México D.F. Domingo 21 de marzo de 2004
Multitudinaria protesta en Nueva York cerró
área de unas 40 cuadras
Cientos de miles se manifiestan en Estados Unidos contra
la guerra
Bush, blanco de los pacifistas: lo acusan de mentir
y ser culpable de la muerte de sus soldados
El fin de la ocupación de Irak y el rechazo a
la injerencia en otros países, demandas principales
DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES
Nueva York y Washington, 20 de marzo. Cientos de
miles de personas participaron en más de 250 manifestaciones y marchas
contra la guerra en Irak y la política exterior del presidente George
W. Bush a lo largo de Estados Unidos, para reafirmar así la amplia
y diversa participación en el movimiento por la paz aquí,
a un año de la invasión y ocupación del país
árabe.
En
Nueva York se realizó la ma-nifestación más grande
del país (100 mil personas, según los organizadores, 30 mil
según las autoridades), donde se tuvo que cerrar una área
de unas 40 cuadras en el centro de Manhattan durante unas cuatro horas
que duró la marcha y el posterior mitin.
Hubo un mar de mantas, pancartas, banderas, títeres
que marchaban al ritmo de tambores, bandas musicales y mil consignas.
"Bush miente", "Fin a la ocupación de Irak: ni
un día más, ni una muerte más, ni un engaño
más", "Veteranos por la Paz", "No en nuestro nombre", fueron algunos
de los innumerables mensajes que desplegaba la multitud.
Había contingentes de veteranos de guerra, de sindicalistas,
estudiantes, altermundistas, anarquistas, socialistas, miembros
de iglesias, comités de solidaridad y ambientalistas, entre otros.
También estaban los veteranos ancianos de la Brigada
Lincoln (de las brigadas internacionales que lucharon contra el dictador
Francisco Franco en España), un contingente de bicicletas por la
paz que declaraba en pancartas "Bicis, no bombas", y las "Abuelas furiosas".
Un
contingente de "judíos contra la guerra" marchaba junto con los
comités de solidaridad con los palestinos, mientras otros grupos
demandaban el fin de la intervención estadunidense en Corea, Filipinas,
Venezuela y Haití.
Por su parte, la Brigada Venceremos pedía fin de
la agresión contra Cuba.
"Bravo, España, tu democracia funciona. Ahora nos
toca a nosotros", declaraba una pancarta, mientras que un contingente de
"teatros contra la guerra" festejaba su protesta con una banda de tambores
y trompetas, y baile.
Marcharon palestinos, israelíes, españoles,
haitianos, mexicanos, entre otros, con pancartas en ára-be, español,
francés y más, aunque la vasta mayoría de los participantes
eran estadunidenses.
Se realizaron manifestaciones en San Francisco, Seattle,
Cincinnati, Albuquerque, Atlanta, Chicago, entre las más de 250
convocadas hoy para participar en el evento internacional por la paz.
También
se realizaron protestas en Crawford, Texas, donde se encuentra el rancho
del presidente Bush, y en Fayetville, Carolina del Norte, sede de una de
las bases militares más grandes del país.
Bill Dobbs, vocero de United for Peace and Justice, la
coalición antiguerra más grande del país, que hizo
el llamado para el día de protesta, comentó que se "envió
un mensaje claro al gobierno del republicano Bush".
En breve entrevista con La Jornada, dijo que las
protestas fueron una manifestación de "rechazo a una política
exterior de construir un imperio y en demanda de una política exterior
de respeto al derecho internacional".
A la vez, comentó que las manifestaciones fueron
"una gran demostración del vigor, extensión y diversidad
del movimiento por la paz en Estados Unidos, dos años después
de su aparición".
