México D.F. Miércoles 24 de marzo de 2004
''Los atamos hasta que entiendan que es por su bien"
El Oasis, en Nayarit, fue denunciado por aplicar torturas sicológicas y físicas a drogadictos y alcohólicos
JESUS NARVAEZ ROBLES CORRESPONSAL
Tuxpan, Nay., 23 de marzo. El Centro de Atención para Alcohólicos y Drogadictos El Oasis se reduce a una vieja casa de dos pisos ubicada en una polvorosa calle de las afueras de esta ciudad. A simple vista, desde afuera, nada de ella llama la atención. Pero adentro, narran quienes han estado allí -por voluntad o a la fuerza-, se practica la tortura física y sicológica.
La directora del espacio, Eugenia Barrera Segura -a quien se conoce como La Madrina en los municipios de Santiago Ixcuintla y Tuxpan-, no deja lugar a dudas: "Aquí los atamos de manos y pies hasta que entiendan que es por su bien, y aunque algunos intentan escaparse brincando bardas, nosotros vamos por ellos y los regresamos, pues no se pueden ir hasta que se rehabiliten; aquí es a la fuerza".
La Madrina y varios custodios de El Oasis fueron denunciados el lunes pasado ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) por privación ilegal de la libertad y tortura física y sicológica contra los internos del albergue.
Los pacientes Arturo Hidalgo, Héctor García Carrillo, Juan Carlos Avila, Manlio Fabio Peña Anguiano y Oscar Ledesma, de entre 25 y 47 años de edad, denunciaron que durante su "tratamiento" permanecieron atados de pies y manos por más de una semana, y observaron "violaciones de hombres y mujeres" realizadas por los guardias.
Los quejosos indicaron que Eugenia Barrera convence a familiares de que firmen documentos en los que se comprometen a pagar entre 700 y 2 mil pesos mensuales a cambio de "rehabilitar al drogadicto o al alcohólico".
No es la primera vez que se presenta una denuncia contra la administradora de El Oasis. Carlos Hernández Núñez y Alfredo Tovar Hernández sostuvieron hace varios meses ante la PGJE y la CEDH que fueron atados y torturados por los custodios.
La Madrina dijo, durante una entrevista, recordar el caso de Carlos Hernández Núñez, El Pollo, quien fue sacado del centro de rehabilitación mediante una orden judicial conseguida por el presidente de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, Julio Peraza Rincones, quien fue el primero en denunciar que "en el albergue se mantiene a los internos en contra de su voluntad, se les ata, se les golpea y tortura".
Comenta que "el agente del Ministerio Público vino con nosotros, nos hizo una investigación y vio que era falso lo que él (Peraza Rincones) declaraba; ya no se le dio seguimiento porque yo seguido invito a la Procuraduría General de la República y al Ministerio Público de aquí para que vean que no existen esas anomalías que dicen se cometen.
"Nosotros estamos afiliados a Salubridad, tenemos nuestra organización que se llama Fundación Amigos para Siempre, cuyas oficinas están en Guadalajara, Jalisco. Las personas que han hecho mala publicidad, y que dicen que se les trata mal, es porque se han fugado, porque todavía no tienen el deseo real de dejar de drogarse", refiere.
-ƑCómo se fugan?
-Se brincan las bardas.
-ƑNo pueden decir simplemente 'me voy'?
-No, la estancia de los pacientes en nuestro centro es a la fuerza. Es, como se dice, ša huevo!
Entrevistada por este diario, Barrera Segura señala que "hay pacientes que llegan por su propia voluntad y a los dos o tres días empiezan a sentir la desesperación por las ganas de drogarse; entonces nos dicen que se quieren ir, pero nosotros ya no los dejamos salir. Ahorita tenemos aproximadamente 150 personas internadas, y hay más de 200 que se han rehabilitado".
En el centro hay jóvenes de entre 14 y 15 años, pero también adultos. La directora destaca que el albergue cuenta con la ayuda del siquiatra Lucio Gerardo González Tinoco.
Barrera Segura no duda al explicar los métodos empleados: "Los pacientes tienen que estar alrededor de un mes con tratamiento, dormiditos y nada más se despiertan para darles de comer. Sin embargo, hay unos que se han cortado las venas para suicidarse, por lo que les amarramos sus manitas y sus piecitos 15 días para no dejar que se nos mueran. Hasta ahorita llevamos cinco años con este centro y no ha habido ni un muerto", asevera.
-ƑEso no atenta contra los derechos humanos?
-Mire, pregúntele a uno de los pacientes.
Héctor Aguirre, de 17 años de edad, quien escucha la entrevista, señala: "Yo por la misma desesperación quise brincarme la barda para irme, entonces tuvieron que amarrarme y yo empecé a tener un chingo de coraje, pero después me di cuenta de que a través de eso me salvaron mi vida, porque si no yo andaría todavía en el vicio".
-Exactamente, Ƒcómo llegaste aquí?
-Llegué a fuerzas, me llevó la patrulla. Mi mamá me decía que ya me dejara de drogar, pero yo no quería, y me trasladaron en la noche, cuando estaba dormido.
Víctor Alfonso Rodríguez López, de 18 años, originario de Tepic, recuerda que "una camioneta del DIF estatal llegó a los terrenos donde yo me iba a drogar, me esposaron, me subieron a la fuerza y me trajeron, pero es que yo trataba muy mal a mi familia y ellos se enfadaron y acudieron al DIF. Y sí, los primeros 15 días fueron muy difíciles, pero ya después uno se acostumbra".
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