México D.F. Martes 24 de febrero de 2004
Los cinco minutos propuestos podrían
abrir paso a la censura, advierte en una carta
El presidente de la Academia, opuesto a retrasar transmisión
de los Oscares
La medida, para evitar incidentes, según ABC
Temen el uso del foro con fines electorales
DPA, AFP Y JORGE CABALLERO
El presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas
de Hollywood, Frank Pierson, se opone a las intenciones de la cadena ABC
de retrasar cinco minutos la transmisión de la entrega de los Oscares.
En una carta a los miembros de la Academia, advirtió que inclusive
esto puede abrir paso a la censura.
La ceremonia de entrega de los Oscares, prevista para
el 29 de febrero, se transmitirá con cinco minutos de retraso; el
argumento del diferido es evitar que ocurra algo parecido a lo sucedido
con Janet Jackson y Justin Timberlake en el Supertazón, cuando el
intérprete pop descubrió el seno de la cantante; pero la
medida va más encaminada a censurar a los actores que aprovecharían
el estrado para pronunciarse abiertamente en favor del aspirante demócrata,
John Kerry, en las próximas elecciones presidenciales a celebrarse
el próximo noviembre, como ocurrió en la pasada entrega de
los premios Grammy cuando la banda británica Coldplay dedicó
su premio a Kerry. Al recibir la distinción por mejor grabación
dijo: "Esperamos que sea su futuro presidente (de los estadunidenses)".
Como se recordará, en la ceremonia de los Oscares
del año pasado el actor Gael García Bernal y el cinerrealizador
Michael Moore expresaron su descontento por la guerra contra Irak. García
Bernal fue el primero en referirse al conflicto bélico: "Si Frida
viviera con nosotros estaría en contra de la guerra". Otra enérgica
declaración la hizo Michael Moore. "Estamos contra la guerra, señor
Bush. Debería usted avergonzarse. Vivimos en tiempos de ficción,
donde resultados electorales ficticios nos traen presidentes ficticios
que nos mandan a la guerra por motivos ficticios. Señor Bush, si
las Dixie Chicks y el Papa están contra usted es porque algo está
muy mal", dijo un encolerizado director, conocido por su críticas
al gobierno estadunidense.
Otras quejas
La
semana pasada el politizado actor Tim Robbins, criticado por sus comentarios
en contra de la guerra de Irak, dijo que el retraso también tiene
como fin prevenir lo que sucedió en la versión pasada del
Oscar: "¿De qué tienen miedo?", preguntó Robbins,
quien está postulado a mejor actor de reparto por Río
Místico, de Clint Eastwood. "La espontaneidad es maravillosa.
¿Quién está capacitado para juzgar si algo es apropiado
o no?", agregó.
A la oposición de Frank Pierson a retrasar cinco
minutos la transmisión del show de los Oscares se suma el hecho
de que se detectaron videos piratas entre los miembros de la honorable
Academia.
Un hombre llamado Carmine Caridi seguramente no recibió
la misiva de Pierson. El actor de 70 años, que participó
en papeles secundarios en películas como El padrino III y
Bugsy, fue expulsado de la organización por su papel protagónico
en el llamado caso de los screeners.
Caridi envió algunos de los videos conocidos como
screeners, que suelen recibir los miembros de la Academia para ver
las películas y analizar su voto, a un hombre que los copiaba ilegalmente
y los ponía en Internet.
Esto, de todas maneras, apenas distraerá a los
candidatos al premio más codiciado del mundo en su deseo de conseguir
la preciada estatuilla dorada el domingo próximo en el teatro Kodak
de Hollywood. Comparados con los del año pasado, son sólo
problemas pequeños los que preocupan a los organizadores de la 76
versión de los premios. En 2003, durante mucho tiempo incluso estuvo
en duda la celebración misma de la ceremonia a causa de la guerra
contra Irak.
