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México D.F. Sábado 27 de marzo de 2004
DESFILADERO
Jaime Avilés
Humorismo involuntario
El salinismo lanza la candidatura de Castañeda
Lo apoyan Bush, Colin Powell, Elba Esther...
CUATRO MILLONES. DOS encuestas cruzaron la escena política de esta semana, salpicada de bromas involuntarias y momentos de risa loca. Después del temporal desatado por la primera intentona golpista contra el gobierno constitucional de la ciudad de México -y digo primera porque vendrán más-, los dos protagonistas centrales del complot desternillaron al público, pero la noticia que arrancó carcajadas generales fue el autodestape de Jorge. G. Castañeda, quien según la agencia de María de las Heras cuenta ya con 6 por ciento de la simpatía nacional y entra, por obra y gracia de ese dato, a la carrera por la Presidencia de la República.
Una profunda pesquisa efectuada por esta columna descubrió quiénes son las personas que habitan dentro de ese supuesto 6 por ciento de la población: George WC Bush, presidente ilegítimo de Estados Unidos; Colin Powell, titular del Departamento de Estado que mintió descaradamente, urbi et orbi, antes de la matanza de Irak; Carlos Salinas de Gortari, ex presidente espurio de México; Elba Esther Gordillo, líder vitalicia sindical del magisterio; Andrés Oppenheimer, vocero oficioso de la extrema derecha anticastrista de Miami, y un señor de sobrenombre Simpson -debido al tono cada vez más amarillista de su tez-- que da las noticias en Canal 40.
Ellos seis, ni más ni menos, son el pitorreado 6 por ciento que impulsa la candidatura del ex canciller, a quien Oppenheimer describe atinadamente como "ex intelectual". Recuérdese que antes de la invasión de Irak, Castañeda fue el más entusiasta promotor de la incorporación de México a esa aventura; no se olvide que la mañana del 11 de septiembre de 2001, Castañeda se echó en brazos de Colin Powell para consolarlo y, minutos después, declaró a los medios que "Estados Unidos tiene todo el derecho a tomar represalias y debe contar con nuestro apoyo".
Téngase en cuenta que, luego de renunciar a la cancillería, Castañeda fue recibido en la Casa Blanca por WC. Nadie, asimismo, pase por alto que, tras el circo de tres pistas que terminó en San Lázaro con la derrota de doña Elba Estéril a finales de 2003, Castañeda escribió un artículo en El País calificando a su queridísima amiga y casera como "valiente reformadora". Tómese por último en consideración que, durante el "gobierno" de Ernesto Zedillo, mientras construía la candidatura presidencial de Vicente Fox, Castañeda se entrevistó en Dublín con Salinas de Gortari y más tarde, ya como miembro del gabinetazo, volvió a reunirse con él en Bruselas.
Cuando, en 2002, Salinas de Gortari acudió a una fiesta en Wahington para celebrar los primeros 10 años de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, invitó a cinco empresarios "amigos", entre ellos Javier Moreno Valle, propietario nominal de CNI-Canal 40. ƑY cuál es la única televisora que sigue a Castañeda en sus giras propagandísticas por el país? Pues la misma. No es de extrañar, por tanto, que el "hombre-imagen" de esa estación lo entreviste a menudo, lo mencione con frecuencia en su programa radial y le abra espacios en el periodiquito a colores del Grupo Monterrey donde, incansablemente, míster Simpson también trabaja.
Todos ellos desean hacernos creer que, de acuerdo con un muestreo telefónico de María de las Heras, 6 por ciento de la población nacional con derecho a votar funda su esperanza en Castañeda. Pero 6 por ciento del padrón electoral equivale a casi 4 millones de ciudadanos. Las preguntas brotan entre torrentes de risa. ƑCuatro millones de mexicanos están dispuestos a prolongar, ahora a través de Castañeda -como antes a través de Fox, como antes a través de Zedillo- la dictadura económica de Salinas? ƑCuatro millones de mexicanos van a sufragar por el candidato de Bush y Colin Powell? ƑCuatro millones de mexicanos? ƑEn serio? No lo creo: esa cifra es 400 por ciento superior a la audiencia de Canal 40.
Pero la operación está en marcha. Elba Estéril trabaja para sacar del PRI al magisterio que aparentemente controla. Patricia Mercado, del extinto partido México Posible, maniobra para obtener una nueva franquicia electoral, afiliar a las masas de la señora Gordillo y poner el membrete al servicio de Castañeda. Este, mientras tanto, viaja por todo el país, concitando huevazos y abucheos de universitarios, y se desplaza por el mundo en la parte alta de los aviones, cuando no transita por la ciudad de México en un bólido Maseratti de 650 mil dólares con el que pasea a su nueva novia, Adriana Sada, rica heredera del clan regiomontano de los Garza Sada.
ƑDe dónde estará saliendo tanto dinero?
A quienes promueven a Castañeda, flacos de memoria como son, se les chispa un ligero detalle. Los bombazos del 11 de marzo en Madrid son, retrospectivamente, una derrota política monumental del ex canciller que trató de arrastrarnos a Irak emulando a José María Aznar. Si Fox le hubiera hecho caso, en este momento habría soldados mexicanos en Bagdad y nosotros, aquí, estaríamos temblando.
