México D.F. Domingo 29 de febrero de 2004
Posible, una intervención humanitaria,
afirma el escritor y médico haitiano
Bastaría una sola palabra de Bush para que Aristide
renunciara: Jean Metellus
El exilio en EU transformó al ahora tambaleante
gobernante; vivió allí como millonario, dice
FRANCOIS ESCARPITESPECIAL DE L'HUMANITE
Paris, 28 de febrero. Para que las bandas que se
levantaron contra el gobierno depongan las armas y salgan de las ciudades
es necesario que dimita el presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide.
Y para ello bastaría con una sola palabra del mandatario de Estados
Unidos, George W. Bush, afirma Jean Me-tellus, escritor y médico
haitiano.
El
fue de aquellos muy cercanos al tambaleante gobernante, de los que creyeron
en 1990 que Aristide podría representar la solución para
reparar los años de dictadura de la familia Duvalier.
-¿Cuáles son hoy sus sentimientos?
-Lo mío fue algo más que una esperanza.
Yo llamé a votar por él en todos los periódicos. Escribía
y decía que él era el único hombre confiable. Deseché
a todos los de-más posibles candidatos, convencido de que nadie
como él tendría peso. Me equivoqué gravemente. La
situación actual nos hace retroceder al principio del siglo XX,
caótico y catastrófico. Ese caos de entonces provocó
la ocupación estadunidense de 1915 a 1934. Cuando partieron, los
estadunidenses dejaron formada la guardia haitiana, ese cuerpo de gendarmería
sobre el cual se apoyaron después para fomentar golpes de Estado.
"Aristide sufrió una verdadera metamorfosis durante
sus años de exilio, en el curso de su exilio, en el curso de su
estadía de lujo de tres años en Estados Unidos. Cerca de
Bill Clinton, vivió con comodidades dignas de un jefe de Estado
americano, con me-dios económicos considerables. En 1990
hizo su campaña en contra de Estados Unidos, pero cuando regresó
dentro de las maletas de los militares de ese país, esos ataques
cesaron. Aristide les prometió todo: abrir los mercados, la telefonía,
la electricidad, mano de obra. ¡Y les cumplió!"
-¿Quiénes están protagonizando la
situación actual?
-Las bandas armadas que están hoy en las calles
fueron organizadas por Aristide, pero se rebelaron contra él porque
les había prometido empleo y nunca hubo trabajo para ellos. En su
gran mayoría, son gente decepcionada. El apoyo que estas bandas
recibe de la gente se debe en buena parte al descontento generalizado;
la población esperaba un momento así para poder manifestarse.
Eso explica por qué las bandas entran y toman las ciudades con tanta
facilidad. Por otro lado, en Haití no hay un proletariado organizado;
lo que hay es un lumpen proletariado, que es el capital electoral y político
de Aristide. Estos hombres desempleados, estos chimeres, están
dispuestos a acudir a cualquier reunión pública a la que
los convoquen, ya que les pagan por acudir.
"Por lo demás, está la sociedad civil del
Grupo de los 184, que tiene un verdadero proyecto político, enfrentada
a un hombre que ya no tiene proyecto. Y está también Convergencia
Democrática, otra rama de la oposición democrática,
pero que no tiene apoyo masivo de la gente.
"Hoy, en este país, todo está por ser re-construido,
de punta a punta. La producción está en decadencia. El desempleo
es inmenso. Hacen falta leyes fundamentales, pan, vestido, casa, agua,
energía. ¡Conseguir to-do esto sería por sí
solo una revolución! Y habría que lograr todo esto contando
únicamente con los recursos de la ayuda internacional que recibe
Haití. Claro, para esto sería necesario que nadie desviara
estos fondos. Si esto se lograra, el pueblo haitiano vería hechos
realidad estos derechos fundamentales."
Corrupción y narcotráfico
-¿Cree usted posible una nueva intervención
extranjera?
-Una intervención humanitaria, estrictamente humanitaria,
quizá. Pero los asuntos políticos deben quedar en manos de
los civiles haitianos, esas funciones deben ser cumplidas por haitianos.
La salida de la crisis pasa necesariamente por la renuncia de Aristide.
Este hombre corrompió todo su entorno. Si los hombres que lo sostienen
matan con tanta facilidad, como lo hemos visto estos días, es porque
Aristide les ha dado dinero para eso. Y parte de ese dinero viene del narcotráfico.
"Es necesario organizar elecciones lo más pronto
posible. Los haitianos somos capaces de hacerlo. Hay en el país
hombres capaces, a pesar de las rivalidades que los animan. Como Leslie
Manigat, que fue ca-tedrático en universidades francesas, como los
hombres cercanos al Partido Comunista haitiano y otros.
"Además, está el problema de qué
fuerza sostendría y mantendría a una administración
civil de esta naturaleza. Por el momento, los únicos que tienen
armas en el país, además de las bandas opositoras, son los
chimeres de Aristide, que han remplazado a los tonton macoutes
de los Duvalier. Y los insurrectos. Pero ellos han dicho que no depondrán
las armas si Aristide no se va. Para esto sólo hace falta una palabra
del presidente Bush.
Traducción: Blanche Petrich
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