México D.F. Martes 30 de marzo de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Obvio oportunismo en el PRD
Control total, el objetivo
De tribus a megacorrientes
¡CUAUHTEMOC, HE ahí tu partido! En
el análisis facilón de lo sucedido el domingo pasado en el
congreso del PRD, la conclusión podría ser: Cárdenas
hizo berrinche, y nada más.
LAS COSAS, aunque nadie lo crea, son mucho más
complicadas. Por lo pronto, a la supuesta disolución de las tribus
ya se empieza a estructurar una respuesta que pretende impedir lo que parece
inevitable: que chuchos y amalios se apoderen del PRD y le
den el sello entreguista con el que han viajado dentro de ese partido.
LA RESPUESTA parece obligada por las circunstancias.
La tribu de los amachuchos está dispuesta a ahogar
a las otras expresiones dentro del PRD, pero esos grupos, obviamente, intentan
sobrevivir y no dejar a esa organización en manos de quienes consideran
traidores a los principios perredistas.
DE ESA forma, los cívicos de Mario
Saucedo, los redires (Red de Izquierda Revolucionaria) de Camilo
Valenzuela, y la gente de Unyr, que sin Cuauhtémoc Cárdenas
y Rosario Robles se encuentran "descabezados", están prontos a lograr
una alianza de oposición a las corrientes Nueva Izquierda y Foro
Nuevo Sol, lideradas por Jesús Ortega y Amalia García.
ASI LAS cosas, las tribus no desaparecen,
por el contrario, formarán lo que ellos llaman "megacorrientes"
y se enfrentarán, como ya es costumbre, para obtener el control
total del PRD.
Y DECIR el control es, también, señalar
cuál de esas dos porciones del PRD será quien acompañe
y lance al candidato a la Presidencia de la República para el 2006.
EN UNO y otro bandos hay acuerdo: el candidato
es Andrés Manuel López Obrador, pero las diferencias en los
postulados de unos y otros son abismales.
ENTONCES, NO hay acuerdo posible entre esas posturas
tan dispares. No obstante, se puede decir que quienes más lejos
se encuentran del discurso del jefe de Gobierno son los amachuchos,
pero son quienes, a gritos y sombrerazos, han tratado de hacerse notar
como quienes llevan la mano en eso de apoyar a López Obrador, aunque
no estén de acuerdo con lo que postula el tabasqueño.
ES DECIR, las tribus de Ortega y García
buscan acomodarse en la oportunidad más clara del PRD para llegar
a la Presidencia de la República, pero las últimas lecciones
en el partido ya habrán enseñado, también al jefe
de Gobierno, que no es posible dejarse llevar por quienes actúan
nada más por sus propios intereses y bajo el manto del apoyo incondicional
esconden la traición.
EL SABOR de ese trago lo conoce Cárdenas
a la perfección, por eso al decidirse a renunciar a los cargos que
se le habían conferido en el partido que él fundó,
pone un pie fuera del PRD y asume con ello que él no participará
en las guerras internas.
LA TRANQUILIDAD con que Cárdenas
dispuso su separación dice a las claras que sólo se necesitaba
un buen pretexto para deshacerse de la muy pesada carga de ser el líder
moral de quienes no quieren corregir sus errores y no tienen en cuenta,
en ningún momento, la ética que debería guiar sus
acciones.
PERO UNA parte del PRD tampoco está preocupada
por lo que sucedió con Cárdenas y lo que eso significa. En
los escenarios de su pragmatismo cuentan con el presidente del partido,
y creen que eso es más que suficiente.
ES DECIR, ellos ya tienen de su lado al plomero
que deberá tapar las fugas y deambular por la oscuridad para conseguir
los acuerdos inconfesables que les dan "poder". Lo demás... lo demás
no tiene importancia.
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