Malestar por detención arbitraria de dos escritores; hay otros casos: diputada del PAN

Exigen eliminar premios a policías por remitir detenidos al MP

El legislador Ensástiga pedirá a Ebrard revisar el incentivo perverso que se ofrece a uniformados Propicia abusos de autoridad la meta de aprehensiones de la SSP: Carlos Martínez Rentería

RAUL LLANOS, GABRIELA ROMERO Y AGUSTIN SALGADO

Diputados federales y locales de PRD y PAN, así como intelectuales, reprobaron la actuación de policías preventivos de esta ciudad, que se dedican a detener y fabricar delitos a personas inocentes, para cumplir con la "cuota" de detenciones que les fija la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) local y ganar estímulos económicos mensuales por cada remisión que efectúen, por lo que exigieron acabar con esos "incentivos perversos".

Lo anterior, en relación con la denuncia que hizo un grupo de escritores, periodistas y otros integrantes del ámbito intelectual respecto de la detención arbitraria que sufrieron los escritores Gerardo Sifuentes Marín y Epigmenio León Martínez, por parte de dos uniformados de la SSP, quienes sin mayores elementos de prueba los acusaron de robo y luego el Ministerio Público los consignó al Reclusorio Norte, donde se les dictó auto de formal prisión, a pesar de los argumentos que presentaron, y permanecen presos, sin derecho a fianza.

Al respecto, el legislador federal Gilberto Ensástiga, integrante de las comisiones del Distrito Federal y de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, informó que este jueves sostendrá una reunión con el titular de la SSP, Marcelo Ebrard Casaubón, y le manifestará su preocupación por las detenciones arbitrarias en que incurren sus elementos, como en el caso de los escritores.

En entrevista, Ensástiga consideró que el estímulo económico, por 2 mil 500 pesos, que se entrega a los policías preventivos por cada remisión debe revisarse, ya que "es como si se les pusiera a trabajar a destajo. Esto me recuerda la situación que viven los microbuseros: pelean por el pasaje y esto se convierte en una verdadera lucha en la ciudad, porque es la única forma que tienen de entregar la cuenta".

Por su parte, Gabriela Cuevas, diputada local del PAN, manifestó que "no es la primera vez que escucho casos como el de los dos escritores, pues tanto en mi campaña como ahora en la Asamblea Legislativa, han llegado denuncias por abusos de policías". Citó el caso reciente de dos jóvenes que transitaban en Polanco y los detuvieron dos uniformados, quienes los acusaron de portar armas, lo cual era "totalmente falso", pero ya habían cumplido con remitirlos ante el Ministerio Público.

"El problema es que ese programa de incentivos económicos que tiene en marcha la SSP orilla a los policías a realizar detenciones arbitrarias; es decir, se convierte en un incentivo perverso, y entonces no se detiene a la gente con la ley en la mano, sino con la idea de los estímulos económicos", advirtió.

Hernández Raigosa aseveró que el caso de Gerardo Sifuentes y Epigmenio León pone en evidencia que es necesaria una supervisión sobre la actividad de los policías, para garantizar que las detenciones sean conforme a derecho. Demandó que la SSP investigue a esos elementos y dé parte a la Contraloría General del Gobierno del DF para aplicar la ley conforme a las faltas cometidas, y si es necesario que se les destituya, "porque se afecta a gente inocente y luego nadie resulta responsable".

En tanto el periodista Carlos Martínez Rentería consideró que la meta establecida por la SSP para aumentar el número de remisiones ante las autoridades judiciales es una medida "muy riesgosa, porque propicia una dinámica en que los elementos de la policía capitalina abusen de su autoridad". Para Martínez Rentería, antes que una cultura de cero tolerancia deben generarse actitudes de tolerancia entre las autoridades. "La presión que ahora se pone con la cuestión de los estímulos económicos y el número de detenciones que debe cubrirse va a desatar una ola de abusos y represión que, lejos de contribuir a eliminar la delincuencia, va a enrarecer el ambiente", aseveró.

Puso de ejemplo la ciudad de Porto Alegre, en Brasil, donde "existe una zona de tolerancia con presencia policiaca, pero únicamente se dedica a cuidar la convivencia y evitar que se afecten los derechos de terceros, pero los jóvenes pueden andar tranquilamente con una cerveza en la mano. Esa es la actitud de un gobierno de izquierda y una administración democrática. Una perspectiva progresista como la del PRD debe apostar por medidas mucho más tolerantes e inteligentes".