México D.F. Martes 30 de marzo de 2004
"El sonido de la risa siempre me ha parecido
la música más civilizada", dijo alguna vez
Murió el célebre escritor, actor y director
británico Peter Ustinov
Fue un gran actor y extraordinario ser humano, destacaron
Gerhard Schroeder, Franco Zeffirrelli y la ONU en sus condolencias Autor
de una docena de libros y trabajos teatrales, tenía 82 años
REUTERS, AFP Y DPA
Ginebra, 29 de marzo. El escritor, actor y director
británico Peter Ustinov, conocido por ser uno de los más
divertidos imitadores y narradores del mundo, murió a consecuencia
de problemas cardiacos en una clínica cercana a su casa a las orillas
del Lago Ginebra el domingo por la noche, a los 82 años. El cienasta,
que el próximo 16 de abril celebraría su cumpleaños,
alguna vez dijo: "El sonido de la risa siempre me ha parecido la música
más civilizada del mundo". Sobre su epitafio ideal, dijo con un
brillo familiar en los ojos, que la inscripción perfecta para su
lápida sería: "No pisen la yerba".
Autor de más de una docena de libros y trabajos
teatrales con una carrera de más de 60 años, ingresó
al hospital poco después de Navidad, al regresar de unas vacaciones
en Tailandia.
"No fue una sorpresa, estaba bastante enfermo. Tenía
una vida muy atareada y estaba cansado. Pero ciertamente no estaba listo
para irse", dijo su hijo Igor Ustinov.
El canciller alemán, Gerhard Schroeder, estuvo
entre quienes rindieron tributo a la inteligencia de Ustinov. En una carta
a Helene, la viuda del actor, señaló: "Era un modelo para
todos nosotros, no sólo como gran actor y artista (...), sino sobre
todo como hombre de gran corazón, espíritu y sentido del
humor".
Para Ustinov, que hablaba más de media docena de
idiomas, estar en silla de ruedas a consecuencia de la diabetes y problemas
cardiacos, no le impidió continuar apareciendo en público
hasta el final, para deleitar a televidentes alrededor de Europa con sus
ingeniosas historias y en busca de contribuciones para el Unicef (Fondo
de Naciones Unidas para la Infancia), del cual fue embajador de buena voluntad
por 35 años. Dedicó los últimos años de su
vida a defender los derechos de los niños. Hace 18 meses, Ustinov
dijo que estaba feliz de trabajar hasta el final "mientras me garanticen
que no sabré con anterioridad cuándo va a suceder".
Vida dinámica
Académico
y activista contra la guerra, fue rector de la Universidad de Durham y
hace poco la Universidad de Viena inauguró el Instituto Ustinov,
dedicado a estudiar el impacto de los prejuicios en la gente, la política
y la resolución de conflictos.
"Esto era algo que lo inspiraba mucho. Quería que
sus ideas para el futuro se hicieran realidad", dijo Igor.
Nacido en Londres de padre ruso, fue de adolescente una
estrella del teatro cómico y escribió su primera obra a los
19 años. Debutó como actor de cine a los 25.
Protagonizó, produjo y dirigió sus propias
obras en Londres, Nueva York, Berlín, París y Roma. Escribió
novelas para matar el tiempo cuando no tenía mucho trabajo en Hollywood.
Entre sus interpretaciones más conocidas está
la de Hércules Poirot, el detective más famoso en las historias
de la escritora británica Agatha Christie. Dirigió siete
filmes, entre ellos el aclamado Billy Budd, en 1962; trabajó
en la ópera y fue un afamado fotógrafo.
"Era uno de los hombres más simpáticos que
he conocido", dijo John Miller, su biógrafo.
El director italiano Franco Zeffirelli dijo que Ustinov
fue un actor grandioso y extraordinario ser humano. "El sabía cómo
conectar la alegría del idioma inglés con el espíritu
proveniente de sus raíces rusas". Lo dirigió en 1977 en el
papel de Herodes en Jesús de Nazareth.
El ministro de Cultura francés, Jean-Jacques Aillagon,
también destacó la calidad humana y sentido del humor de
Ustinov. "En sus papeles siempre positivos irradiaba una energía
maravillosa".
En Nueva York el secretario general de la Organización
de Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, expresó su admiración
por el actor: "Su talento como comediante no sólo gustó a
millones de personas, sino que también trabajó para Unicef
con esmero y elegancia, a fin de mostrar la importancia de atender las
necesidades de la infancia".
Carol Bellamy, directora general de Unicef, señaló
que "los niños del mundo perdieron un verdadero amigo. Peter tenía
una forma mágica de conectarse con los niños y lograba que
sus problemas fueran vistos con seriedad por todo el mundo".
Ustinov debutó con monólogos en el Player's
Club de Londres. Su carrera lo llevó a los grandes escenarios de
teatro y ópera del mundo y a Hollywood.
Con pasión, puso en escena varias óperas,
y también fue un éxito su obra de teatro La décima
de Beethoven. Decía que lo que más le gustaba era escribir.
Hace poco apareció su autobiografía. En octubre pasado se
le vio por última vez en el cine en la película alemana Luther,
en la que encarnó a Federico el Sabio.
Entre otros premios, en 1960 obtuvo el Grammy por el mejor
disco para niños por Pedro y el lobo; en 1961, el Oscar al
mejor actor secundario por Espartaco y en 1965 por Topkapi;
en 1978, el Premio Unicef; en 1985, la orden cultural francesa Comandante
de las Artes y las Letras, y en 1990 fue nombrado caballero por la reina
Isabel II de Inglaterra.
Muy querido por el público alemán
Todo el mundo adoraba a Ustinov, en especial, el público
alemán, ante el que le encantaba presentarse. "Los alemanes me permiten
tener algunos momentos serios, mientras los ingleses se quieren reír
todo el tiempo." Quizás porque sus compatriotras no lo consideraron
uno de los suyos: "A pesar de que hace muchas bromas sobre los alemanes,
es más alemán que inglés", escribió el Financial
Times en 1991. El mismo tenía una opinión similar: "Nunca
me sentí muy inglés".
Creció en Inglaterra, pero con un pasaporte alemán.
Una vez dijo que fue concebido en San Petersburgo, que nació en
Londres y que fue bautizado en Schwaebisch Gmuend, Alemania.
Su padre era agregado de prensa de la embajada alemana
en Londres, hasta que se enfrentó al ministro del Exterior de Hitler,
Joachim von Ribbentrop, y se convirtió en espía británico.
Ustinov recordaba: "Cuando alguien quería ser amable
conmigo en la escuela, me contaba: 'Mi padre siempre dice que las trincheras
alemanas en la guerra eran más limpias que las francesas'. Entonces,
tenía que admitir que mi madre era francesa".
Sus compañeros solían burlarse del rollizo
Peter. "Me salvaba imitando a los maestros y haciendo reír así
a los demás".
Durante toda su vida, Ustinov siguió siendo un
ser muy vulnerable y, en el fondo, muy reservado, que ocultaba todo esto
con bromas.
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