México D.F. Miércoles 18 de febrero de 2004
De diez candidatos perfilados, a cinco se les
identifica con Roberto Madrazo
Corrientes priístas empiezan la repartición
de gubernaturas que se disputarán en 2004
Los aspirantes en Sinaloa y Chihuahua cuentan con el
apoyo de sus respectivos gobernadores
CIRO PEREZ SILVA
En medio de la disputa interna para la selección
del candidato presidencial del PRI y ante la falta de recursos económicos
por la reducción del financiamiento federal, luego de la multa impuesta
al tricolor por el Instituto Federal Electoral (IFE), se empiezan
a "repartir" ya entre las distintas corrientes priístas las gubernaturas
que se disputarán este año, cuyos resultados marcarán
las fortalezas y debilidades de los distintos grupos hacia 2006.
De
los 10 candidatos que se perfilan como abanderados del PRI en las elecciones
estatales que tendrán lugar este año, al menos cinco se identifican
con el dirigente nacional de ese partido, Roberto Madrazo; dos responden
claramente a las preferencias de sus respectivos gobernadores, uno además
del apoyo del mandatario estatal tiene por sí mismo una ventaja
sobre sus posibles contrincantes, otro aspirante es cercano a Beatriz Paredes
Rangel y sólo uno puede sumarse, aunque parcialmente, a la contabilidad
de la secretaria general priísta Elba Esther Gordillo.
En los primeros casos se encuentran el candidato a la
gubernatura de Aguascalientes Oscar González, a quien Roberto Madrazo
incorporó el año pasado a la coordinación de comunicación
del PRI nacional; por Zacatecas está Silverio López Magallanes,
ex diputado federal que se vio beneficiado por el rechazo que el priísmo
de esa entidad ha manifestado por otro aspirante: José Bonilla;
en Oaxaca está Ulises Ruiz, hombre cercano al gobernador José
Murat y acogido por Madrazo; en Tamaulipas está Oscar Lubert, a
quien apoya el senador Enrique Jackson, y por Puebla está Mario
Marín Torres, cercano al también senador Manuel Bartlett;
quien irá en fórmula con el rector de la Universidad Autónoma
de Puebla, Enrique Doger, abanderado priísta a la presidencia municipal
de la capital.
Por cuanto a los aspirantes identificados con sus gobernadores
destacan Jesús Aguilar en Sinaloa y José Reyes Baeza en Chihuahua.
En Tlaxcala se perfila Héctor Ortiz, aspirante
cercano a la ex gobernadora Beatriz Paredes. Por Veracruz es clara la ventaja
del senador Fidel Herrera Beltrán, y sólo en Durango Elba
Esther Gordillo tendría a un candidato, aunque Ismael Hernández
Deras mantiene una buena relación con Roberto Madrazo.
Además de las gubernaturas, este año estarán
en disputa mil 217 alcaldías y 295 diputaciones locales, a las que
se suman 423 presidencias municipales por la vía de usos y costumbres,
lo que implica una gran inversión para todos los partidos y marcará
la diferencia entre las estrategias políticas de cada uno para hacerse
de las preferencias del electorado. "Ya está visto que un candidato
que no esté investido de legitimidad y al que sus fortalezas no
pongan en su real dimensión a sus debilidades no va a tener éxito",
adelanta el secretario de acción electoral del PRI, César
Augusto Santiago Ramírez.
"En el caso del PRI y luego de la multa que nos impuso
el IFE, por cada peso que gastábamos en una campaña para
gobernador ahora sólo podremos invertir 42 centavos", revela a su
vez el secretario general del Consejo Político Permanente de ese
partido, David Penchyna Grub, quien subrayó que a pesar de la falta
de recursos "pasamos la prueba de fuego" en las elecciones intermedias,
al ganar la mayoría en la Cámara de Diputados.
Santiago Ramírez advierte que como sucedió
en 2000, su partido va a entrar a una competencia electoral "sin un centavo,
con el gobierno federal encima y con una campaña de descalificación
al PRI". Será un año difícil, reconoce, "pero si salimos
bien librados de esta elección (2004) y somos capaces de mantener
la unidad, vamos a entrar fortalecidos a 2006".
Ambos coinciden en que para abatir costos, el PRI debe
estructurar una campaña integral, en la que haya congruencia y gran
consistencia en lo que habrán de exponer los candidatos; "de otra
forma, aunque haya una campaña exitosa en términos de propaganda,
al final de cuentas, cuando el elector está sólo en la casilla
con su boleta, su decisión va más allá de la imagen
publicitaria", asegura Santiago Ramírez.
La estrategia de campaña será diferenciada
de acuerdo con las particularidades de cada entidad, municipio y distrito.
"En 2003 tuvimos 300 elecciones distintas y ganamos la mayoría relativa
en la Cámara de Diputados", insiste Penchyna Grub, además
de que depositan su confianza "en la presencia nacional de Roberto Madrazo,
que ha demostrado que tiene una gran autoridad moral entre los priístas
del país".
Ante la reducción de recursos por la multa del
IFE, los priístas descartan las campañas tradicionales de
pendones, pasacalles y pósters de toda índole, para enfocarse
"en las ideas y en una propuesta sólida", dicen.
"Quienes estudian seriamente estos procesos, no los charlatanes
que quieren vender espejos, se han dado cuenta de que en las campañas
se hacen muchas cosas a veces por inercia. Vamos a evitar ejercicios de
manipulación política, como sucedió con el último
discurso de Fox cuando era candidato, cuando dijo de él todo lo
que él no es y prometió entonces todo lo que hasta hoy no
ha hecho", asegura Santiago Ramírez.
La consecuencia de este hecho, continúa, se vio
en las elecciones para renovar la Cámara de Diputados, en las que
el PAN ganó sólo 80 distritos electorales. Esto evidencia,
agrega, "que las campañas sin ideas y sin propuestas, que se basan
en la mercadotecnia y que inundan los procesos de comerciales que no dicen
nada, se convierten en una contracampaña".
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