Dato por liebre
Con todo, el elemento más notable de las encuestas de marras no es el lanzamiento de Castañeda, sino el hecho de que de ambas -la de María de las Heras para Milenio y Canal 40, y la de Mitofsky para Televisa- desapareció Marta Sahagún. Las dos coinciden en que los punteros de la competencia son Santiago Creel, Roberto Madrazo y Andrés Manuel López Obrador.
Según la primera, el secretario de Gobernación cuenta con 33 puntos de simpatía, Madrazo con 30 y López Obrador con 30. De acuerdo con la segunda, López Obrador va a la cabeza con más de 80 puntos, seguido por Madrazo y Creel con la mitad de ese porcentaje. Sin embargo, Mitofsky asegura que después de Manuel Angel Núñez Soto, el gobernador de Hidalgo que ingresa de colero a la competición con 6 por ciento, no hay nadie más que llegue siquiera a uno por ciento. ƑPor qué los encuestadores de Televisa no encontraron a nadie que señalara a Castañeda? Uno de los dos ejercicios está ofreciendo cifras falsas. ƑCuál será el que intenta darnos dato por liebre?
Para evitarse discusiones ociosas, esta columna se limita a reseñar el contenido de los muestreos, pero no los adopta como instrumentos de trabajo porque no forman parte la discusión central del país. Tiene razón Cuauhtémoc Cárdenas cuando, coincidiendo con Carlos Monsiváis, opina que la sucesión presidencial de 2006 es menos importante que los angustiosos problemas de 2004. Pero mientras los medios electrónicos juegan sus cartas, el otro periódico de Monterrey se esfuerza por traer a la mesa un tema harto conocido, por no decir choteado: el de la creciente actividad "militar" del EZLN en Chiapas, rápidamente descartado por Creel.
Dos semanas atrás, la primera página de ese periódico destacó en amplios titulares el aquelarre que una pequeña facción de senadores panistas, encabezados por Diego Fernández de Cevallos, efectuó en el puerto de Veracruz, para crear el marco legal que, según ellos, serviría para destituir desde esa cámara a López Obrador. El videoescándalo de Carlos Ahumada estaba en todo su esplendor y ese cónclave era la otra pinza del complot.
Todo se les derrumbó cuando Fernández de Cevallos, la noche del viernes 12, estuvo a punto de sufrir un síncope en el programa de Joaquín López Dóriga, vociferando que se había confabulado con Ahumada para "desenmascarar" la corrupción. Tan mal le salió esa jugada al corrupto mayor de México, que no sólo fue a dar con sus huesos en calidad de testigo, tanto a la Procuraduría General de la República como la del Distrito Federal, sino que además, en el propio noticiario de Televisa, recibió la peor paliza retórica de su vida a manos de Martí Batres.
Treinta y seis horas después de ese episodio que encueró a los conspiradores, el Zócalo de la ciudad de México, lleno a reventar, ovacionó a López Obrador, le gritó con insistencia la palabra "špre-si-dente!", y lo obligó a salir ocho veces al balcón del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, en un hecho irrefutable, de hondo significado político, que dejó helada, atónita, a la derecha del país.
Cien años de perdón
Desde entonces no se reponen. Ante la falta de ingredientes para seguir presionando con golpes de efecto a López Obrador, intentaron reditar el tema de la "violencia" de Marcos, una cortina de humo en realidad para ocultar que quienes están intensificando sus preparativos de guerra contra los pueblos indios de Chiapas -véanse los más recientes reportes de Hermann Bellinghausen desde aquellos parajes- son los efectivos del Ejército Mexicano.
Así que después de tropezar con sus patéticos errores, Fernandez de Cevallos volvió a mover la ficha del diputadito panista Federico Döring, quien se pasó la semana pregonando que iba a ofrecer más "pruebas" de la "corrupción" de López Obrador, y lo único que trajo a la luz pública fue una carta que sólo demuestra la postración mental de quien la exhibió sin haberla siquiera leído. Y ya en el colmo de la frivolidad, Döring confesó el jueves ante periodistas de la Cámara de Diputados que "lo que nos interesa es mantener el escándalo". A ver si ahora Luis Felipe Bravo Mena le recuerda que lo importante en este momento es que "no se distraiga la opinión pública del verdadero tema de la corrupción", la consigna que obedece ciegamente la directiva del PAN golpista.
Pero lo más risible de la semana, más que el 6 por ciento de Castañeda, fue el incidente que envolvió a Fernández de Cevallos al salir el jueves de la procuraduría del Distrito Federal donde había declarado una vez más como testigo del videocaso. Esta página no resiste la tentación de reproducir literalmente el último párrafo de la breve y deliciosa crónica de Susana González y Agustín Salgado:
"El senador perdió su cartera en el tumulto formado por reporteros, curiosos y señoras que no dejaban de insultarlo. 'šYa me bajaron el dinero, hombre! šUta, madre!', fue lo último que expresó antes de abordar su camioneta."
Ladrón que roba a ladrón... [email protected]
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