México D.F. Sábado 27 de marzo de 2004
Recibió la medalla José Vasconcelos
del Seminario de Cultura Mexicana
Herrera de la Fuente: lo que no es perfecto, en la
música está mal
Reconocen su trabajo de más de 60 años
en la enseñanza y difusión del arte sonoro
El maestro de América, más que una leyenda,
fue un guía para muchos jóvenes, dijo
ANGEL VARGAS
El director de orquesta Luis Herrera de la Fuente, considerado
una de las figuras capitales del panorama musical del país, fue
distinguido por el Seminario de Cultura Mexicana con la medalla José
Vasconcelos, en reconocimiento a sus más de 60 años de trabajo
en aras del desarrollo, la difusión y la enseñanza del arte
sonoro, así como por su obra artística.
La ceremonia tuvo lugar la noche del jueves en la sede
de dicha institución, en Polanco, ante una concurrida audiencia
integrada por artistas, intelectuales, promotores culturales, amigos y
familiares del también compositor y docente.
Luego de recibir la presea de manos del presidente del
seminario, Luis Estrada, el maestro Herrera de la Fuente se dijo doblemente
''conmocionado" por la distinción.
En primer lugar, precisó, porque se trata de un
reconocimiento conferido por ''un grupo de personas de alto intelecto"
que centra su quehacer en el desarrollo de la cultura nacional, sin andar
ostentándose, y por lo cual ''tiene el valor de la verdad".
La otra causa, indicó el músico, es el personaje
cuyo nombre se evoca con la presea, José Vasconcelos, el Maestro
de América, figura esencial para la cultura y la educación
del México contemporáneo, de cuyos ideales y labor dicho
seminario es fiel continuador, agregó.
''Conocemos la obra de Vasconcelos, su dedicación
a la cultura. Prácticamente dio la vida por la cultura y el amor
a México. Fue una leyenda, pero para un grupo de jóvenes
fue más que eso; fue un guía", resaltó.
''Su honestidad, la rectitud y la calidad de sus ideas,
y la pasión con la que luchó por ellas son un ejemplo que
desgraciadamente no se ha seguido. No encuentro otras muchas personas que
hayan dado esa pasión a México y por México como la
dio Vasconcelos."
Búsqueda en las notas
El
momento más emotivo de la ceremonia llegó cuando Herrera
de la Fuente habló de la música y el significado de esta
expresión artística para su vida.
El maestro se preguntó por qué se le otorgaba
dicha medalla, para luego contestarse, con varios dejos de humor: ''Dicen
que por mis 60 años de andar en estas lides de la música,
y andar 60 años en estas lides no sé si es mérito
o demérito, terquedad o pasión, orgullo o cinismo, pero allí
estoy, allí he estado y espero que mis últimos alientos tarareen
unas notitas.
''Significa que me dan esto por mi tenacidad, por la vida
dedicada a esta pasión. Es muy superficial subirse a un podio y
mover el palito. Hay muchas cosas superficiales en la vida musical, pero
diría que la medalla que me da esta alegría, no hace sino
recordarme una vida de eso, de alegría, porque sólo con alegría
uno busca lo que hay en las partituras."
En lo que bien podría considerarse un manifiesto
de vida y artístico, el ex director de las orquestas sinfónicas
Nacional y de Xalapa, abundó:
''Uno intenta lo imposible, porque la música es
un absoluto. Una nota está afinada o desafinada, no hay término
medio; esa misma nota está bien medida o mal medida, no hay aproximación.
En una orquesta, los maestros tocan exactamente juntos o no van juntos,
y cuando se hace música quien no va a tiempo, no puede ir casi a
tiempo.
''Lo que no es perfecto, en la música está
mal. Significa buscar eso, una tarea diaria, de que no se escape una nota
desafinada, de que no vaya uno a medir mal una nota. Y en el caso de un
director no permitir que sus huestes midan mal una nota, que nadie produzca
una nota desafinada, que nadie cometa un error de conjunto."
Emocionado, prosiguió: ''Todo esto, la verdad,
es una felicidad continua. Pero estoy hablando de las notas y hay algo
más importante en ellas: la música, encontrarla, encontrar
lo que hay en las notas.
''En la literatura se dice leer entre líneas, pero
la música va mucho más allá. Se habla mucho de interpretación
cuando se refiere a música, y me resisto a llamarle así.
Me parece ilegítimo decir que en la música hay interpretación",
porque es una expresión inexplicable y, por tanto, ininterpretable.''
Labor esencial
De acuerdo con Herrera de la Fuente, el arte sonoro es
un fenómeno: ''La música no dice, sino es, y eso que es,
es lo que debe encontrarse; esa es la tarea apasionante que me ha premiado
todos los días: el solo hecho de estar buscando qué es esa
música que voy a tocar".
Agregó que la búsqueda en la música
es un acercamiento a lo absoluto, porque no admite algo más que
no sea la perfección.
''La pasión con que se hace la música, la
pasión con que el ejecutante transmite lo que encontró, eso
es lo que hace la diferencia entre los distintos artistas; pero la música
es una y ella sola", continuó.
''Cada música es irrepetible, y en el estudio de
cada música, al tocarla, lo que encontramos, cuando está
en su sitio, es siempre una revelación. Cada obra musical es, pues,
una revelación, para nosotros que la hacemos y para los escuchas."
Tras agradecer nuevamente a los integrantes del Seminario
de Cultura Mexicana la entrega de la medalla, el maestro rubricó
su intervención: ''La búsqueda de lo absoluto es una tarea
imposible. Estoy hablando de lo absoluto en música; no quiero ir
más allá, porque la filosofía nos dice que el absoluto
es Dios".
El acto incluyó la participación del escritor
y crítico musical Fernando Díez de Urdanivia, el chelista
Carlos Prieto y el director del Instituto Nacional de Bellas Artes, Saúl
Juárez.
Aunque refiriéndose a momentos y aspectos diferentes
de la vida del homenajeado, todos concidieron en subrayar la labor esencial
de éste para el desarrollo del arte sonoro y, en general, la cultura
nacional, además de ponderar algunos de sus valores personales,
como talento, amistad, generosidad, humor y disciplina.
Asimismo, Prieto preestrenó una obra que Herrera
de la Fuente acaba de escribir, y el Cuarteto Tamayo, integrado por alumnos
del director de orquesta, interpretó sendas partituras de Beethoven
y Haydn.
|