La multitud recordó a las víctimas
del 11-M y pidió el regreso de las tropas españolas
"Aznar, canalla, nos vemos en La Haya", gritaron miles
de españoles en Madrid
En Barcelona marcharon 200 mil personas para demandar
el fin de la intervención en Irak
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 20 de marzo. Centenares de miles de personas
volvieron a salir este sábado a las calles de las principales capitales
del país para exigir nuevamente el fin de la ocupación militar
de Irak y para recordar a las víctimas y familiares del atentado
del 11 de marzo, conocido aquí como 11-M.
A
un año del comienzo de la guerra contra Irak, la multitud exigió
el regreso de las tropas españolas desplegadas en el país
árabe por decisión unilateral del presidente en funciones,
el conservador José María Aznar.
En Madrid, donde hay miles de veladoras en los rincones
trágicos, donde estallaron los "trenes de la muerte", la movilización
reunió a más de 50 mil personas, que se desplegaron desde
la Puerta del Sol hasta la glorieta de La Cibeles.
Con una manta con el lema "Madrid. Construyendo la paz.
Retirada de las tropas. Fin de la Ocupación", los manifestantes
re-corrieron las calles del centro de la ciudad encabezados por representantes
de partidos políticos, organizaciones sociales, artistas y miembros
de la sociedad civil.
Antes de llegar a la Puerta del Sol, donde se leyeron
los comunicados de la protesta, los manifestantes gritaron consignas contra
Aznar, George W. Bush y Tony Blair, entre ellas "Aznar, canalla, nos vemos
en La Haya" o "No se han ido, les hemos echao" en referencia al
triunfo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las elecciones
de la semana anterior y la salida del gobierno del Partido Popular.
Tras un minuto de silencio por los 202 muertos en los
atentados, la primera en tomar la palabra fue Bárbara Couso, hermana
del periodista José Couso, asesinado el año pasado en Irak
por un tanque de Estados Unidos, quien exigió el fin de "esta ló-gica
demente de guerra", y recordó que el asesinato de su hermano fue
"un crimen de guerra", como el de los periodistas árabes abatidos
el viernes anterior por soldados de Estados Unidos.
Posteriormente, la brigadista española Ro-sa Peñarolla,
quien estuvo en Irak antes y durante los bombardeos de la ocupación,
calificó la intervención militar como "una guerra de pillaje".
El manifiesto de las más de 50 organizaciones convocantes
a la marcha, entre ellas Red de Apoyo Zapatista, Cultura contra la Guerra,
Comisiones Obreras, Unión General de Trabajadores, fue leído
por los actores Juan Diego y María Barranco.
El texto denunció "la tergiversación y ocultación
de información sobre la autoría de los atentados por parte
del gobierno de Aznar, a fin de que el electorado no asociara su trágico
balance de dolor y muerte con la implicación del Estado español
en la invasión y ocupación de Irak".
Movilización catalana
Unas 200 mil personas volvieron a marchar en esta ciudad
para demandar el fin de la intervención en Irak, pero, sobre todo,
para recordarle al presidente electo español, José Luis Rodríguez
Zapatero, que "no hay ex-cusas" para que las tropas españolas permanezcan
en el país árabe.
Decenas
de contingentes, encabezados por los partidos Esquerra Unida, Esquerra
Republicana y Socialista Catalán; grupos ecologistas, integrantes
de distintas redes altermundistas, como ATTAC, militantes del Partido Obrero
Socialista Internacionalista y también representantes de las comunidades
islámicas en Europa, partieron de la Plaza Cataluña y continuaron
por toda la arteria central de esta ciudad.
A las afueras de uno de los balcones, una enorme manta,
aplaudida por los manifestantes, destacaba: "PSOE, recuerda el 13-M, las
cacerolas están alerta", en clara alusión al día que
miles de ciudadanos se apostaron ante las sedes del Partido Popular para
demandar la verdad sobre los acontecimientos de dos días antes y
criticar la manipulación informativa. En otro se leía: "¡Fuera
tropas de Irak, ahora! Rodríguez Zapatero sin excusas".
