México D.F. Domingo 29 de febrero de 2004
Andrés J. Sebastián y Jordi Juliá,
los galardonados
Premia Siglo XXI miradas frescas a la centuria pasada
El primero se presenta con una novela histórica
y policial; el segundo, con un ensayo sobre la teoría y la crítica
literarias
ARTURO JIMENEZ
Una ola de casos delictivos contra mujeres inmigrantes
extranjeras, sucedida a principios del siglo XX en la entonces casi despoblada
pampa argentina, ha servido de base para la creación de una novela.
Se
trata de Extranjeras, del escritor argentino Andrés J. Sebastián,
ganador del primer Concurso Internacional de Narrativa Siglo XXI-Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sebastián, junto con el catalán Jordi Juliá,
ganador en ensayo, recibieron sus respectivos reconocimientos el pasado
miércoles 25, en el contexto de la Feria Internacional del Libro
del Palacio de Minería.
Aunque Andrés J. Sebastián suma ya varios
cuentos y la novela Casamiento naïf, antes trabajó largamente
como abogado especialista en derecho laboral, profesión que dejó
en 2000 para dedicarse de lleno a la literatura.
Extranjeras, comenta Sebastián, es una novela
histórica y policial que transcurre a principios del siglo XX en
un "pueblo perdido" de la llanura pampeana, en Argentina.
Eran los tiempos de la inmigración de europeos
y de sudamericanos a territorios casi deshabitados de ese país.
Un infierno doloroso
Los personajes principales son siete mujeres víctimas
de "ciertos hechos delictivos": dos españolas, una italiana, una
alemana, una uruguaya, una chilena y una paraguaya.
"La obra está encadenada de tal manera que las
mujeres deben buscar una solución para salir del doloroso infierno
en el que están encerradas."
El escritor argentino maneja en su novela dos líneas
narrativas: el relato convencional sobre lo que sucede en la realidad literaria,
la cual se intercala por capítulos con la exposición de "actas
judiciales" acerca de los casos concretos.
Cuidadoso de no vender la historia de su novela,
Sebastián prefiere hablar del "lenguaje directo, firme y exento
de generosidades explicativas" que maneja en los capítulos de narración
convencional.
Aclara que los expedientes presentados en la novela fueron
escritos por él tras una investigación exhaustiva de documentos
de principios del siglo XX.
Mediante esos dos discursos Sebastián intenta crear
el suspenso necesario y que el lector siga pistas, ciertas o falsas, además
de propiciar el avance del relato.
Como Jordi Juliá, reconocido en ensayo, Sebastián
se muestra soprendido y agradecido con el premio y con el proceder del
jurado porque, recuerda, ambos eran desconocidos en el medio literario,
lo cual da mayor credibilidad a esa distinción.
ARTURO JIMENEZ
En el presente, la narrativa experimenta un regreso al
concepto de "novela verdad o histórica", en la que se combinan y
contraponen los diferentes puntos de vista existentes, como el discurso
real y el discurso ficticio.
Por otro lado, la poesía muestra una vuelta a un
neosentimentalismo o neorromanticismo, aunque con nuevos esquemas, como
son un máximo de objetivismo mezclado con otro máximo de
frialdad.
Ese retorno sucede después que, durante el siglo
XX, se luchó para romper las cadenas impuestas por la poética
romántica del XIX, como la que planteaba que la poesía era
una irrupción irreprimible desde la interioridad del creador.
Esos son algunos de los planteamientos del escritor catalán
Jordi Juliá, quien acaba de ganar el primer Concurso Internacional
de Ensayo Siglo XXI-Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), con el
trabajo La mirada de Paris. Ensayos de crítica y poesía.
Aparte de ensayista, Jordi Juliá es poeta, especialista
en teoría literaria y literatura comparada, y profesor de la Universidad
Autónoma de Barcelona.
La sinceridad en el tiempo
Juliá considera La mirada de Paris... una
"aportación humilde" a la crítica y la teoría literarias
del siglo XX. "Y sobre todo, como un intento por dar a conocer cómo
podemos comprender y valorar el género literario de la poesía".
Por ejemplo, dice, le interesa el concepto crítico
de la sinceridad (la capacidad del poeta para transmitir su interioridad),
utilizado desde el romanticismo, y observar en él sus cambios a
lo largo del tiempo.
También se centra en buena medida en ejemplos de
"poesía comprometida", de crítica social, la cual ha caído
en desuso y es menospreciada.
A partir de ahí retoma ejemplos de poemas españoles,
catalanes, latinoamericanos, ingleses y los casos que son más útiles
a su discurso, en la línea de la literatura comparada.
En el fondo, La mirada de Paris... "es una especie
de divulgación seria de mis intereses teóricos y de mi vocación,
pero dirigida a un público mucho más amplio que el académico".
Recuerda que Paris es el pastor mitológico a quien
se le encomendó juzgar cuál de las tres diosas era la que
excedía en belleza, a la que acabaría otorgando la manzana
de la discordia. "En ese sentido, él fue el primer crítico
al tener que decidir qué era la belleza".
Esa mirada escrutadora sirve muy bien en este presente
en que los lectores toman importancia. "Ha desaparecido cualquier canon
de belleza que pudiéramos admitir entre todos. El concepto de belleza
se ha desintegrado y sólo quedan las miradas personales de cada
uno".
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