La Sagarpa ignoró al Senado para signar el tratado, asegura Greenpeace

México firmó un acuerdo con EU y Canadá sobre productos transgénicos

Integrante de la ONG asegura que existen graves irregularidades en el convenio

PATRICIA MUÑOZ

Por "obedecer" y complacer a los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) firmó el tratado sobre transgénicos con esas naciones, el cual abre las puertas de nuestro país a la entrada de productos genéticamente modificados, sostuvo el director de Greenpeace México, Alejandro Calvillo, y agregó que en la negociación de este acuerdo se ignoró al Senado de la República, que es el que debió aprobarlo.

En conferencia de prensa, explicó que con este tratado, México se convirtió en el primer país que acepta condiciones de apertura al comercio de transgénicos, por lo que es preciso que se investigue a las autoridades que lo firmaron, concretamente al coordinador de Asuntos Internacionales de esa secretaría, para establecer qué es lo que lo llevó a aceptar tan "criminales condiciones para nuestro país".

En este sentido, un reportero le preguntó si hay sospecha de que hubo dinero de por medio para que se firmara este acuerdo, mediante el cual se convertirá a nuestra nación en el almacén de transgénicos de las empresas estadunidenses y canadienses, a lo que Calvillo respondió: "habrá que investigar qué pasó, si fue por algún pago o por los nexos comerciales que tiene gente de esa dependencia con empresas extranjeras".

Hizo ver que la firma de este acuerdo trilateral resulta más extraña aún, porque al aceptar las condiciones de apertura a los transgénicos se está evadiendo el cumplimiento del Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología, documento signado por México y que es multilateral, que tiene rango de ley constitucional en nuestro país y que delimita claramente las acciones de las empresas de este ramo.

En este acuerdo, México acepta tener una "tolerancia de 5 por ciento de presencia de transgénicos en los embarques que ingresan en su territorio, sin necesidad de etiquetarlos con una advertencia de lo que contienen". Sólo en las facturas de las operaciones se pondrá una simple leyenda que diga "pueden llegar a contener". Sin embargo, cabe referir que la Unión Europea tiene una tolerancia de 0.9 por ciento.

El Comité Intergubernamental para el protocolo de Cartagena aún discute cómo lograr que se establezca un etiquetado eficaz y pormenorizado para los embarques de transgénicos, que permita su identificación y muestreo. El gobierno de México, por lo pronto, ya autorizó a Estados Unidos y Canadá a no cumplir con estas normas mínimas de seguridad, dijo el representante de Greenpeace.

A su vez, Liza Covantes, coordinadora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace, estableció que es increíble que aun cuando el territorio mexicano ya presenta diversas regiones contaminadas con maíz transgénico, el gobierno, en lugar de tomar medidas para proteger su agricultura y salvaguardar su seguridad alimentaria, está obedeciendo las órdenes de la administración de George W. Bush.

En este sentido, ayer mismo la Sagarpa se defendió, y en un comunicado estableció que el acuerdo firmado constituye "un programa de trabajo elaborado por México, Estados Unidos y Canadá", que tiene como objetivos dar certidumbre a la industria agroalimentaria y brindar "transparencia" al movimiento transfronterizo de productos genéticamente modificados.

La secretaría señaló que México ha venido importando granos de manera complementaria para consumo animal, así como para la industria agroalimentaria, y a partir de 1996 se ha tenido una presencia "normal" de transgénicos en granos, principalmente maíz, soya y canola, y "en los 15 años de comercialización y consumo global de estos organismos, no se ha reportado un solo caso de daño a la salud humana...".