Desde el jueves anterior en la noche se comenzaron a congregar
en la plaza Cristina estudiantes universitarios, integrantes de comunidades
teatrales, participantes en grupos como Plataforma Alto a la Guerra, para
prepararse en vísperas de esta manifestación que revivió
el espíritu antibelicista barcelonés, justo al cumplirse
un año del inicio de la invasión angloestadunidense en Irak.
La ausencia más notable, la del Partido Popular,
confirmó que en esta ciudad el otrora instituto gobernante se ha
mantenido al margen de las movilizaciones más im-portantes en contra
de la guerra.
También había una enorme manta que era una
réplica del Gernika, el mundialmente famoso cuadro de Pablo
Picasso, que la llevada el Colectivo de Solidaridad con la Rebelión
Zapatista.
Por primera vez se vio a muchos migrantes en la manifestación,
en especial musulmanes y árabes. El manifiesto que se leyó
en catalán destacaba la retirada de las tropas con o sin apoyo de
Naciones Unidas, y la retirada de las empresas españolas en Irak,
en especial La Caixa.
También hubo movilizaciones en Bilbao, San Sebastián,
Girona, Sevilla, Valencia, Córdoba, Logroño, Granada, Pamplona
y muchas ciudades más.
En Roma, la manifestación pacifista más
concurrida del viejo continente
Clamor en Europa y AL contra la guerra
A un año de la invasión, repudio masivo
en Venezuela, Argentina, Brasil, Chile y Honduras
DPA, AFP, REUTERS Y THE INDEPENDENT
Londres, 20 de marzo. Multitudinarias manifestaciones
tuvieron lugar hoy en diferentes partes del mundo para conmemorar el primer
aniversario del inicio de la guerra en Irak y reiterar así la oposición
que se expresó desde antes de que comenzara la agresión.
En
Londres, unas 100 mil personas, se-gún los organizadores, partieron
de Hyde Park y se concentraron en Trafalgar Square, donde lanzaron 2 mil
globos en memoria de civiles y soldados muertos desde el comienzo de la
invasión angloestadunidense.
Los manifestantes acusaron al primer mi-nistro laborista,
Tony Blair, y al presidente estadunidense, George W. Bush, de mentir sobre
la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, y pidieron
el retiro de los efectivos británicos del país árabe.
Por la mañana, dos activistas de la organización
ecologista Greenpeace lograron burlar la seguridad y escalaron el Big Ben,
la emblemática torre del Parlamento británico, donde desplegaron
una pancarta que decía "Es tiempo para la verdad".
En Roma, donde tuvo lugar la manifestación más
concurrida de Europa, unas 300 mil personas, según la policía,
y un millón, según los organizadores, se manifestaron para
pedirle al primer ministro, Silvio Berlusconi, el retorno de los 3 mil
soldados italianos desplegados en Irak.
Los organizadores fletaron 12 trenes y más de mil
500 autobuses para llevar a manifestantes de toda Italia a la capital.
Los pacifistas pidieron el fin de la ocupación militar de Irak y
recordaron a las 202 víctimas de los atentados de Madrid.
Mientras, unos mil polacos reclamaron al gobierno del
presidente Aleksander Kwasniewski su apoyo a la coalición angloestadunidense
en la invasión de Irak, y exigieron el retorno inmediato de los
9 mil efectivos desplegados en el país árabe.
"Lo
que ocurrió en España también puede suceder en Polonia",
fue una de las principales consignas, que a manera de advertencia, lanzaron
los manifestantes, aludiendo a la derrota del presidente español,
José Ma-ría Aznar, en las elecciones, en lo que se interpreta
como un castigo del electorado a la postura belicista de su gobierno.
En Alemania, la principal concentración antibélica
tuvo lugar frente a la base militar estadunidense de Rammstein, donde los
manifestantes reclamaron la retirada de las tropas angloestadunidenses
de Irak, así como el desmantelamiento de las armas nu-cleares de
Estados Unidos que se encuentran en dichas instalaciones.
