México D.F. Domingo 29 de febrero de 2004
Adolfo Pérez Esquivel
El imperio no se detiene contra Cuba
Cual espina en el corazón, Estados Unidos no se resigna a que un pe-queño país como Cuba sea libre e independiente y no claudique ante a la gran potencia. Ha intentado miles de veces doblegar al pueblo cubano sin éxito, como a su comandante y presidente, Fidel Castro.
El imperio presionó y presiona a gobiernos y empresas para que no inviertan en Cuba, y amenaza a los ciudadanos estadunidenses que intentan viajar.
Pero dicen que Estados Unidos es un país democrático, mientras restringe la libertad de expresión y llega a bloquear los fondos de solidaridad con los cinco cubanos presos en ese país para que el pueblo estadunidense no conozca la verdad y la injusticia de las acusaciones y condenas contra los prisioneros.
Frente a esta situación de injusticia, hay gobiernos que miran para otro lado por miedo y no quieren irritar a la fiera y ser víctimas de las sanciones imperiales.
Organismos internacionales, como la Organización de Naciones Unidas, ac-túan según es el interlocutor o protagonista: cuando una gran potencia comete todo tipo de atropellos, invade otros países y bloquea a Cuba, responde con un rugido de ratón. Son lamentables tantos miedos y complicidades
El pueblo estadunidense sufre una censura sistemática y desconoce lo que su gobierno realiza a escala internacional; consume noticias chatarra, como las hamburguesas, que le impide discernir valores y conductas que deben basarse en el derecho e igualdad para todos.
Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento Cubano, ha denunciado el bloqueo del gobierno de George W. Bush a los fondos solidarios de organizaciones sociales para publicar en Estados Unidos, en The New York Times, la situación de los cinco prisioneros cubanos.
Es necesario que toda persona y organizaciones solidarias, iglesias, movimientos sociales, se sumen a la resistencia por el derecho de los pueblos a su autodeterminación, a su dignidad, y reclamen la libertad de los cinco prisioneros.
Reclamar la devolución de los recursos de las organizaciones solidarias con Cuba y el derecho del pueblo estadunidense a ser informado correctamente y a no ser manipulado.
Ya tuvo el pueblo de Estados Unidos, al igual que el mundo, los efectos de las mentiras sobre la guerra contra Irak, que quisieron hacer pasar por verdades para justificar las matanzas y destrucción en ese país. La resistencia de los pueblos es fundamental para impedir que el imperio continúe atropellando y sometiendo a los países bajo su dominación.
Creo que estamos en un punto de inflexión internacional para preservar la libertad; que no se regala, se conquista con el coraje y decisión de los pueblos en construir nuevos paradigmas de vida.
La solidaridad es recíproca y lo que hoy ocurre en Cuba y otras partes del mundo nos debe servir de ejemplo para resistir y apoyar a un pueblo hermano.
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