Por otro lado, Hollywood lanzó un operativo
de seguridad este lunes con cierre de calles, seis días antes de
la ceremonia de entrega de los Oscares. Las calles que rodean el teatro
Kodak fueron clausuradas para permitir a los trabajadores la colocación
de la inmensa alfombra roja por la que desfilarán las luminarias
en su ingreso al recinto.
"La zona lucirá diferente en una semana. Puede
apostar a que no encontrará ningún vagabundo en el bulevar
Hollywood cuando las estrellas aparezcan el domingo", afirmó un
empleado que trabaja en la construcción de las gradas.
Persisten temores de que el esperado acontecimiento se
convierta en un blanco para ataques terroristas. "No correremos ningún
riesgo, la seguridad será muy fuerte", dijeron en el departamento
de Policía de Los Angeles.
Estrenarán mañana en EU La pasión
de Cristo
La polémica, la mejor publicidad de la cinta
DPA
Nueva York, 23 de febrero. El Miércoles
de Ceniza, en los cines de Estados Unidos, será Viernes Santo. La
polémica película de Mel Gibson sobre la crucifixión
de Jesucristo se estrenará mañana en más de 2 mil
800 salas. Cientos de miles de personas adquirieron entradas con anticipación.
Pero además habrá acciones de protesta. Nunca una película
sobre Jesucristo había generado tanta polémica como La
pasión de Cristo.
En pocos días, Gibson recuperará seguramente
los alrededor de 30 millones de dólares que invirtió en la
producción. "Y eso que al principio todo parecía un gran
chasco", comenta el especialista en historia del cine Tom O'Neil.
¿Una cinta sanguinaria sobre las últimas
horas de Jesucristo? ¿En arameo y latín con subtítulos?
El ambicioso proyecto de un Mel Gibson que al parecer se había vuelto
loco era considerado un trágico fracaso. Pero hace unos meses un
hombre pidió la palabra, y ahora, en perspectiva, puede ser visto
como salvador. "Estamos muy preocupados", dijo Abraham Foxman, director
estadunidense de la Liga Antidifamación Judía, que había
tenido acceso a una copia del guión. La película aviva "el
odio, la intolerancia y el antisemitismo", sostuvo.
Los medios comenzaron a prestar atención al asunto.
Rápidamente la marginal cinta, con Jim Caviezel en el papel de Jesús,
se convirtió en un tema candente de Hollywood. En la controversia,
los encargados de relaciones públicas de Gibson vieron su oportunidad
según el lema: "No hay mala publicidad, lo único malo es
no tener publicidad".
Pronto comenzaron a aparecer fragmentos de la cinta en
Internet y se ofrecieron proyecciones especiales para personalidades cristianas
y judías con montajes que se modificaban una y otra vez. Cada vez
aparecían nuevos argumentos que avivaban el fuego del debate.
"Esta es la mejor campaña de marketing que
he visto", dijo Gibson a la revista The New Yorker. Posiblemente
en referencia a Foxman, el vicepresidente del Congreso Mundial Judío,
Elan Steinberg, dijo que las protestas fueron justamente las que despertaron
el interés por la película.
Finalmente, el Papa Juan Pablo II la vio. Y Foxman le
pidió que interviniera para evitar que se representara a los judíos
como "canallas sedientos de sangre". Pero Juan Pablo II calló. En
su lugar respondió el arzobispo estadunidense John Foley, quien
señaló que la película refleja "los hechos históricos
de la Pasión ateniéndose fielmente a los evangelios".
En el centro de la polémica está aquel pasaje
de San Mateo según el cual los judíos agitados reclamaron
la crucifixión de Jesús a Poncio Pilatos.
Se reciben miles de llamadas y cartas que reclaman "¡Dejen
en paz a Mel!" "Su película recordará que los judíos
asesinaron a Jesús", escribió uno de los fans de Gibson
al Centro Simon Wiesenthal en Nueva York.
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