México D.F. Martes 30 de marzo de 2004
Mañana será reabierta al tránsito
vehicular
Corregidora, en busca del esplendor perdido
Por décadas estuvo cerrada y en poder del ambulantaje
BERTHA TERESA RAMIREZ
Luego de 20 años de padecer el comercio ambulante,
la calle de Corregidora está a punto de ser liberada de esa invasión.
Hace dos décadas las autoridades capitalinas la cerraron a la circulación
para que se convirtiera en paseo peatonal donde los capitalinos pudieran
disfrutar de la arquitectura virreinal.
Pero nunca se cumplió ese objetivo y al paso del
tiempo esta vía, trazada de oriente a poniente, donde se levantan
parte de los muros del Palacio Nacional y la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, comenzó a sufrir un severo deterioro que afectó
su fisonomía.
Con
una historia que se remonta a los orígenes prehispánicos
de la ciudad de México, cuando funcionó como vía pluvial
o canal, después de la caída de Tenochtitlán, fue
llamada calle de Las Canoas. Desembocaba en la acequia real, ubicada a
un costado de lo que hoy es el Palacio Nacional, frente al famoso mercado
del Volador, que ha sido remplazado por el actual edificio de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
La razón de haber recibido ese nombre se debió
a que por ella navegaban multitud de canoas llenas de legumbres, frutas
y flores que cultivaban los indios en las chinampas y en los jardines de
los alrededores de la gran ciudad, para venderlas después en el
mercado del Volador, antecedente histórico de La Merced, y en los
portales, cerca de los que cruzaba el canal que fluía a lo largo
de toda esa calle.
Durante la época virreinal se mantuvo como un canal
que contaba con varios puentes que la cruzaban, por donde entraban todos
los productos agrícolas que provenían del sur de la ciudad.
Sin embargo, al paso del tiempo su imagen se transformó.
En las primeras décadas del siglo pasado el aspecto que mantenía
ese canal era desastroso, narra Vicente Flores Arias, director de Apoyo
Técnico de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos
del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Parte de este paisaje fue descrito en 1901 por los viajeros
Adolfo Prantl y José L. Groso, quienes desde una de las torres de
Catedral divisaron: "por el oriente se extiende entre casas vetustas de
sobria y pesada arquitectura el México viejo, con sus calles angostas,
sus míseras plazoletas, los puentes en ruina del canal de La Viga,
charcos verdosos y deletéreos, carros que corren enmedio del arrollo
en extensas y desnudas tapias, y a largos trechos jacales de adobe y tejamanil
donde se albergan gentes infelices".
Flores Arias recuerda que fue en los años 30 del
siglo XX, periodo durante el cual la ciudad tomó el perfil de metrópoli,
cuando se desvanecieron los últimos testimonios de lo que fue la
ciudad lacustre. No obstante, el trazo de la antigua acequia real, que
provenía de la época prehispánica, siempre fue respetado.
Explicó que de hecho los vestigios de ésta
se encuentran a metro y medio de profundidad, "en terrenos arqueológicos",
y que las obras de remozamiento que lleva a cabo el gobierno capitalino
consideran la instalación sobre el piso de una línea de boyas
de bronce o latón para marcar lo que fue el contorno pluvial, además
de que las autoridades locales optaron por derribar las obras que durante
el gobierno del presidente José López Portillo se realizaron
para marcar la zona.
Volviendo al valor histórico de la calle, Vicente
Flores Arias recordó que en 1936 la Comisión de Nomenclatura
de la Ciudad decidió darle el nombre que hoy ostenta en honor a
la corregidora de Querétaro Josefa Ortiz de Domínguez, única
mujer que participó en la conspiración que desembocó
en el movimiento independentista de 1810.
La calle Corregidora se mantuvo durante años como
una de las más populosas de la ciudad de México, sobre todo
como centro mercantil por las innumerables bodegas que albergaban textiles.
Y hacia los años 80 incrementó su importancia, pues en sus
inmediaciones fue hallada una escultura de Coatlicue -la diosa azteca de
la vida y la muerte- joya arqueológica que hoy se encuentra en el
Museo Nacional de Antropología e Historia.
Con todo ese pasado histórico, añade Flores
Arias, Corregidora es más que una bulliciosa avenida de actividad
comercial, donde abundan ferreterías, mueblerías y casas
de venta de telas, y por la que diariamente transitan miles y miles de
personas.
A lo largo de esta vía, que cuenta con una extensión
aproximada de un kilómetro, existen edificios cuya construcción
guarda un estilo arquitectónico singular. Allí se localizan
22 inmuebles declarados monumentos históricos, señala el
funcionario del INAH.
Uno
de los de mayor importancia es el que albergó al Real Convento de
Jesús María, cuya edificación fue autorizada por el
papa Gregorio XIII, en 1578, y fue ocupada en 1580 por monjas de la orden
concepcionista. En ese convento estuvo enclaustrada doña Micaela
de los Angeles, hija natural del monarca español Felipe II, quien
murió loca antes de cumplir 17 años de edad.
Este edificio es el único que se encuentra asignado
al INAH, mientras que los otros 21 son propiedad privada, pero están
protegidos por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas
e Históricas.
Flores Arias agregó que las autoridades del INAH
ven con satisfacción las obras de remozamiento de esa calle y las
demás que comprende el rescate del Centro Histórico, pues
consideró que esa zona estaba convertida en un "verdadero muladar",
donde proliferaba la basura e imperaba el desorden. Agregó que la
remodelación de Corregidora también servirá para desahogar
al primer cuadro, al convertirse en una nueva salida del Zócalo
hacia el oriente de la ciudad, lo que ayudará en el caso de una
emergencia.
Por su parte, el Fideicomiso del Centro Histórico
informó que este miércoles será reabierta al tránsito
esta calle, tras concluirse las obras de remozamiento que incluyeron la
demolición de la acequia hechiza que fue levantada sobre la original
durante el periodo del presidente José López Portillo, a
un costado del Palacio Nacional. Ya fueron retirados 400 comerciantes ambulantes
y se instalaron cámaras de video y botones de pánico. Además,
se redobló la presencia policiaca en la zona.
El fideicomiso precisó que este año fueron
asignados 86 millones 500 mil pesos para los trabajos de la tercera etapa
de rehabilitación, que comprende las calles de Corregidora, Correo
Mayor, Moneda, Marconi, Filomeno Mata, Guatemala, los dos callejones de
5 de Mayo y el de la Condesa, Monte de Piedad y las Plazas Tolsá
y Seminario. Todo dentro del perímetro de la vieja traza que dividía
la ciudad novohispana de la de los indios y pelados.
ULTIMOS TOQUES PARA LA REAPERTURA DE CORREGIDORA El Fideicomiso del Centro Histórico informó que el 31 de marzo la arteria será abierta al tránsito vehicular, luego que se concluyeron las obras de remozamiento que incluyeron la demolición de la acequia hechiza que fue construida en el sexenio de José López Portillo. Por lo pronto ya fueron retirados 400 vendedores ambulantes y se redobló la presencia policiaca en la zona FOTO ROBERTO GARCIA
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