"Pequeño avance", la consignación del caso de Salas Obregón: Graciela Mijares

La detención de Nazar, "rendija" para conocer el paradero de desaparecidos

VICTOR BALLINAS

Ha sido una larga lucha en la que ha sufrido persecución, intimidación y recientemente "chantaje" de funcionarios de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), en la demanda por conocer el paradero de su compañero, Ignacio Arturo Salas Obregón, fundador de la Liga Comunista 23 de Septiembre, quien se encuentra desaparecido desde el 24 de abril de 1974. Pero la noche del pasado lunes, dice Graciela Mijares, se abrió "una rendija y la posibilidad de conocer su paradero" al ser consignada la averiguación previa sobre el caso del guerrillero.

Mijares tiene tres décadas buscando a su compañero, que fue detenido en Tlalnepantla, estado de México, en abril de 1974, y la última noticia que se tiene de él es del día 15 de mayo del mismo año, cuando se encontraba siendo interrogado por elementos de la Dirección Federal de Seguridad.

Mijares, quien también militó en la misma organización que su compañero, dice a La Jornada: "no estoy confiada en que se haga justicia, se puede avanzar si hay voluntad política, y el presidente Vicente Fox no la ha demostrado, pero es nuestra obligación impulsar uno por uno los casos, porque si uno avanza se impulsan todos".

La compañera del guerrillero desaparecido confiesa: "había mucho escepticismo, cansancio en muchos compañeros de lucha y miedo para acudir a la Femospp, pero nos presentamos a interponer la denuncia.

"El informe que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentó al presidente de la República en 2001, en el que confirma que en México había desaparecidos por el Estado, por el Ejército, por las policías y procuradurías del país, fue un logro, hay que reconocerlo", señala la ex guerrillera.

Ese fue un paso, agrega Mijares, era apenas el inicio. "La entrega del informe de la CNDH al presidente Vicente Fox no logró romper el escepticismo de muchos de nuestros compañeros, aunque era alentador, aún había un largo camino que recorrer y no veíamos voluntad de llegar a fondo".

Sin embargo, "ya creada la fiscalía y nombrado el titular, las organizaciones Fundación Diego Lucero, Asociación de Familiares de Detenidos, desaparecidos de México (Afadem), familiares de desaparecidos de Chihuahua, entre otras, presentamos nuestras denuncias.

"Y no dejé de luchar, de insistir, de preguntar. Por eso en la Femospp me cerraron las puertas, porque no soy dócil. Yo insistía en que no avanzaban, en que la CNDH entregó un trabajo que pudo concluir en seis meses, aunque lo empezó en 2001, y por qué la fiscalía no avanzaba.

"Inclusive -narra- ante la lentitud oficial yo tuve que investigar por mi parte, aunado a que en mi denuncia entregué copias certificadas de recortes de periódicos, de denuncias, de reportes, pero junto con muchos de mis compañeros de lucha, porque este ha sido un trabajo colectivo. Aporté todo lo que pude y estuvo en mis posibilidades. El testigo que aporté para la investigación, Rubén Melitón Ramírez González, un ex guerrillero que en la décadas de los setenta fue torturado por Nazar Haro y declaró todo lo que le constaba. El vio a mi pareja detenida en el Campo Militar número Uno".

En su declaración ante la Femospp, el propio Ramírez González asegura que "cuando estuve recluido en el campo militar, Ignacio Salas Obregón a gritos me dijo que desde su detención lo habían llevado a ese lugar".

La compañera del guerrillero desaparecido asegura que "cuando vimos que el dictador Augusteo Pinochet era detenido por todas las pruebas en su contra, de desapariciones y ejecuciones de opositores, renació nuestra esperanza. Empezamos a integrar otra vez todos los papeles y a actualizarlos. Se los entregamos al fiscal, Ignacio Carrillo Prieto, pero las indagaciones eran muy lentas. Por eso aporté datos, me metí a revisar documentos en el Archivo General de la Nación, la investigación de la CNDH y todo lo que podía allegarme".

Aunque la averiguación previa de la desaparición de Salas Obregón ya está consignada, Mijares revela que en la fiscalía agentes del Ministerio Público la chantajearon para que no siguiera investigando por su parte. "Me decían: 'parece que eres tú la que lleva la investigación, le vamos a decir al fiscal que ya no vamos a llevar tu caso (la desaparición de Salas Obregón)'".

"Para las autoridades lo mejor es que estemos sentados en nuestras casas esperando que ellos investiguen, sin que aportemos datos, pero tenemos desconfianza hacia las instituciones; cómo, ahora, les vamos a tener confianza si no investigaron en 30 años".

Los avances, sostiene Mijares, "los hemos logrado con el apoyo de los medios de comunicación, de las organizaciones del campo, estudiantiles, sindicales, de los familiares de los desaparecidos, y sabemos que sin las denuncias concretas no se puede avanzar. Hay pasos, pequeños avances, pero está pendiente la justicia".

Para nosotros, asevera Mijares, es muy importante conocer la verdad, el paradero de nuestros familiares, pero "la fiscalía no ha ido a fondo. Empezaron por mandos medios, no hay voluntad para ir hasta arriba, hasta el presidente de la República, los secretarios de la Defensa, de Gobernación, el procurador general de la República. Hay responsabilidad del Estado, de quienes estaban al frente del gobierno como Luis Echeverría, José López Portillo y todos los demás que les siguieron y no investigaron".

Los familiares de los desaparecidos, añadió, "queremos terminar con esto de una vez por todas; queremos saber qué pasó. Sabemos que ésta es la coyuntura, no habrá otra; si ahora no avanzamos para que se conozca el paradero de nuestros familiares, no habrá otra oportunidad. Quizá no se logre conocer qué pasó y dónde están todos, pero una gran parte puede que si. No confiamos, queremos creer, pero sabemos que no hay justicia".