.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
C U L T U R A
..

México D.F. Miércoles 18 de febrero de 2004

La restauradora escribió la novela Cúcuta

Berta Fuentes invoca vivencias para restañar una herida

En Venezuela se encontró con el pueblo y la miseria

La lucha en América Latina es muy triste, deplora

MERRY MAC MASTERS

De recién casada, Berta Fuentes cambió ''la bandeja de plata" de la diplomacia por un campo petrolero venezolano, un machete y una metralleta. Su estancia de cinco años en ese país sudamericano le dejó una herida tan profunda que décadas después una siquiatra le sugirió escribir esas vivencias para ''quitarse de encima la cantidad de problemas que tenía".

Y lo que empezó como simple ''desahogo" se convirtió en la novela Cúcuta (Océano, 2003), en la que los hechos reales se alimentan de la imaginación.

Hija de un diplomático, Fuentes se casó con un venezolano ''bueno, guapo, que bailaba muy bonito -lo cual significaba mucho a los 22 años-", pero que se hizo ''alcohólico" y la maltrataba.

Relata: ''En un campo petrolero la vida es dura en extremo. Los ingenieros estadunidenses e ingleses que vivían allí estaban acostumbrados.

''Era un cambio rotundo habitar en ese cerro con 100 casitas de concreto con techos de latón, y sobrevivir entre los hombres que se van a trabajar a las tres de la madrugada y regresan a emborracharse."

La única distracción en Mene Grande era el club con piscina de la compañía Shell.

A raíz de eso, Berta Fuentes sintió necesidad de experimentar otra vida:

''Me puse a caminar y en el campo me encontré con el pueblo y la miseria. Lo que menos me imaginaba era que esas personas se preparaban para quitar al dictador Marcos Pérez Jiménez (derrocado el 23 de enero de 1958). Apareció un comandante, luego unos pocos guerrilleros adiestrados por los combatientes de (Fidel) Castro.

''Cuando supieron que era mexicana trataron de aprovecharse de mi persona y de mi pasaporte para sacar de Venezuela a intelectuales y políticos que habían sido torturados. Fue una experiencia espantosa. No iba a ninguna parte sin mi machete.

''En la cajuela del automóvil llevaba a esos hombres maltratados a Cúcuta (ciudad fronteriza del lado colombiano) para que fueran recogidos y salvaran la vida.

''Sin embargo, iba en una angustia tremenda, porque decía, ¿qué hago aquí? ¿Por qué no vivo cómodamente con mis padres? Al grado de que en el libro regreso una temporada con ellos, pero vuelvo al campo petrolero porque siento la convicción de ayudar a quien lo necesita."

''Gobierno que no se realiza''

Berta Fuentes dice asustarse mucho ''cuando veo aquí que los caballos entran a la Cámara de Diputados, que los machetes son afilados en la calle.

''A la ciudad de México se acercan situaciones desesperantes de la gente en un gobierno que no se realiza. Es un contexto en América Latina del que no salimos adelante. Esperamos que todo nos lo den los estadunidenses. Pero ellos, ¿qué nos van a dar? Nos van a masacrar también."

En Cúcuta se toca la vida de la mujer ''con esa educación tan elegante, pero que a la hora de la verdad soporta maridos nefastos porque no tiene el valor -ni la Iglesia, ni los padres lo permiten- de poner remedio. La mujer se resigna con tal de que el marido le tenga su casita bonita. Las mamás de esas niñas les dicen, 'aguántate, que algún día se va a morir y va a heredarte todo'. No esperaba casarme con un señor que me trompeara.

''Las mujeres deben luchar por superarse, pero dentro de la igualdad. El amor es indispensable, por eso aparece el comandante. No pueden ser puros torturados. Pero cuando las cosas se ponen mal y uno ve el peligro, hay que tener el valor, no de esconderse, agarrar un avión y dejar el país tirado, sino enfrentarse y luchar por lo que uno cree, que es su valor integral, su país, su gente. Porque los matan igual con camisetita o con ropón de lana. Entonces, la lucha de América Latina es muy triste."

Cada vez que Berta Fuentes relee Cúcuta siente que ha superado en parte lo allí escrito. Pero cuando le dicen que tiene que ir a Venezuela para presentar la novela, ''saco mi guitarra, me pongo a cantar y trato de enfocarme otra vez, porque es un país bonito, cálido y el venezolano es cariñoso, no obstante que a mí me fue mal".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email