México D.F. Martes 30 de marzo de 2004
Este martes cumple la coalición gobernante
100 días en el poder
El gobierno catalán pide a Rodríguez
Zapatero reformar constitución española
Es impostergable modificar el estatuto de los nacionalismos:
Maragall y Carod-Rovira
JENARO VILLAMIL ENVIADO
Barcelona. Considerado el principal antecedente
del cambio político que se registró en España en los
comicios generales del pasado 14 de marzo, el gobierno tripartito de la
Generalitat de Cataluña, conformado por tres organizaciones de izquierda:
Partido Socialista, Esquerra Republicana y los medioambientalistas ICV-EUiÁ,
cumplirá este martes sus primeros 100 días de inusitada coalición,
después de superar dos crisis políticas severas y de ser
acosado y estigmatizado por el "patriotismo constitucional" del aznarismo.
Ahora ha reiterado su llamado al próximo gobierno de José
Luis Rodríguez Zapatero a reformar la Constitución española,
con el objetivo de reconocer la pluralidad y la autonomía de los
gobiernos nacionalistas, que incluya la remodelación del Senado.
Tanto el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall,
principal dirigente del Partido Socialista Catalán (PSC), como el
líder de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod-Rovira,
ex integrante del gobierno tripartito, coinciden en la necesidad de transformar
el estatuto de los nacionalismos, que permanece sin cambios desde 1982.
Durante sus ocho años de mandato, José María Aznar
rechazó sistemáticamente esa demanda. Para el régimen
aznarista, esto iba en contra de la "unidad" española y condenó
a todas las fuerzas que exigieran el autogobierno nacionalista, incluyendo
el plan Ibarretxe del País Vasco.
Distintos
observadores coinciden en que el gobierno de Aznar utilizó la llamada
"cuestión vasca" para generar controversia y la estigmatización
de todas las demandas de autodeterminación nacionalista, incluyendo
las de catalanes, gallegos y valencianos. La intolerancia se agudizó
desde que en septiembre de 2002 Juan José Ibarretxe hizo pública
su propuesta en la que pedía para el País Vasco un estatuto
de Estado Libre Asociado.
En entrevista publicada en La Jornada, Carod-Rovira
subrayó que una reforma constitucional coronará la "segunda
transición" española y tendrá como objetivo "desmontar
la estructura involucionista" del Partido Popular y apostar por un modelo
"más federal y plurinacionalista".
Esta demanda también ha sido expresada por los
socialistas catalanes, la fuerza que junto con sus otros dos socios del
tripartito desplazó los 23 años de gobierno nacionalista
de Convergencia y Unión, el partido de centro derecha que encabezó
Jordi Pujol.
En el consejo nacional del pasado fin de semana del PSC,
Pasqual Maragall subrayó que España espera del próximo
gobierno de Rodríguez Zapatero "algo más que una buena administración
de la victoria". Puntualizó la necesidad de tener "una nueva interpretación
de los textos fundamentales y una nueva libertad que de algún modo
exprese la voluntad de construir un país plural y la organización
política federal".
Otro protagonista del gobierno tripartito, el vocero Joaquín
Nadal, indicó en entrevista con el periódico catalán
La Vanguardia que "ya no habrá excusas" entre Cataluña
y Madrid. "Se acabó una estrategia de negociación, del regateo
caso por caso, del peix al cove de Jordi Pujol."
Los 100 días
En este periodo el gobierno tripartito de Cataluña
ha sobrevivido a dos crisis políticas importantes. La más
grave fue la derivada de la entrevista de Carod-Rovira, entonces conseller
en cap de la Generalitat (especie de vicepresidencia del tripartito),
con representantes de la dirección de ETA en territorio francés,
el 4 de enero, sin avisar a sus otros socios de la coalición gobernante.
El periódico conservador madrileño ABC
reveló tres semanas después el encuentro. Se desató
un escándalo tendiente a estigmatizar al gobierno tripartito como
"cómplice del terrorismo". Carod-Rovira asumió su error por
no haber avisado a los otros dos partidos, renunció como conseller
en cap y en su lugar quedó Josep Bargalló, también
de ERC. Sin embargo, Carod defendió la vía del diálogo
y la negociación para frenar el terrorismo. "Hablando se entiende
la gente", afirmó una y otra vez. El suceso tensó al máximo
las relaciones entre el gobierno central aznarista y el tripartito. A través
de los medios cercanos al aznarismo se acusó a los catalanes de
"egoístas, ventajistas y antiespañoles".
Otros momentos críticos derivaron de la cohesión
interna. Durante el nombramiento del director de la televisión pública
autonómica, la Corporación Catalana de Radio y Televisión
(CCRTV), las tres fuerzas expresaron sus diferencias. Sin embargo, por
primera vez se discutió en forma abierta el control de un medio
público.
A pesar de estas crisis, los ciudadanos catalanes han
respaldado a su gobierno tripartito. En las elecciones del 14 de marzo,
el PSC duplicó en número de escaños a CiU, al conseguir
21 posiciones, triplicó a los del PP, fuerza que quedó en
un lejano cuarto sitio en Cataluña, y ERC registró un espectacular
crecimiento, al pasar de uno a ocho escaños, convirtiéndose
en la cuarta fuerza política nacional.
Entre sus logros, los especialistas catalanes reconocen
haber acordado con sindicatos y empresarios la creación de una mesa
de negociaciones para mejorar la economía, el impulso de una reforma
educativa y un proyecto para facilitar el acceso de hasta 10 mil viviendas
mediante compra o alquiler a jóvenes.
Durante su intervención ante el parlamento, el
miércoles 24 de marzo, Maragall reflexionó: "difícilmente
se encontrará un gobierno que haya dispuesto de 100 días
de gracia tan parecidos a la desgracia, una desgracia muchas veces provocada
por otras fuerzas políticas", y no dudó en calificar de "alivio"
el triunfo del PSOE y reprochó al PP su acoso en este periodo al
gobierno tripartito. "Nos hemos sacado de encima un clima de hostilidad
permanente del gobierno hacia Cataluña", afirmó Maragall.
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