MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Robaron, los cacharon y huyeron

Fraude a AHMSA
Autrey, favorecido por la venta de garaje de paraestatales

CON O SIN VIDEO, la corrupción no es patrimonio exclusivo de la cada vez más productiva clase política nacional, sino que es un ejercicio que prácticamente se ramifica a todas las actividades, públicas y privadas, siempre y cuando el beneficio compense el riesgo: en todas roban y -si los cachan- huyen o piden licencia, según sea el caso.

DE NUEVA CUENTA la realidad corrige al discurso oficial, aunque el presidente Fox parece no estar enterado de que en su círculo también se cuecen habas porque siempre habla de terceros cuando se refiere a la corrupción, de tal suerte que habrá que esperar más "sorpresas" y "desinteresadas" denuncias públicas, con la mira siempre puesta en las elecciones presidenciales de 2006.

PARA QUE LA clase política no se sienta triste y abandonada porque alguien podría pensar que sólo algunos de sus integrantes son corruptos, habrá que considerar a no pocos empresarios que han engrosado sus chequeras gracias al ejercicio de dicha práctica mediante una nutrida variedad de formas y estilos ya sea con el intercambio de dinero por favores hasta el tráfico de influencias.

EN LOS PASADOS días, los ojos y espacios de los medios de comunicación se han centrado en las corruptelas y prevaricaciones del Niño Verde y su empresa familiar, las tranzas del secretario capitalino de Finanzas y la inmoralidad del "líder" de la bancada perredista en la Asamblea Legislativa.

TAL VEZ POR ello ha pasado prácticamente inadvertido el escándalo en torno a una pareja de empresarios que llevaban años sorteando -siempre con un amparo bajo el brazo- denuncias, demandas y órdenes de aprehensión, hasta que por estos días se vieron en la penosa necesidad de huir del país y de los que algunos insisten en llamar "aparato de justicia".

ESE DUO DINAMICO no puede ser otro que el conformado por Xavier Autrey y Alonso Ancira, presidente y vicepresidente del consejo de administración de la otrora poderosa empresa estatal Altos Hornos de México (AHMSA), "desincorporada" -léase privatizada- en el sexenio de Miguel de la Madrid.

DE NUEVA CUENTA, Hacienda los ha acusado de evasión fiscal y se giraron las respectivas órdenes de aprehensión. Los empresarios, antes de que otra cosa sucediera, pusieron pies en polvorosa, amén de que desde 1999 declararon a la empresa acerera en suspensión de pagos por un débito que se aproxima a los 2 mil millones de dólares.

HUYERON, PUES, PERO ayer AHMSA, con sede en Monclova, anunció que "interpondrá todos los recursos legales de defensa ante los señalamientos de que existen órdenes de detención por presuntas irregularidades fiscales contra directivos de la acerera", y consideró que dichas órdenes "son el resultado de las fuertes presiones ejercidas por Citibank-Banamex y BBVA-Bancomer, instituciones que se encuentran afectadas por la suspensión de pagos decretada por un juez en 1999".

NADIE DUDARIA DE las "fuertes presiones ejercidas" por las instituciones bancarias referidas -que en eso de las corruptelas se pintan solas-, pero el hecho es que Autrey y Ancira exprimieron al corporativo en su beneficio hasta que, como en tantas otras ocasiones, lo declararon en quiebra.

EN 2001, EL Banco del Bajío -institución que casualmente pertenece a la familia de Ramón Aguirre Velázquez, sucesor de Carlos Salinas en la Secretaría de Programación y Presupuesto y regente del DF cuando aquél ocupó Los Pinos- demandó a Xavier Autrey y a Alberto Ancira por ""falsear información para obtener un crédito por 11 millones de dólares".

XAVIER AUTREY ERA la cabeza visible de un consorcio farmacéutico que terminó por convertirse -gracias a la intervención y favores de los amigos privatizadores- en uno de los principales compradores de empresas del Estado en tiempos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, cuyos gobiernos tuvieron la generosidad de venderle más de 20 paraestatales, entre ellas Altos Hornos de México.

COMO PARTE DE la corrupción imperante en el país, un especialista en aspirinas y antidiarreicos se convirtió -por obra y gracia de Los Pinos- en banquero, acerero, minero, operador de satélites, hullero -de hulla- y tantas otras actividades empresariales por él desconocidas. Y los resultados saltan a la vista: tronó y vendió todo lo que compró, no sin antes exprimirle hasta la última gota.

DOS JOYAS DESTACAN entre el lote paraestatal por él y sus socios adquirido: Altos Hornos de México y Multibanco Comermex -que fuera el cuarto en importancia del sistema bancario mexicano-, después bautizado simplemente como Inverlat, hoy en manos extranjeras.

EN FEBRERO DE 1992, Multibanco Comermex pasó a manos del farmacéutico, en asociación con Agustín F. Legorreta Chauvet, cabeza de Banamex antes de la expropiación de 1982, y sus hermanos Carlos, Sergio y Adolfo Autrey Maza. Antes del decreto lopezportillista, la familia Autrey administraba la Casa de Bolsa México, que vendió a Bancomer (hoy BBVA), y por ello se sintió capaz de manejar un banco, obviamente reprivatizado en tiempos de Carlos Salinas.

UNA VEZ QUE vendió Inverlat a extranjeros, Xavier Autrey le dejó un regalito al erario: en la lista de créditos relacionados por el auditor Michael Mackey, este personaje aparece registrado con un adeudo en Banca Cremi por 83.2 millones de pesos, monto que, obviamente, asumió el Fobaproa.

ADEMAS, LA GRACIA presidencial le concedió paraestatales como Aceros Planos, Compañía Minera Real del Monte y Pachuca, Consorcio Minero Benito Juárez-Peña Colorada, Carboeléctrica Río Escondido, Hullera Mexicana y Satélites Mexicanos.

TODO LO ANTERIOR por obra y gracia de ese gran abanico que genéricamente se conoce como corrupción: de vender aspirinas y laxantes pasó a administrar ese universo. Animo, pues, que el Niño Verde, Ponce y Bejarano no están solos.

Las rebanadas del pastel:

AHORA SE SABE por qué Fox asegura que la recuperación económica está presente: en 2003, México se mantuvo como el mayor consumidor per cápita de productos Coca-Cola en el mundo, de acuerdo con un reporte del consorcio... Según cálculos citados por Reuters, México tiene un consumo per cápita anual de 82 litros de leche, contra 150 litros de refresco.

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