México D.F. Sábado 27 de marzo de 2004
Pese a protestas, la medida permanecerá:
Berlusconi
Paran labores millones de italianos; rechazan cambio
al sistema de pensiones
DPA Y REUTERS
Roma, 26 de marzo. Millones de trabajadores italianos
se sumaron hoy a un paro general de cuatro horas, en algunos casos de todo
el día, que afectó prácticamente a todo el sector
público y privado del país, en protesta por el estancamiento
de la economía nacional y en rechazo a las reformas al sistema de
pensiones.
A
excepción de las aerolíneas, que planean una huelga para
el 5 de abril, permanecieron cerrados colegios estatales, oficinas postales,
edificios públicos, bancos, supermercados y grandes industrias,
como la automotriz. También el transporte público y los trenes
dejaron de prestar servicios.
Asimismo, más de un millón de personas tomaron
las calles en unas 60 ciudades del país. Las mayores marchas tuvieron
lugar en Roma, Milán y Palermo, en tanto que en Florencia se estimó
que en la manifestación hubo unas 40 mil personas.
Pese a la medida, impulsada por las tres principales centrales
sindicales del país, el primer ministro, Silvio Berlusconi, minimizó
el impacto de las movilizaciones al afirmar que continuará adelante
con su plan de reformar el sistema de pensiones, el cual ya está
en el Parlamento, y "trataremos de aprobarlo tan rápido como sea
posible".
Entre paros y huelgas, esta es la tercera megamovilización
que los trabajadores llevan a cabo desde la asunción de Berlusconi
al gobierno, en 2001. Esta ocasión fue convocada la protesta contra
los planes de elevar la edad jubilatoria a partir de 2008 y con menores
compensaciones, y en repudio a la situación de la economía
italiana, la cual, en 2003, creció apenas 0.3 por ciento.
Los sindicatos afirmaron que esta vez entre 60 por ciento
y 100 por ciento de los trabajadores de la automotriz Fiat se unieron a
la medida, mientras que la empresa lo negó, al asegurar que sólo
participó 18.5 por ciento del personal.
Acciones similares por el tema de las pensiones contribuyeron
a la caída del primer gobierno de Berlusconi en 1994. Más
aún, una huelga similar en octubre pasado, organizada por las principales
centrales sindicales, que aglutinan a 11 millones de trabajadores y pensionados,
persuadió al gobierno de que redujera el alcance de sus reformas.
Los líderes sindicales manifestaron que la agenda
de reformas liberales del gobierno ha perjudicado a trabajadores y jubilados,
sin mejorar la economía.
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