México D.F. Viernes 12 de marzo de 2004
Carta de Rosario Robles
Señora directora: De todas las mentiras
que se han publicado sobre mi persona en su periódico -al cual siempre
he respetado-, la que aparece el día 11 de marzo en primera plana
y que afirma que yo estuve presente cuando se cerró la operación
de compraventa del Club León es la que menos sustento tiene.
Quiero señalar categóricamente que yo nunca
estuve ni participé en forma alguna en la negociación ni
durante el cierre de dicha operación que involucró al mencionado
equipo de primera división A.
Atentamente
Rosario Robles Berlanga
Respuesta del reportero
Señora directora: Con todo respeto para
la señora Rosario Robles, ahora hasta existe un video en el que
el señor Roberto Zermeño ratifica la información publicada
en este espacio. Ante cámaras y micrófonos, ayer insistió
en que Robles estuvo presente cuando cerró la negociación
con el empresario Carlos Ahumada. Ojalá y en esta segunda lectura
ella advierta a quién debe dirigir su reclamo.
Miguel Angel Ramírez
Aclaración de la SFP
Señora directora: Con relación a
la nota publicada el 11 de marzo en la página 26 de La Jornada,
bajo la cabeza "Sector público federal, con el peor grado de
corrupción en 20 años", me permito comentarle lo siguiente:
En diferentes espacios hemos estado tentados a ver el
problema de la corrupción como una responsabilidad de algún
actor en particular, en este caso, del gobierno federal. Con ello se ha
producido el efecto de desensibilizar a otros actores de la vida política
y económica nacional que comparten la responsabilidad en las calificaciones
otorgadas a nuestro país en diferentes indicadores internacionales.
El componente de corrupción del Internacional Country
Risk Guide (ICRG) -que es sólo una variable de las 22 consideradas
para evaluar el riesgo país- no se refiere exclusivamente al sector
público federal, sino a todo el sistema político (según
reconoce el propio ICRG en sus notas explicativas). Entre los criterios
que se evalúan destacan el nepotismo, el tráfico de empleos
públicos, el financiamiento secreto a los partidos políticos,
y los vínculos sospechosos entre la política y los negocios,
actividades no exclusivas de la administración pública federal.
Por lo tanto, este indicador nos mide a todos. Los tres órdenes
de gobierno, los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el sector privado
y la sociedad en general tenemos la responsabilidad en los temas evaluados
por este índice.
Es por ello que la Secretaría de la Función
Pública (SFP), sin descuidar sus acciones correctivas, ha puesto
énfasis en el enfoque preventivo de la corrupción. La clave
para combatir con éxito este flagelo es la construcción de
una cultura de integridad y transparencia, como lo demuestran las experiencias
en otros países.
Hemos impulsado la ciudadanización de la cultura
anticorrupción por medio de 35 convenios con grupos de la sociedad
y dos pactos sectoriales; de campañas de sensibilización
permanente, de herramientas para la creación de espacios libres
de corrupción y del establecimiento del Consejo Ciudadano para la
Transparencia, entre otras muchas acciones. En cuanto a las acciones correctivas,
hemos hecho la tarea. De diciembre de 2000 a la fecha se han aplicado 21
mil 612 sanciones administrativas.
Cabe señalar que la conclusión del estudio
de BBVA Bancomer, motivo de la nota, se presta a confusión. Se infiere
que un número menor de sanciones es un indicador de que el combate
a la corrupción no es efectivo. No obstante, también es posible
que se deba a una disminución real de casos de corrupción.
En realidad, el objetivo del combate a la corrupción es precisamente
la disminución en la incidencia de actos irregulares y, por consiguiente,
de sanciones administrativas o penales.
Atentamente
Aliza Chelminsky, titular de la Unidad de Vinculación
para la Transparencia
Contestación de los reporteros
Señora directora: Con relación a
la carta enviada por la titular de la Unidad de Vinculación para
la Transparencia de la Secretaría de la Función Pública,
Aliza Chelminsky, no nos queda más que darle las gracias. Pero al
mismo tiempo quisiéramos sugerirle que sus comentarios los envíe
a BBVA Bancomer, que es la institución autora del análisis
de donde se obtuvo la información de referencia. En verdad deseamos
que su cruzada preventiva de la corrupción tenga el mayor de los
éxitos, en beneficio de toda la sociedad. Valga, de paso, la petición
de que se nos explique, a nosotros y nuestros lectores, a qué se
debe que, por ejemplo, la Secretaría de Hacienda cuente con la información
de que en el Banco Nacional de Comercio Exterior se tengan registros de
la compra de "un silbato metálico" a la empresa Coria Becerra Deportes,
SA de CV, y se haya pagado por él la cantidad de 3 mil 760 pesos.
O que, en otros casos, Capufe haya pagado 6 millones 665 mil 300 pesos
por una computadora, o que el IPAB gastara 494 mil 970 pesos con 30 centavos
para el "suministro y colocación de alfombra para el inmueble de
Varsovia 19".
Atentamente
Víctor Cardoso y Juan Antonio Zúñiga
El
Correo Ilustrado
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