México D.F. Jueves 12 de febrero de 2004
La complementan acciones irregulares con paramilitares,
señala análisis del CAPISE
Persiste, se fortalece y perfecciona una guerra regular
contra el EZLN
La 39 y 38 zonas militares participarían en el
eventual aniquilamiento de los rebeldes
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
San Cristobal de las Casas, Chis., 11 de febrero.
En Chiapas se desarrolla, inexorablemente, una guerra regular, además
de una guerra "irregular" que la complementa. Tal es la tesis central del
análisis realizado por el Centro de Análisis Político
e Investigaciones Sociales y Económicas (CAPISE) en la zona de conflicto,
que será dado a conocer aquí esta semana.
"La presencia, articulación y disposición
territorial de grandes unidades, agrupamientos, fuerza de intervención
rápida y pequeñas unidades, en una zona de operaciones dentro
del territorio indígena, confirma que en Chiapas no sólo
se aplican operaciones irregulares, sino que la lógica de una guerra
regular persiste, se fortalece, especializa y perfecciona", considera el
amplio documento La ocupación militar en Chiapas: el dilema del
prisionero (febrero de 2004).
Al describir la zona de operaciones del Ejército
federal en la entidad, la investigación del CAPISE (citando los
manuales del propio Ejército) encuentra que en la selva, zona norte
y los Altos "las operaciones militares han sido preponderantemente irregulares,
es decir, actividades bélicas que no tienen por objeto llegar a
una decisión, pero sí el de hostilizar y desgastar al adversario,
y pueden realizarse como hechos aislados e individuales o como parte de
un plan defensivo previamente establecido, en combinación o no con
operaciones regulares.
"A través del fuerte impacto paramilitar y el desplazamiento
forzado de miles de pobladores, estas operaciones se han basado en la creación
de grupos paramilitares. De acuerdo a cifras de agosto de 2001 del Centro
de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, la población
desplazada en la zona norte (Tila, Tumbalá y Sabanilla) suma 4 mil
30 personas; ésta es la región con presencia del grupo paramilitar
Paz y Justicia, del tercer batallón de infantería y a la
primera compañía de infantería no encuadrada (CINE)".
La investigación destaca, respecto a los Altos,
que todos los desplazados pertenecen al municipio de Chenalhó (6
mil 632 personas). Esto, "a pesar de la saturación de unidades de
labor social, del 94 y 13 batallones de infantería y del 16 regimiento
de caballería motorizada, a la fecha se sigue denunciando la presencia
de armas y amenazas, y persiste la impunidad en los responsables de la
masacre de Acteal. Entre las dos zonas suman 10 mil 662, de un total de
12 mil 80 desplazados de guerra".
El "teatro de operaciones" de la selva
En la selva Lacandona, prosigue el análisis, "si
bien las operaciones militares también son irregulares, éstas
son complementarias al despliegue de una operación militar regular,
donde actúan las fuerzas organizadas conforme a planes definidos
en campaña, empleando la maniobra y la batalla para decidir de la
mejor manera posible la causa".
Siempre citando los textos y manuales de campaña
que emplea la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el CAPISE
señala: "La zona de operaciones tendrá tantos comandantes
como teatros de operaciones comprenda, quienes serán designados
por el Presidente de la República". Cada área se divide en
dos porciones: una zona del frente o de combate y una zona de retaguardia.
La zona del frente deberá contener el espacio necesario para llevar
a cabo las operaciones de combate y su apoyo logístico y administrativo
inmediato.
La zona de retaguardia contendrá "el espacio para
la administración del teatro como un todo y constituirá la
base logística y administrativa para dirigir las actividades de
los servicios en apoyo de las operaciones militares. El límite entre
ambas se conoce como línea de retaguardia. La zona del frente se
divide en tantas zonas de acción como grandes unidades (brigadas,
divisiones, cuerpos) operan en ella: cada zona bajo el mando del comandante
de la correspondiente unidad".
El CAPISE identificó en el interior de la selva
Lacandona la lógica de los "escalones" compuestos dentro de las
unidades circunstanciales (cuya existencia, por cierto, niega la Sedena):
el agrupamiento Cruz se despliega desde Ocotalito hasta El Calvario; el
agrupamiento Palma se despliega desde Rancho Península hasta Ibarra,
y el agrupamiento Car se despliega desde Patihuitz hasta San Quintín.
El 91 batallón de infantería (fuerzas de
intervención rápida, FIR) se despliega desde Copalar hasta
Río Ixcán. El Primer Cuerpo del Ejército (1CE) se
despliega desde Ocotalito, pasando por Monte Líbano, Taniperla,
El Calvario, Ibarra, Río Corozal y Santo Tomás, teniendo
su cuartel general en Temó dentro de la zona intermedia. A esto
se agrega la 11 CINE, destacamentada en Altamirano y El Vergelito (unidades
de apoyo logístico).
En esta lógica, dentro de la zona de operaciones
que se ilustra en el mapa, Temó y Ocosingo hasta la coordenada sur
(Comitán y Copalar) serían la zona del interior; la zona
del frente, en sus coordenadas este y sureste, tendería hacia la
selva Lacandona, donde se ubican los agrupamientos, el 1CE y las FIR. La
línea de retaguardia sería la 11 CINE, en Altamirano y El
Vergelito.
En este territorio se aplica el "principio del yunque
y el martillo", el cual "es empleado con ventaja cuando una pequeña
parte de las tropas ha ocupado una buena posición en la retaguardia
del enemigo o cuando dicha fuerza se encuentra en posesión de un
obstáculo natural del terreno ubicado también sobre la retaguardia
enemiga y que puede servir como el yunque a un herrero. El grueso de las
tropas se emplea para atacar al enemigo, lo que constituye el martillo.
Esta fuerza tiene como objetivo principal obligar a los guerrilleros a
desplazarse hacia donde se encuentran en posición las tropas propias,
para ahí aniquilarlos mediante una acción de compresión".
Así, las unidades de la 39 Zona Militar en la zona
selva serían el martillo y las unidades comprendidas en la 38 Zona
Militar constituirían el yunque, para el eventual "aniquilamiento"
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el
espacio de Montes Azules, precisamente.
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