México D.F. Viernes 2 de abril de 2004
Funcionarios intentan embargarles propiedades
Teotihuacán: amenaza un débito el patrimonio
de artesanos de obsidiana
JAVIER SALINAS CESAREO CORRESPONSAL
Teotihuacan, Mex., 1º de abril.
En un pequeño taller del poblado de San Francisco Mazapa, de este
municipio, Agapito Hernández Nieto elige un pedazo de obsidiana
y lo labra con un esmeril; así, de sus manos brota una pieza de
estilo prehispánico.
Agapito
y su hermano Humberto Hernández Nieto son dos de unos 200 artesanos
que sobreviven aquí de la elaboración de piezas de obsidiana,
actividad que en los 10 años pasados se ha desplomado, problema
que se agrava por la falta de apoyos oficiales para la comercialización
de sus productos y por el intermediarismo de las grandes tiendas de la
zona arqueológica.
Ambos son representantes de la Unión de Artesanos
Auténticos del Valle de Teotihuacán. Aseguran que de unos
500 locales donde se elaboraban artesanías que existían hace
una década en los municipios de Teotihuacán y San Martín
de las Pirámides, sólo subsisten 200, que funcionan a 30
por ciento de su capacidad.
Pero el problema inmediato, agregan, es la amenaza del
Fondo de Solidaridad Empresarial del Estado de México (Foseem) de
proceder legalmente en su contra este fin de semana si la unión
no liquida un crédito que sus integrantes obtuvieron en 1997, para
la compra de maquinaria.
Informan que 15 productores recibieron el préstamo
del Instituto de Investigación de Fomento de las Artesanías
del Estado de México, dependiente del gobierno estatal.
El crédito fue de 150 mil pesos y las autoridades
se comprometieron a apoyarlos en la comercialización de sus productos,
pero no cumplieron. Tras más de seis años, los artesanos
no han podido pagar toda la deuda.
En lugar de ayudarlos, el gobierno estatal, por conducto
de un despacho de abogados, intentó embargar sus talleres y propiedades
a finales del año pasado.
El miércoles pasado, 12 artesanos recibieron una
nueva notificación, esta vez de Eduardo Flores Marín, del
Foseem, quien les informa que si no saldan el adeudo "procederá
judicialmente en su contra".
No se niegan a pagar, expresan, pero argumentan que sus
productos no han sido vendidos a un precio que les permita ahorrar, sino
que deben malbaratarlos, sobre todo a las grandes tiendas mencionadas,
mientras éstas obtienen jugosas ganancias.
Dan ejemplos: "una vasija del changuito", que se elabora
en casi dos semanas, con un costo de casi mil 500 pesos, es vendida por
2 mil 500 pesos a las grandes tiendas, mientras éstas en sus aparadores
las comercializan por 7 mil u 8 mil pesos.
A un costo igual se produce el dios del fuego, elaborado
de obsidiana. Una pulsera del mismo material, que las grandes tiendas compran
al productor en 80 pesos, la venden en 450 pesos.
En las pequeñas fábricas, localizadas en
los poblados de San Francisco Mazapa, Santa María Coatlán,
San Sebastián Xolalpa y La Purificación, se elaboran máscaras
e incensarios teotihuacanos, cabezas olmecas, cabezas de palenque, rostros
del dios del fuego, llaveros, pulseras, aretes, esferas, huevitos, pisapapeles,
portaplumas, entre otros objetos.
Agapito Hernández, su esposa, María Herrera
Beltrán, y sus cuatro pequeños hijos se dedican a la artesanía.
El mayor, Francisco Javier, de 11 años, asegura que "de grande"
se dedicará a conservar el arte de la obsidiana.
-¡Yo le digo que esto no es rentable, que mejor
se dedique a estudiar alguna carrera! -exclama el padre mientras acaba
de pulir una figura que, seguramente, terminará como adorno en algún
estudio.
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