México D.F. Jueves 25 de marzo de 2004
Fotografía, tiempo y movimiento, eje
de la exposición inaugurada en San Ildefonso
Periplo ''a galope y parpadeo'' por la muestra Corre
caballo corre
Cuando se trabaja en conjunto se hacen muchas cosas
y hoy toca el turno a la cultura, expresó el rector De la Fuente
Abarca desde el western estadunidense a la hípica de la
Revolución
MERRY MAC MASTERS
Los caballos andan sueltos en el antiguo Colegio de San
Ildefonso, pues las huellas de sus herraduras se advierten desde que uno
pisa el recinto de Justo Sierra 16, Centro Histórico.
Un corcel ''emblemático" y ''mitológico"
se materializa en una serie de siete arcos del último piso del histórico
inmueble.
El innovador estudio de Eadweard J. Muybridge (1830-1904),
que registra la secuencia -allí seleccionada- del galope de un caballo
ahora reproducida digitalmente en gran formato, recuerda que Corre caballo
corre. Colecciones fotográficas de Fundación Televisa
no es una exposición sobre esos animales, aunque éstos la
protagonizan, sino sobre ''la fotografía, el tiempo y el movimiento".
Expriencia sensorial
Recorrer la muestra curada por Alfonso Morales equivale
a una experiencia sensorial que trasciende la vista y depara sorpresa tras
sorpresa.
De
eso tomaron nota las mil 200 personas que, no obstante el inesperado chubasco,
acudieron el martes pasado al acto inaugural que contrario a lo acostumbrado
no se efectuó en el patio de la ex Preparatoria Nacional, sino en
el último nivel del edificio de San Ildefonso, cercano a la entrada
de la exposición.
Corre caballo corre es resultado de tres años
de investigación a partir de las colecciones fotográficas
de Fundación Televisa, expresó el presidente del consorcio
televisivo, Emilio Azcárraga Jean.
Formar parte de una empresa de comunicación como
Grupo Televisa ''nos ha dado la pauta para enfocar esfuerzos en el estudio
de nuestro acervo.
''Pretendemos relacionar el importante patrimonio fotográfico
que conserva la fundación, con el archivo histórico de cine
y video que ha conformado la empresa desde los inicios de la televisión,
imprescindible memoria audiovisual de nuestro país."
La muestra, advirtió Azcárraga Jean, presenta
una serie de ambientes que permiten adentrarse en un territorio de las
sensaciones, ya que se trata de una nueva manera de acercarse a la fotografía
a partir de la imagen, el movimiento, el sonido, la luz y la música.
Juan Ramón de la Fuente, rector de la Universidad
Nacional Autónoma de México, se refirió a las ''voluntades"
y los ''compromisos" que se conjuntaron para hacer posible Corre caballo
corre, esfuerzo que vino a ser la ''gran lección" de la muestra:
''Cuando trabajamos juntos, cuando nos complementamos, podemos hacer grandes
cosas para la cultura, la educación, la ciencia. Hoy, toca a la
cultura".
Tras la inauguración de la muestra por parte del
rector, hubo una exhibición ecuestre en el patio del edificio a
cargo de dos jinetes. En seguida la comitiva integrada también por
Sari Bermúdez, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes; José Areán, director del Festival de México
en el Centro Histórico, dentro del cual se inscribe la muestra,
y Claudio X. González, presidente de Fundación Televisa,
iniciaron el recorrido de las cerca de 90 fotografías y 30 ''objetos
visuales", como diría el curador Alfonso Morales.
El ''movimiento perpetuo" se hizo patente desde la primera
sala, donde la imagen se descompone mediante un juego de proyecciones hechas
con espejos, en un discurso contrario al de la foto que busca inmovilizar.
El recorrido siguió a ''galope y parpadeo", sin
prescindir del western estadunidense ni de la ''hípica revolucionaria"
en la que se echa mano del cine en la figura de Pancho Villa, amante del
séptimo arte, quien hizo filmar sus batallas.
Ciclorama hípico
Quizá los apartados más llamativos son El
óvalo de Sotelo y Pista y estenopo. Para el primero se
tuvo acceso a los archivos del Hipódromo de las Américas
que condujeron a su fotógrafo y cronista de medio siglo, Hernán
Corona (1931).
La recreación del ambiente hípico incluye
un ciclorama central, en forma de óvalo, en cuyas proyecciones queda
inmerso el visitante.
La última sección, Pista y estenopo,
comprende una pequeña pista, ya que el caballo siempre ha sido un
elemento destacado del ambiente circense.
De repente la superficie de aserrín empieza a reproducir
las pisadas de un corcel invisible que toma velocidad en sus vueltas. Causó
tal agrado el efecto que acabó en un aplauso el recorrido a cargo
de Mauricio Mallé, responsable de artes visuales de Fundación
Televisa. El montaje de Corre caballo corre costó 2.5 millones
de pesos.
Aunque marginado por la economía de las grandes
urbes, el corcel no ha dejado de cabalgar en la imaginación colectiva,
escribió Alfonso Morales.
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