México D.F. Martes 16 de marzo de 2004
Reitera que los soldados españoles volverán
si la ONU no interviene antes del 30 de junio
Bush y Blair, obligados a reflexionar para no repetir
lo de Irak: PSOE
No se puede bombardear a un pueblo sólo "por
si acaso", advierte Rodríguez Zapatero
Garantizó una política de inmigración
"ordenada" y recuperar la relación con Francia y Alemania
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 15 de marzo. Los mil 300 soldados españoles
desplegados desde agosto pasado en Irak regresarán a España
si la Organización de Naciones Unidas (ONU) no se hace cargo de
la situación antes de finales de junio, anunció hoy el líder
socialista José Luis Rodríguez Zapatero, ganador de las elecciones
generales del domingo, quien señaló que integrará
un gobierno "monocolor", al tiempo que subrayó que su principal
prioridad será la lucha contra el terrorismo.
"Mi posición sobre la guerra de Irak es conocida.
El tiempo ha puesto de manifiesto que los argumentos esgrimidos no tenían
credibilidad: la ocupación de Irak se gestionó mal y si no
hay un cambio en el cual la ONU se haga cargo de la situación, las
fuerzas españolas regresarán", declaró en rueda de
prensa.
El
líder socialista explicó que la fecha límite para
que este cambio se produzca es el 30 de junio, día previsto para
la cesión de la soberanía a los iraquíes.
Desde antes que comenzara la ofensiva, hace casi un año,
cuando las tropas españolas se desplegaron en Irak y durante su
campaña electoral, Rodríguez Zapatero recalcó que
esta guerra era "inmoral, injusta e ilegal", y aseguró que el gobierno
de José María Aznar mentía o se dejaba engañar
por Estados Unidos al decir que en Irak había armas de destrucción
masiva.
El líder del Partido Socialista Obrero Español
(PSOE) se desmarcó de uno de los puntos claves de la política
exterior de Aznar: su alianza incondicional con el presidente estadunidense
George W. Bush y con el primer ministro británico, Tony Blair, para
la cuestión Irak. "La participación de nuestro país
fue un error. Creo que, en sí misma, la intervención militar
fue un también error político".
El apoyo de España a la guerra de ocupación
de Irak fue una decisión unilateral de Aznar a pesar del rechazo
popular y de todas las formaciones políticas de la oposición.
"Por supuesto, los soldados españoles en Irak regresarán
antes del 30 de junio", sosuvo Rodríguez Zapatero.
El futuro presidente del gobierno español indicó
que "el señor Bush y el señor Blair tendrán que hacer
la reflexión y la autocrítica para que no vuelva a suceder,
para que no se hagan cosas así. No se puede bombardear un pueblo
'por si acaso'".
Expuso que su gobierno será "monocolor", es decir,
que no tiene previsto formar una alianza con otras formaciones políticas,
y gobernará con mayoría simple, por lo que necesitará
de acuerdos para sacar adelante las reformas de Estado que requieren de
la mayoría absoluta.
Aseguró que su gabinete tendrá una "forma
de gobernar distinta", un "estilo nuevo" de "diálogo permanente
con todos los grupos parlamentarios, eficaz, austero y tolerante" y que
se comportará como "un buen demócrata: no manipular, no mentir,
escuchar, entenderse, respetar".
Además confirmó que su prioridad como gobierno
"será la lucha contra el terrorismo, para lo que contaré
con todas las formaciones políticas".
En materia de la reforma de los estatutos de autonomía,
un asunto vital de cara al País Vasco y Cataluña, Rodríguez
Zapatero aseguró que está "abierto a las reformas siempre
que haya un amplio consenso, y a su adecuación a la Constitución".
En cuanto a la relación del nuevo gobierno con
el presidente del País Vasco, el nacionalista moderado Juan José
Ibarretxe, que durante la era Aznar no tuvo diálogo con Madrid,
Rodríguez Zapatero se comprometió a "mantener una buena relación".
En este sensible aspecto de la política de este
país, el dirigente socialista explicó que su victoria garantiza
"la cohesión territorial", para la que es necesario "un clima habitable,
que sólo es posible con un cambio de actitud, que consistirá
en no utilizar la unidad de España ni la Constitución de
todos para el debate partidario y electoral".
En torno al País Vasco, el candidato socialista,
impulsor del llamado Pacto por las libertades y contra el terrorismo,
rubricado únicamente por el PP y el PSOE, añadió que
la principal amenaza es el Plan Ibarretxe, ya que a su juicio tiene
"dos elementos" que lo obligan a mantener una postura de "claro combate":
"el primero, y más grave, que es un plan que pretende un marco político
para Euskadi alterando el procedimiento de las reglas democráticas
de modificación de nuestro ordenamiento jurídico, que no
tiene en cuenta ni respeta los principios de cómo se reforma un
estatuto de autonomía según la Constitución, en concreto
el estatuto de autonomía del País Vasco".
La segunda razón, de orden político, es
que es un plan inspirado en las tesis nacionalistas más profundas
del Partido Nacionalista Vasco y, por tanto, "divide y separa a la sociedad
vasca".
Asimismo, Rodríguez Zapatero garantizó que
España contará con una política de inmigración
"más ordenada" en la que la "legalidad será la norma y la
irregularidad la excepción". Se comprometió a crear un "gran
pacto ante el fenómeno de la inmigración" en el que se reunirán
el gobierno central, ejecutivos regionales, empresarios, sindicatos y fuerzas
políticas. Los inmigrantes deberán gozar de "derechos y políticas
sociales y de integración, pero también de deberes".
Otro de los compromisos más relevantes de Rodríguez
Zapatero fue en materia de política exterior, en la que pretende
que España vuelva "a entenderse con Europa" después de la
ruptura de Aznar con los dos países eje de la Unión Europea:
Francia y Alemania. Además, "recuperará los ejes tradicionales
de América Latina y el Mediterráneo".
Cambios en la relación con AL
En la conferencia, Zapatero explicó que "la percepción
en América Latina con relación a Aznar y al PP va de regular
a mal. Además, soy consciente que hay 40 o 50 millones de hispanos
en Estados Unidos y que eso es elemento importante económicamente
para las empresas españolas, pero creo que el camino se ha equivocado...
Mi estrategia respecto de esos 40 millones de hispanos en Estados
Unidos no sería de carácter unilateral, como hace Aznar,
sino compartida con América Latina, muy especialmente con México,
que es un país que además tiene mucha capacidad de entrar
en el mercado estadunidense".
Rodríguez Zapatero indicó que "la relación
de América Latina con Europa tiene su cauce natural en España,
de ahí que piense que nuestra relación con América
tiene que mirar primero a América Latina, pues el mayor potencial
que tiene España como país ante el mundo es su cultura histórica
y lógicamente el idioma. Pero esto debe hacerse con Iberoamérica".
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