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México D.F. Viernes 23 de enero de 2004

Exhibe selección de 14 imágenes en la galería Robert Miller, de Nueva York

Graciela Iturbide halló en las aves un incentivo más para sus fotografías

Pájaros, libro dedicado a Francisco Toledo, en el que reúne su universo ornitológico

México, Estados Unidos e India son países en los que ha explorado esa veta

MERRY MAC MASTERS

En las fotografías de Graciela Iturbide habitan, entre otras cosas, muchos vuelos de pájaros. Se visualizan tanto nubes densas de agitada acción alada, como aves solitarias o simuladas en anuncios o ventanales.

También hay pollos y guajolotes. No podrían faltar los hombres que se disfrazan con plumas o el pájaro antes de serlo.

Ahora, ese mundo altamente volátil se ha reunido en el libro Pájaros (Twin Palms Publishers, 2002), selección de 14 imágenes que se exhiben hasta el 7 de febrero, con el nombre en español, en la galería Robert Miller, de Nueva York.

En marzo de 2003 se expusieron en la galería Rose, en Santa Mónica, California. El volumen incluye el poema Birdflight (Vuelo de pájaro), de José Luis Rivas, traducido al inglés por Roberto Tejada.

Asimismo, hay un texto del escritor estadunidense Bruce Wagner, quien reproduce un pensamiento de San Juan de la Cruz que resulta muy significativo para Iturbide:

''Las condiciones de un pájaro solitario son cinco: primero, que vuela al punto más alto; segundo, que no sufre por la falta de compañía, ni siquiera por la de sus semejantes; tercero, que apunta su pico hacia los cielos; cuarto, que no tiene un color definido; cinco, que canta con suavidad."

Para Wagner los pájaros de Graciela ''habitan un espacio que la fotógrafa ha creado especialmente para ellos".

No es tanto Iturbide, sino ''su ojo cósmico (o, en la frase de Henry Miller, su ojo cósmico-demoniaco, aunque prefiero pensar en ello como cósmico-angelical) que se infiere; y el espacio que el ojo crea en su selección de cuartoscuro y cuartobrillante, un espacio en el cual estos pájaros pueden aparecer".

Muy pronto, asegura Wagner, esos pájaros saldrán de los confines de la página: ''Graciela Iturbide ha creado un espacio para estos pájaros, y para los sentimientos que despiertan también. Porque, ¿qué es la ornitología sino el espíritu del hombre y sus anhelos, el espíritu del infinito? El hombre desea volver al origen vacío, a la soledad, a la totalidad de espacio cósmico de donde nació".

Proyecto en el inconsciente

Retratar pájaros es algo que nunca se propuso Iturbide, pues le resulta muy difícil ir a buscar esos seres emplumados. Más bien se ha encontrado con ellos a lo largo de los años, inclusive, casi desde sus primeras tomas. Cuando la editorial Twin Palms le propuso hacer un libro no tenían un tema en mente, pero ''nos dimos cuenta que en mi archivo había muchos pájaros".

Al decidirse hacer el proyecto Iturbide ya había fotografiado aves en México, Estados Unidos e India. En un nuevo viaje a este último país se volvió a encontrar con muchos pájaros, lo que le hace afirmar que se trata de un proyecto que ''seguramente estaba en mi inconsciente desde hace mucho tiempo".

Sin embargo, aclara que ''eso se va dando solito, no se puede organizar", porque ''no es cosa de ir a una isla donde hay muchos pájaros, pues deseaba que fueran casuales. Algo que sorprende a uno cuando viaja o camina".

-¿Cómo se relaciona el tema de los pájaros con su trabajo en general?

-Uno va cambiando de tema. Desde que viajé a Estados Unidos e hice el proyecto de las carreteras, donde hay mucha soledad, cambió un poco mi espíritu.

''Como había trabajado mucho tiempo con los seris, también en Juchitán, y había vivido con las personas, me encantó empezar a hacer otros proyectos en otros países, tanto en Tampa, Florida, como en el sur de Estados Unidos y después en India.

''Los fotógrafos vamos buscando nuevos temas que tengan incentivo para nosotros. Pero siento que es el mismo lenguaje. Cambié de tema, pero soy yo.

''El espíritu que tengo al fotografiar se refleja tanto en las carreteras que capté en Estados Unidos, que no tienen nada que ver aparentemente con las personas que he fotografiado. Ahora hago fotos de jardines botánicos que, de alguna manera, también reflejan mi espíritu."

A raíz de que muchos negativos quedaron fuera del volumen, algún día a Iturbide le gustaría hacer ''Pájaros 2", pero con calma, porque le ''encanta" el tema.

Dos exposiciones en Estados Unidos

El libro Pájaros está dedicado a Francisco Toledo. Inclusive en una de las imágenes -en el volumen carecen de títulos y de fechas- un brazo del artista juchiteco sostiene un pájaro, cuya radiografía se aprecia en segundo plano.

Cabe señalar que fue Toledo quien invitó a Graciela Iturbide a trabajar en el proyecto del Jardín Botánico de Oaxaca.

Señala la fotógrafa: ''Empezamos a hacer una carpeta para ayudar al jardín botánico, pero seguí fotografiando porque la carpeta tiene sólo cinco heliograbados míos y una punta seca de Toledo.

''También tiene un texto en antiguo mixteco llamado El nudo del tiempo que escogió el director del Jardín Botánico de Oaxaca, Alejandro de Avila". La carpeta fue diseñada en el taller de arte y diseño de la Universidad de Tampa, Florida.

Curiosamente, éste es uno de los proyectos que más trabajo le ha costado a Iturbide. No retrata ''la planta por la planta", sino cuando ha habido una intervención por parte del hombre.

Cuando ''les ponen velos o maderas para sostener y protegerlas, o las envuelven en periódicos, aprovecho esas protecciones que de pronto las vuelven esculturas y, por tanto, es un trato un poco más abstracto".

En la actualidad el Jardín Botánico de Oaxaca ha cambiado mucho. Ya está ''perfecto", dice la entrevistada; ''ya no hay velos, ya no es mi jardín, sino un jardín maravilloso. Pero, ya no está lo que había encontrado en un principio y que me había dado ese incentivo para hacer estas plantas".

Iturbide lleva cuatro años de trabajar en el proyecto de los jardines botánicos, cuyos escenarios ha recorrido en México, Estados Unidos e India. Una vez terminada la serie, se va a llamar Naturata, título que le ''regaló" el artista Jan Hendrix, que significa precisamente la intervención del hombre en la planta y va a consistir en un catálogo y una exposición en la galería López Quiroga a finales de año.

Para el próximo febrero inaugurará dos exposiciones, una en la Universidad de Spokane y la otra en el Museo de Arte Contemporáneo de Seattle, en Washington. También dice que le gustaría regresar a India para hacer un libro ''suyo", ya que no conoce el sur de ese país.

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