México D.F. Domingo 7 de marzo de 2004
La situación es más grave en comunidades
indígenas y de alta marginación, señala
Programas de salud no han logrado bajar el índice
de mortalidad materna: estudio
ANGELES CRUZ
La mortalidad materna en México es un problema
todavía sin solución. El año pasado la tasa se situó
en seis por cada 10 mil nacimientos estimados, la misma de 1990, y al contabilizar
el subregistro el indicador se sitúa en 7.3. La situación
se complica en las zonas marginadas, donde ni el programa foxista Arranque
parejo en la vida (APV) ha logrado mejorías sustantivas.
Una investigación de la asociación civil
Fundar, asegura que en el diseño y aplicación de la estrategia
existen varias deficiencias, entre ellas el haberla puesto en marcha sin
antes superar las desigualdades en las condiciones básicas de vida
en las entidades donde actualmente opera. Afirma que el cumplimiento de
las metas programadas para bajar las defunciones de mujeres por causas
asociadas a la maternidad no están aseguradas.
Indica
que no se contempló con anticipación que en situaciones de
emergencia obstétrica, las mujeres requieren de un medio de transporte
que las traslade al hospital. En situaciones de este tipo, el APV confía
en la voluntad de la comunidad y/o el alcalde, apunta el estudio.
Arranque parejo en la vida fue puesto en marcha por la
Secretaría de Salud (Ssa) en febrero de 2002. Otorga atención
a mujeres durante el embarazo, parto y puerperio, y a los niños
desde el nacimiento hasta los dos años de edad. Funciona en los
estados y municipios con mayor incidencia y número de muertes maternas,
la mayoría de los cuales son rurales con población indígena
y de alta marginalidad. Actualmente opera en 18 estados y 356 municipios.
Respecto de las deficiencias de la estrategia, la investigación
realizada por Daniela Díaz Echeverría destaca que en las
zonas de difícil acceso, la disponibilidad de transporte se vuelve
un asunto crucial para resolver las emergencias.
Resalta que es cuestionable la capacidad de Arranque parejo
en la vida de cumplir las metas de disminución de la mortalidad
materna de mujeres pobres, sin acceso a las instituciones de seguridad
social y que viven en zonas donde es limitada o no existe infraestructura
hospitalaria, equipamiento ni personal médico.
Señala que APV tiene una debilidad de origen, que
es depender de una "red social", es decir, de aportaciones de la iniciativa
privada, para cubrir requerimientos básicos para su funcionamiento.
A decir de la investigadora, esta falta de seguridad financiera pone en
riesgo la continuidad y eficiencia de las acciones de salud.
En los informes anuales del programa se señala
que se dejó a la red social la tarea de gestionar los recursos económicos
necesarios para la compra de equipo médico. Así, en el periodo
2001-2002 el aporte privado para este rubro fue de 217 millones 297 mil
630 pesos. Esta cifra representa 156 veces el gasto público de capital
asignado a APV
El hecho de que la aplicación del programa "descanse"
en gran parte en las aportaciones de la iniciativa privada, deja en la
indefinición cuál es la entidad a la que se debe atribuir
la responsabilidad de su funcionamiento, subraya el análisis.
Al abordar lo relativo a los recursos en infraestructura
disponible para la aplicación de APV, el estudio menciona que la
mayoría de las muertes maternas ocurren durante el parto. Las cirugías
son la vía para evitarlas, pero resulta que en las localidades marginadas
apenas existen centros de salud con una sobredemanda en sus servicios.
En el estado de México, por ejemplo, cada unidad debe atender a
6 mil 679 personas; en Chiapas, cada clínica cubre a 3 mil 856 pacientes;
en Veracruz, 6 mil 49, y en Oaxaca, 4 mil 20.
La situación se complica por la carencia de hospitales
de segundo y tercer niveles, estos últimos son inexistentes en Chiapas
y Guerrero. Díaz refiere que en los tres primeros años del
gobierno del presidente Vicente Fox hubo estancamiento en la construcción
de obra pública en salud e incluso una disminución en la
asignación de recursos para esta área. En 2003 Oaxaca no
reportó presupuesto alguno para infraestructura, a pesar de que
ahí se registró la tasa de mortalidad materna más
alta en el año previo.
En el capítulo sobre los recursos humanos, la investigación
de Fundar advierte que APV no contempla contratar personal adicional de
salud, lo cual también es una debilidad del programa, porque los
médicos del primer nivel de atención, para población
no derechohabiente, operan simultáneamente en distintos programas,
al menos cuatro dirigidos a todos los grupos de edad y sexo.
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