.. |
México D.F. Jueves 25 de marzo de 2004
MILITARES INGLESES EN PUEBLA
Una
circunstancia fortuita ha puesto al descubierto la grave indefensión
en que se encuentra el país en materia de seguridad nacional y la
incapacidad del gobierno federal para actuar con prontitud y eficacia en
circunstancias de posible riesgo: la presencia de un equipo militar británico
en el sistema de cavernas Alpazat, ubicado en Cuetzalan, Puebla, parte
de cuyos integrantes quedaron atrapados en el subsuelo a causa de las lluvias.
El asunto no habría trascendido de no ser porque los exploradores
se negaron a ser rescatados por personal mexicano y pidieron, con equipos
sofisticados de telecomunicaciones, la asistencia de buzos de la Armada
Real Británica para que los sacaran de la cueva, lo cual constituye
una actitud por demás sospechosa y posiblemente indicativa de la
realización de una misión secreta e inconfesable en las grutas
de Cuetzalan.
Desde el pasado 18 de marzo, cuando los expedicionarios
se vieron impedidos de abandonar la caverna, se han acumulado contradicciones
e inconsistencias sobre su situación y sobre el carácter
de su misión. La embajada inglesa en esta capital asegura que se
trata de una "expedición civil de carácter científico",
pero un reporte de la BBC, que cita a un vocero del Ministerio de Defensa
de Londres, señala que la presencia de los militares extranjeros
en Puebla obedece a una tarea de entrenamiento "extraoficial", pero que
cuenta con la aprobación del ejército británico. La
turbiedad del episodio ha permitido incluso el surgimiento de versiones
de que los ingleses no estaban interesados en la espeleología, sino
en la búsqueda de minerales estratégicos, como uranio, en
las entrañas de la Sierra Norte de Puebla. En el entorno de desinformación
generado, algunos apuntes de prensa han llegado a la difusión de
dislates tales como que los extranjeros trataban de hallar filones de "uranio
y plutonio", sin considerar que el segundo de esos elementos prácticamente
no existe en la naturaleza, sino que se produce en las plantas nucleares
o en los aceleradores de partículas.
Oficialmente la misión "espeleológica" está
compuesta por 13 individuos, nueve de ellos militares; son seis los que
no pueden abandonar la caverna y siete más están hospedados
en un hotel de Cuetzalan; se habla, además, de otros tres que se
encuentran en el Distrito Federal. Todos habrían ingresado al país
el 27 de febrero, por el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
A lo largo de cinco días el gobierno federal no
se dio por enterado de la extrañísima e irregular circunstancia
de los exploradores extranjeros, de no ser porque varios de ellos quedaron
varados en las cuevas Alpazat. Sólo anteayer a instancias de las
autoridades municipales y estatales de Puebla, el Instituto Nacional de
Migración empezó a plantearse preguntas sobre el estatuto
legal de los militares ingleses; el organismo descubrió que habían
ingresado al país con visas turísticas y no habían
solicitado las autorizaciones correspondientes para llevar a cabo labores
de investigación. Ayer, finalmente, el gobierno federal empezó
a salir de su letargo y el presidente Vicente Fox, desde Tegucigalpa, instruyó
a la cancillería para que presente una nota de protesta a las autoridades
londinenses a fin de que expliquen a cabalidad el motivo de la sospechosa
presencia de sus militares en territorio nacional. Por otra parte, resulta
un tanto desconcertante que el Centro de Investigación y Seguridad
Nacional (Cisen), entidad que tendría que velar por la seguridad
nacional y habría debido dar seguimiento a las dudosas actividades
del personal castrense británico en la Sierra Norte de Puebla, parece
demasiado absorbida por tareas como pagar cuentas de hotel a fin de ofrecer
a la Procuraduría General de la República (PGR) una "sede
alterna" para recibir denuncias de Carlos Ahumada.
En suma, es posible que la accidentada y misteriosa misión
de los militares ingleses a las grutas inexploradas de Cuetzalan permita
descubrir inaceptables acciones de intervencionismo británico en
nuestro país. Por el momento, esa expedición infortunada
ha puesto al descubierto nuevas facetas de la exasperante ineptitud del
grupo gobernante, al cual cabe exigir un esclarecimiento inmediato y a
fondo de lo que tiene trazas de ser una vulneración de la soberanía
y la seguridad nacionales.
|