulsivo y el mixto. En el primero destacan las personas que no atienden los detalles, cometen errores por falta de esmero en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades; les cuesta trabajo mantener la atención en el ámbito laboral o en las cuestiones lúdicas; parecen no escuchar cuando se les habla y se les dificulta comprometerse en actividades que requieran un esfuerzo mental continuo.

El grupo de hiperactividad e impulsividad se distingue porque el sujeto agita nerviosamente las manos o los pies. Se levanta en clase, corre incesantemente o trata de subirse a cualquier lugar en momentos inapropiados; le es complicado esperar su turno, interrumpe o avasalla a los demás, dijo.

La siquiatra señaló que este padecimiento afecta la autoestima del menor, sus relaciones interpersonales y la convivencia con sus padres, pues los niños son rechazados o subestimados al no alcanzar las expectativas de un grupo de iguales.