México D.F. Viernes 23 de enero de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Entre lo relevante y lo escandaloso
MAS ALLA de la nómina del Gobierno del Distrito
Federal, tan apetecible para los paladares urgidos de algo picante, hay
cosas de mayor importancia que de pronto se pierden entre los humos del
escándalo y que debería ser parte de la información
a la cual tiene derecho la ciudadanía, fundamentalmente en esta
ciudad.
UN EJEMPLO de ello es la constancia que la Confederación
Patronal de la República Mexicana (Coparmex) -muy poco dada a ofrecer
reconocimientos públicos al gobierno de la ciudad- dio sobre uno
de los asuntos que más preocupa a los habitantes del DF, me refiero,
desde luego, a la seguridad.
PARA LOS empresarios reunidos en ese organismo,
el delito de mayor importancia al que son más sensibles es, sin
duda, el secuestro, y la labor de la Procuraduría General de Justicia
del Distrito Federal resultó, a principios de esta semana, reconocida
en su trabajo por ese sindicato patronal.
LOS MIEMBROS del organismo empresarial, al hacer
una historia de este delito, explicaron que, según estadísticas,
en las dos últimas décadas el secuestro, hasta 1997, fue
en franco ascenso: 120 personas fueron privadas de su libertad en 1980.
PARA 1996, las víctimas de ese delito eran
569, pero en 1997 la cifra se disparó hasta llegar a mil 47 secuestros.
Ese año señala el pico más alto en el cuadro estadístico
de la citada organización patronal.
A PARTIR de ese año, al final del cual tomó
posesión Cuauhtémoc Cárdenas como jefe de Gobierno,
las estadísticas muestran un descenso, y en 1998 la cifra se ubica
en 734 plagios de ese tipo.
PARA 2003, la cantidad de secuestros se redujo
a 422, y, según la Coparmex, ese número y la captura por
la PGJDF de una de las bandas más peligrosas dedicadas al secuestro
"demuestra el compromiso y la capacidad de las autoridades para combatir
eficazmente el plagio".
TAMBIEN DESTACA la labor de la fiscalía
antisecuestros de la dependencia del gobierno de la ciudad, cuyo titular,
Jesús Jiménez, "actúa con diligencia contra los secuestradores
y con pleno respeto a las garantías de los presuntos inculpados".
SE PODRA decir, con certeza, que el reconocimiento
no tiene la mayor validez porque, a fin de cuentas, la dependencia judicial
tiene la obligación -y para eso se paga a sus funcionarios y policías-
de proteger la integridad física de los ciudadanos, pero esta sería
una verdad a medias.
AUNQUE LA percepción de la gente en la ciudad
va en el sentido de que no hay mejorías en cuanto a seguridad, debido
a que las cifras oficiales no acaban de convencer, son los organismos autónomos,
es decir, sin ligas de ningún tipo con el Gobierno del Distrito
Federal, los que hacen patentes las diferencias.
FALTA MUCHO para decir que por fin se libró
a los capitalinos de la enorme carga de inseguridad con que cotidianamente
salen a la calle, pero es importante hacer caso, tener en cuenta que sí
existe una labor continua que va dando resultados y que necesariamente
impacta la vida de quienes habitamos en la ciudad de México.
ES NECESARIO tener en cuenta estos y otros muchos
datos del quehacer de la administración pública local para
tener una visión ajustada a la realidad que no golpee la cara con
el tufo de la politiquería. ¿Verdad?
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