Los organizadores de las movilizaciones alemanas esperaban
una mayor afluencia de manifestantes, cuyo número no superó
los 2 mil en las principales ciudades del país.
En Francia, unas 15 mil personas marcharon en el centro
de París, mientras que en Marsella, Lilles, Lyon y Rennes hubo concentraciones
de repudio frente a los consulados de Estados Unidos y Gran Bretaña.
En Grecia, unas 15 mil personas se movilizaron en Atenas
y Salónica, para pedir el fin de la intervención militar
en Irak y Afganistán, así como para reclamar la política
belicista israelí hacia los palestinos.
En Dublín, unas 5 mil personas marcharon por el
centro de la ciudad para pedirle al gobierno irlandés prohibir el
uso del aeropuerto de Shanon a los militares estadunidenses que van al
Medio Oriente.
En
Egipto, los manifestantes pidieron el retiro de las fuerzas estadunidenses
y británicas de Irak y Afganistán. Los mítines en
El Cairo y Alejandría devinieron en protestas antisraelíes
y contra Estados Unidos.
Los 120 mil manifestantes japoneses, convocados por grupos
pacifistas, reclamaron a su gobierno y al Parlamento el envío de
efectivos a Irak. Por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial,
soldados japoneses son desplegados fuera del archipiélago, lo que
causó una gran controversia.
En Manila, la policía reprimió a estudiantes
que se manifestaban contra la intervención angloestadunidense en
Irak, frente a la embajada de Estados Unidos en Filipinas.
Unas 10 mil personas se movilizaron en Sidney, Melbourne
y Brisbane -las principales ciudades australianas- en contra de la guerra,
y acusaron al primer ministro, John Howard, de mentir sobre la existencia
de armas de destrucción masiva en Irak.
Los manifestantes también recordaron que la participación
australiana en la invasión de Irak fue la causante de los atentados
en Bali, en 2003, que provocaron la muerte de decenas de turistas australianos.
En Caracas, una multitudinaria manifestación antibélica,
convocada por partidos oficialistas y seguidores del presidente Hu-go Chávez,
tuvo lugar en la céntrica plaza Morelos. Los participantes corearon
consignas antiestadunidenses y los oradores advirtieron que la política
petrolera de Bush causó la invasión, por lo que Venezuela
también está amenazada.
En Buenos Aires y Sao Paulo, un millar de manifestantes
en cada ciudad repudiaron la guerra de Irak.
En las principales ciudades de Chile también hubo
multitudinarias movilizaciones contra la intervención de Irak. En
Santiago, la policía amagó con reprimir a estudiantes que
se dirigían a la embajada estadunidense.
En Honduras, organizaciones sociales re-clamaron el regreso
de los 280 efectivos nacionales desplegados en Irak, mientras que los cientos
de convocados acusaban al gobierno de servilismo hacia Bush.
En Canadá, las movilizaciones pacifistas concentraron
a varios miles de personas, principalmente en Montreal.
Rumsfeld planteó bombardear el país
árabe de inmediato, revela ex asesor de Bush
Irak, en la mira al siguiente día del 11-S
"Obligación global", ayudar a reconstruir la
nación invadida, dice el mandatario de EU
REUTERS, DPA Y AFP
Nueva York, 20 de marzo. Richard Clarke, ex asesor
de la Casa Blanca en la lucha contra el terrorismo, señaló
que el gobierno del presidente George W. Bush consideró bombardear
Irak en represalia después de los atentados del 11 de septiembre
de 2001, mientras el mandatario estadunidense sostuvo en su programa radial
de los sábados que la ayuda para la reconstrucción de Irak
es una "obligación global".
Según Clarke, las autoridades evaluaron esta posibilidad
a pesar de que estaba claro que Al Qaeda fue la responsable de los ataques
contra el World Trade Center y el Pentágono.
