México D.F. Martes 16 de marzo de 2004
Llamó a crear condiciones adecuadas para
resolver la crisis de los desplazados en Chiapas
Insta Soberanes a legisladores a cumplir los acuerdos
de San Andrés
Persiste el peligro de estallido social por la falta
de recursos que el gobierno debería inyectar, sostiene
JOSE A. ROMAN Y ENRIQUE MENDEZ CORRESPONSAL
Tras exhortar a los legisladores a revisar la reforma
constitucional en materia indígena para cumplir con los acuerdos
de San Andrés, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos (CNDH), José Luis Soberanes, dijo que el problema de las
garantías básicas de este sector de la población es
un tema de "vital importancia" en la agenda nacional.
Al
reunirse con los integrantes de la Comisión de Asuntos Indígenas
de la Cámara de Diputados, Soberanes recordó que si bien
hay avances en la incorporación de los derechos y cultura indígenas
al orden jurídico, el proceso de reformas y adecuaciones legales
en esta materia "todavía está abierto".
Dijo que los nuevos preceptos constitucionales, incorporados
con la reforma de hace tres años, requieren aún una enorme
dosis de creatividad en el trabajo legislativo, especialmente en el ámbito
de las entidades federativas, en cuyos congresos resultaría conveniente
impulsar, cuando no las haya, la formación de comisiones legislativas
en asuntos indígenas.
En la reunión, realizada en el recinto legislativo
de San Lázaro, el presidente de dicha comisión, el perredista
Javier Manzano Salazar, consideró que para resolver el problema
político de fondo que existe en Chiapas se debe revisar la reforma
constitucional de 2001 y adecuarla no solamente a los acuerdos de San Andrés,
sino a los planteamientos de otras comunidades y pueblos indígenas.
Soberanes, en su primera intervención, señaló
que la formulación jurídica de los derechos indígenas
dista mucho de ser un fin en sí mismo, pues la verdadera meta es
que ello tenga como efecto el cumplimiento de dichos derechos y genere
una vida más digna y justa para esos 12 millones de mexicanos.
Indicó que el problema de los desplazados de Chiapas
es serio; no obstante, consideró difícil obligar a las comunidades
expulsoras a que acepten nuevamente a los desplazados, porque quizás
el encono pueda traer peores resultados. Es más prudente, comentó,
crear en otros lugares las condiciones necesarias para que las comunidades
desplazadas reinicien una vida con dignidad, porque de otra manera se podría
provocar más violencia física.
A los legisladores les presentó un informe general
de la situación de los pueblos indígenas y sobre los resultados
de los diversos programas que tiene la CNDH y que impactan a este sector
de la población. Informó que el programa de libertad anticipada
permitió liberar en 2003 a 688 personas, de las mil 967 propuestas
a la autoridad ejecutoria y el fuero común de diferentes entidades.
Hasta el año pasado se tenían 7 mil 73 registros de internos
indígenas, de los cuales mil 536 pertenecen al fuero federal y 5
mil 537 al común.
Insistió en que los conflictos agrarios, la pobreza
extrema, la migración laboral, las condiciones injustas en los ámbitos
de reclusión, los obstáculos para acceder a los servicios
de salud y educación y el fenómeno de la intolerancia religiosa,
son sólo algunos de los problemas que padecen los pueblos indígenas
del país, que impactan negativamente el disfrute integral de sus
derechos humanos y ponen en riesgo la perdurabilidad de su identidad cultural.
Sin embargo, el presidente de la CNDH identificó
a la problemática agraria como uno de los factores que impacta de
manera más negativa en la vida de los pueblos y comunidades indígenas,
pues en su cultura la tierra no es únicamente un factor productivo,
dado que la vigencia de su cosmovisión y tradiciones culturales
confirman una relación especial con la tierra y sus territorios,
lo cual constituye una nítida diferencia cultural de esos pueblos
con el resto de la población.
En este sentido, Soberanes reconoció que aunque
los distintos niveles de gobierno han mostrado voluntad por atender cuando
menos los conflictos agrarios más graves y con riesgo de explosividad
social, muchas veces las soluciones se postergan por falta de recursos
federales.
Es importante que la atención gubernamental a los
conflictos intra o intercomunitarios con incidencia de factores agrarios,
en lugar de tener un carácter reactivo o emergente y sin plazos
claramente establecidos, implique una acción permanente, y para
ello, es pertinente fortalecer los recursos para la atención de
los aspectos agrarios, así como aquellos dirigidos a impulsar el
desarrollo integral de las comunidades y pueblos indígenas.
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