México D.F. Martes 16 de marzo de 2004
Sus mayores ingresos provienen no de otorgar
créditos, sino de recibir recursos públicos
La nueva banca mexicana, lista para celebrar
su convención
Bajo amplio dominio de capitales extranjeros, los bancos
buscarán definir una ''nueva etapa'' La reunión de esta
semana durará sólo un día y el plato fuerte será
una conferencia de Rubin
ROBERTO GONZALEZ AMADOR E ISRAEL RODRIGUEZ
La principal fuente de financiamiento de las empresas
en México son sus propios provedores. Para las familias, las sociedades
financieras conceden préstamos en condiciones más favorables
que los bancos tradicionales. Como destino del ahorro, los fondos de inversión
crecen más que la captación mediante instrumentos tradicionales.
Con cambio de rostro para adecuarla a los nuevos tiempos, la banca tradicional
que opera en el país, dominada ampliamente por extranjeros, se reúne
esta semana en su convención anual para tratar de aclararse cuál
es ''la nueva etapa'' que jugará en el país.
El sistema bancario mexicano, más que fuente de
recursos para financiar la actividad productiva, es destino de los fondos
públicos. Mientras el crédito a empresas y familias apenas
comenzó a despuntar tímidamente a partir de 2003, el sistema
financiero recibió del fisco, en los últimos nueve años,
recursos por 284 mil 505 millones de pesos como pago de intereses del rescate
financiero emprendido por el gobierno anterior.
A
mediados de esta semana los directivos de las instituciones financieras
realizarán en el puerto de Acapulco la 67 convención bancaria.
Para la ocasión, el organismo de representación de los banqueros
fue rebautizado. A partir de ahora se llama Asociación de Bancos
de México (ABM), en lugar de Asociación de Banqueros de México.
El cambio de piel no oculta la realidad de las instituciones que operan
en el país: se trata de un sistema privilegiado por los fondos públicos
y los beneficios del gobierno como la posibilidad de diferir el pago de
impuestos, es un servicio que se encarece continuamente para el público
y que, cuando presta, lo hace con tasas de interés que al menos
triplican los valores de referencia.
El formato mismo de la convención bancaria de esta
semana ofrece una instantánea de la reducción a su mínima
expresión de los banqueros mexicanos. El encuentro durará
menos de 24 horas: será inaugurado el jueves a las 19 horas por
el presidente Vicente Fox, para ser clausurado a las 14 horas del viernes
por Alonso García Tamés, subsecretario de Hacienda.
El platillo fuerte de esta cita, se ofrece en el programa,
es una ''conferencia magistral'' de Robert Rubin, ex secretario del Tesoro
de Estados Unidos, y actual presidente del comité ejecutivo de Citigroup,
dueño de Banamex.
Lejanos los tiempos en que una convención bancaria
era el evento financiero del año, con una agenda de trabajos que
se prolongaban por una semana.
Como ha venido ocurriendo desde la crisis de 1995, la
presencia de los inversionistas mexicanos en el sistema bancario se diluye.
Este año será todavía menor a la de 2003. Este mismo
viernes concluye el plazo abierto para que sea completada la oferta pública
que el grupo español BBVA hizo para adquirir 40.6 por ciento de
los títulos de BBVA Bancomer que se mantenían en poder de
accionistas mexicanos.
La banca mexicana mantuvo cerrado el financiamiento desde
la crisis de 1995. Apenas comenzó a repuntar la asignación
de préstamos el año pasado, con un avance de 6 por ciento,
según la ABM. Pero aun con esa incipiente actividad, el conjunto
de las instituciones bancarias que operan en el país, de cuyo capital
95 por ciento es propiedad de extranjeros, obtuvo en 2003 ganancias por
28 mil millones de pesos, 35 por ciento más que en 2002, de acuerdo
con la profesora María Eugenia Correa, del Instituto de Investigaciones
Económicas de la UNAM, quien cita datos oficiales.
Ello, mientras el crédito, que constituye la actividad
fundamental de un sistema bancario, ha ido continuamente a la baja: de
representar 49 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 1994, pasó
a ser equivalente a sólo 15 por ciento en 2003, lo que implicó
una disminución promedio de 8.6 por ciento anual, señala
la experta en temas bancarios y financieros.
La banca dejó de prestar, pero sus ingresos se
han elevado a partir del alza en las comisiones -ocurrida después
de que disminuyeron las tasas de interés- por los servicios que
proporciona a los ahorradores, pero también por los ingresos que
percibe como parte del rescate bancario. Cuando el gobierno del ex presidente
Ernesto Zedillo actuó para evitar la bancarrota de los bancos, asumió
con esas instituciones compromisos de deuda por los cuales el sector público
ha destinado, entre 1995 y 2003, recursos por 284 mil 505 millones de pesos.
En 2004 se sumarán otros 40 mil millones de pesos. Adicionalmente
el sistema financiero mantiene como parte de sus activos un monto de 38
mil millones de pesos en impuestos diferidos, que no han sido enterados
al fisco.
México es una plaza rentable para los bancos. Sin
asumir el riesgo de prestar, obtiene ganancias crecientes. En cambio, para
el sistema productivo la banca tradicional no es todavía una opción
de financiamiento. Una encuesta del Banco de México indicó
que 56.8 por ciento del financiamiento de las empresas tiene como origen
a sus propios proveedores, en tanto sólo 20 por ciento es proporcionado
por los bancos. El resto se origina en empresas del propio corporativo,
bancos extranjeros o de la banca de desarrollo.
En el último año el ahorro del público
en la banca tradicional creció apenas 1.5 por ciento en términos
reales. Este resultado tiene su origen en que la captación por medio
de instrumentos de ahorro de exigibilidad inmediata, como las cuentas personales
que pagan intereses por debajo de la inflación, aumentó 7.1
por ciento. Pero la captación tradicional a plazo, como los instrumentos
a plazo fijo, se contrajo 3.1 por ciento.
''La disminución de la captación bancaria
tradicional se debió a la rápida expansión de alternativas
de ahorro no tradicional, como la realizada por las sociedades de inversión'',
comentó BBVA Bancomer
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