México D.F. Viernes 23 de enero de 2004
Fox intenta "maquillar" las cifras, coinciden Roque Villanueva y Jesús Ortega
El país, ante un "verdadero desastre" en materia de empleo: Rodríguez Alcaine
FABIOLA MARTINEZ Y VICTOR BALLINAS
El dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Leonardo Rodríguez Alcaine, manifestó que no son creíbles las cifras oficiales en torno a la tasa de desempleo abierto (TDA) en el país -3.3 por ciento-, porque la realidad "es que estamos en un verdadero desastre" en esa materia.
Por su parte, el líder del sindicato minero, Napoleón Gómez Urrutia, calificó de un "fracaso" los tres años de gobierno foxista en todo lo que se refiere a la generación de plazas laborales.
Las declaraciones de los representantes sindicales ocurren después de que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) dio a conocer el nivel de desempleo abierto en 2003, el cual se elevó a 3.3 por ciento, el más alto desde 1998 y el peor año del gobierno actual en ese rubro.
No obstante, en la Presidencia de la República se difundió otro enfoque del asunto: una reducción de 3.97 a 3.38 en diciembre de 2003. Más tarde, el mandatario se refirió a 2.97 por ciento de ese indicador y comentó que ello refiere un punto menos de lo registrado en noviembre.
Lo cierto es que la TDA, la cual muestra el número de mexicanos (alrededor de 1.3 millones) que buscaron un empleo pero no lo encontraron, ha sido manejada por los funcionarios en turno de manera coyuntural. Por ejemplo, en mayo pasado, cuando la TDA urbana alcanzó 2.78 por ciento, en la Secretaría del Trabajo fue reconocido que se requerían "indicadores más realistas". Es obvio, dijo entonces una fuente de esa dependencia, encargada del manejo estadístico, que una TDA de 2.78 por ciento "nadie la cree".
Después, cuando continuó la pérdida de plazas, el discurso cambió al grado de que se destaca esa cifra como una de las más bajas de América Latina e "inclusive del mundo", como mencionó el lunes pasado, en Puebla, Carlos Abascal.
Rodríguez Alcaine de plano dijo ayer que nunca ha creído "en ese tipo de estadísticas. No son ciertas ni una ni otra. Estamos ante un verdadero desastre en toda la industria nacional".
Respecto al eventual recorte de 50 mil burócratas este año, expresó que "eso es pura demagogia; no van a correr a 50 mil sencillamente porque no hay ese número de changarros que atender".
El Presidente, "fuera de la realidad"
Las cifras sobre desempleo lamentablemente siguen mostrando una idea clara de la gravedad de ese problema en el país, e indudablemente, quien tiene razón sobre la tasa real de desocupación es el INEGI, pues la tendencia de este gobierno, desde su inicio, ha sido el querer maquillar las cosas "para tratar de mover un poquito la realidad", manifestó el senador priísta Humberto Roque Villanueva.
Mientras, el senador perredista Jesús Ortega señaló que "el presidente Fox se engaña a sí mismo cuando dice que el desempleo ha bajado y pretende confundir a la opinión pública cuando la verdad es que hay estancamiento económico y crecimiento del desempleo".
Ortega indicó que en ocasiones el INEGI y su director "actúan a contentillo del Presidente. Pare evitar esa situación ojalá que la Cámara de Diputados apruebe rápido la reforma que el Senado de la República dictaminó para otorgar autonomía a ese instituto".
Es importante que el INEGI tenga autonomía, para que en el país se cuente con cifras reales del desempleo "y no las que de repente se le ocurran al presidente Fox o al secretario de Hacienda", añadió el perredista.
Subrayó que "las cifras de desocupación "que se les ocurren a los funcionarios son para tratar de engañar a la opinión pública, pero esas afirmaciones contrastan con los millones de mexicanos que van al empleo informal o que incrementan las filas de la delincuencia. Ahí están los millones de mexicanos que andan penando en busca de trabajo. Las cifras de Fox no tienen nada que ver con la realidad".
El priísta Roque Villanueva abundó que tampoco es cierto que la culpa de que el fenómeno se incremente es del Poder Legislativo. "Si el Congreso fuera responsable de que viniera la inversión, imagínense, viviríamos en un régimen congresional en el que el Ejecutivo no cuenta para nada", añadió
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