México D.F. Domingo 21 de marzo de 2004
Hoy, último día de la exposición
Conversación pictórica sobre la ciudad de México.
Siglo XX
Muestra gráfica de los muchos DF culmina
con aparición de catálogo
Tanto el libro como la exhibición presentan 160
estampas de la metrópoli, en forma
de óleos, dibujos y demás técnicas,
desde la perspectiva de un centenar de creadores
ARTURO JIMENEZ
La ciudad del origen mítico, la urbe lacustre,
la de los paisajes con volcanes nevados al fondo, la de los palacios, la
capital nacional de sabor provinciano, la del porfiriato, la Revolución,
el nacionalismo y la modernidad.
Pero también la ciudad del hombre atrapado entre
rascacielos, la de la Torre Latinoamericana, la del Angel, la de sus infinitos
personajes, la de la muerte, el dolor y la vida, la urbe abstracta y concreta,
de concreto y hierro. La gran ciudad.
Son una y todas las ciudades de México, las que,
desde el 27 de noviembre pasado hasta hoy, 21 de marzo, se exhiben en forma
de óleos, dibujos y otras técnicas con el nombre de Conversación
pictórica sobre la ciudad de México. Siglo XX.
Se
trata de ciudades de México que ahora han quedado reunidas y fijadas
en el catálogo del mismo nombre para recreación de quienes
vieron la muestra y consuelo de quienes no pudieron asistir al Museo de
la Ciudad de México.
Un libro que se presentó ayer sábado en
dicho recinto y que incluye las imágenes de las 160 obras expuestas,
creadas por más de cien artistas de ayer y hoy, famosos y no famosos,
conocidos, desconocidos y reconocidos:
José María Velasco, José Clemente
Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Pablo O'Higgins, Alfredo
Zalce, Gerardo Murillo Dr. Atl, Rufino Tamayo, Angel Bolivier, Jorge
González Camarena, José Chávez Morado, Francisco Moreno
Capdevilla, Juan Soriano.
Además, Francisco Torres, Fanny Rabel, Luis Nishizawa,
Gilberto Aceves Navarro, Arturo Rivera, Alberto Castro Leñero, Orlando
Delgado, Raymundo Martínez, Boris Viskin, Tania Acosta, Jazzamoart,
Tatiana Montoya, Antonio Luquín, Benjamín Domínguez,
Daniel Lezama y muchos más.
Diálogo silencioso
Fue un sábado activo y de muchos visitantes para
el Museo de la Ciudad de México. Por la mañana, Iván
Leroy, curador de la exposición, realizó una nutrida visita
guiada que duró cerca de una hora.
Al mediodía, en varias mesas colocadas en el patio
central del museo, más de 15 de los artistas plásticos participantes
en la muestra tomaron café y platicaron con algunos asistentes.
El amplio público de la mañana se había
reducido pues muchos asistentes se retiraron sin saber que podrían
charlar con varios de los creadores cuyas obras acababan de contemplar.
De cualquier manera, las mesas se llenaron de pintores,
funcionarios, participantes en el montaje, invitados y el público
presente.
Alrededor de la una y media de la tarde, sin la presencia
de Enrique Semo, cuya asistencia se había anunciado, comenzó
la presentación del catálogo Conversación pictórica
sobre la ciudad de México. Siglo XX.
Gládyz Robles, directora del Museo de la Ciudad
de México y quien leyó el texto de presentación que
aparece en el catálogo, dijo que la exposición es "un diálogo
en apariencia silencioso entre aquellos que pintaron de luz y claroscuro
la ciudad de México a lo largo del siglo XX".
No sólo el Centro Histórico
Alberto Híjar no pudo asistir porque recientemente
se sometió a una intervención quirúrgica, pero envió
un texto que leyó Marina Azuela, encargada de programación
del museo.
El museo hace exposiciones, cuestionó Híjar,
pero no realiza investigaciones ni cuenta con una base de datos sobre la
amplia vida de la ciudad y sus habitantes, como las fiestas patronales,
de las cuales propuso, entre otras cosas, hacer un calendario.
"La ciudad es mucho más que el Centro Histórico
y los edificios monumentales", comentó Híjar.
Iván Leroy dijo que no hay arte sin ideología
y que éste no tiene sentido si no se desarrolla un diálogo
con los espectadores. Por eso, agregó, para la exposición
se buscó un guión que dijera algo sobre su condición
humana a la gente común de la ciudad.
Mientras Leopoldo Ayala reconoció el trabajo de
curaduría de Leroy, Fernando Figueroa evocó la ciudad de
México de su infancia, cuando tenía 6 millones de habitantes
que, en su diversidad, sí sabían convivir.
Ayala preguntó cuánto de lo que es la ciudad
no ha sido dicho por los pintores, poetas y artistas. Y mencionó
la ausencia en la exposición de grabados sobre el movimiento de
1968.
Fausto Trejo planteó que el compromiso de los artistas
es hacer conciencia e ilustrar a los pueblos, y propuso al museo retomar
el tema de los grabados sobre ese movimiento estudiantil.
Gládyz Robles aceptó la propuesta y, al
final de su discurso, Trejo consideró que el Museo de la Ciudad
de México se ha convertido en "museo del pueblo".
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