Clarke, quien dirigía una junta de seguridad electrónica
que tomaba información de inteligencia de Internet, declaró
al programa 60 Minutos de la cadena CBS que le sorprendió
que los funcionarios del gobierno hubieran dirigido la atención
inmediatamente a Irak, en lugar de a Al Qaeda y Osama Bin Laden.
En
la entrevista, que será transmitida este domingo, el ex asesor afirma:
"ellos estaban hablando sobre Irak el 11 de septiembre (de 2001). Ellos
estaban hablando de ello el 12 de septiembre".
Clarke indicó que tras el 11-S él
tenía reuniones informativas con Bush y el secretario de Defensa,
Donald Rumsfeld, entre otros de los principales funcionarios. "Rumsfeld
decía que teníamos que bombardear Irak. Todos dijimos 'pero
no, no. Al Qaeda está en Afganistán"', añadió
Clarke, "y Rumsfeld decía, 'no hay ningún buen objetivo en
Afganistán y hay muchos buenos objetivos en Irak"'.
Clarke, quien fue asesor de cuatro presidentes, dejó
su puesto en febrero de 2003 después que la Casa Blanca transfirió
funciones de la junta de seguridad electrónica al Departamento de
Seguridad Interna.
En ese contexto, el ministro de Exteriores británico,
Jack Straw, en declaraciones al diario Daily Telegraph, señaló
que los atentados contra Nueva York y Washington se pudieron haber evitado.
Straw subrayó al rotativo que era "muy, muy clara"
la evidencia de que Al Qaeda estaba incrementando su campaña en
los años previos al 11-S. "Lo que tendría que haber
hecho la comunidad internacional es prestar atención a las primeras
advertencias sobre la naturaleza de Al Qaeda y tomado medidas antes para
enfrentar a ésta y a Afganistán, el Estado fracturado que
la albergaba", señaló. "Si lo hubiéramos hecho, podríamos
haber evitado el 11 de septiembre y todo lo que le siguió".
A su vez, Bush afirmó que la ayuda para la reconstrucción
en Irak es una "obligación global", y reiteró que "la liberación
de Irak fue buena para los iraquíes, para Estados Unidos y para
el mundo", al conmemorarse este sábado un año de la ofensiva
militar que Washington lanzó contra la nación árabe.
Bush agregó que un "Irak libre supone una derrota
para los terroristas que combaten contra todo país que defiende
la democracia, la tolerancia y la libertad". Agregó: "la justicia
y la libertad vencerán sobre el terror y la tiranía".
Sin embargo, no mencionó la controversia sobre
las supuestas armas de destrucción masiva en Irak, que fue la razón
principal para lanzar la invasión, pero expresó: "terminaron
los años de desarrollo de armas ilícitas por el dictador".
A su vez, Rumsfeld señaló el viernes que
el ex presidente iraquí Saddam Hussein, quien fue apresado el 13
de diciembre de 2003, tras ser derrocado hace un año, no coopera
con sus captores. Las declaraciones se dieron en una entrevista que será
transmitida en el programa Larry King Live, de CNN, este sábado.
Al preguntarle si la administración Bush habría
iniciado una guerra contra Hussein si hubiera sabido que no hallaría
armas, Rumsfeld respondió: "No se han encontrado armas químicas
o biológicas en grandes cantidades, pero la búsqueda continúa;
tenemos mil 200 personas que siguen buscando y sabremos más en las
próximas semanas y meses".
Por lo pronto, un marine estadunidense murió
el viernes anterior en un ataque mientras participaba en una operación
en el oeste de Irak, informó este sábado el ejército
de Estados Unidos en un comunicado. Con esta muerte asciende a 284 el número
de estadunidenses abatidos en Irak a manos de la resistencia, desde que
Bush declaró el fin de los principales combates, el primero de mayo
de 2003.
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