México D.F. Sábado 3 de abril de 2004
La JBG Hacia la esperanza busca convivencia conciliadora con otras comunidades
Pasó una caravana de presuntos extranjeros por territorio zapatista
Preocupa el tiempo húmedo y lluvioso, pues retrasa el trabajo de siembra del maíz
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
La Realidad, Chis., 2 de abril. El tiempo está lluvioso. Por tanto, los aviones militares de reconocimiento vuelan a menor altura sobre la región. "Aprovechan que no se ven", señala un miembro de la junta de buen gobierno (JBG) Hacia la esperanza, la cual acepta conversar brevemente con La Jornada, si bien se abstiene de hacer declaraciones formales.
Otro miembro de la JBG, procedente del municipio autónomo Tierra y Libertad, confirma el paso por sus territorios de la caravana de jeeps deportivos, tripulados por presuntos extranjeros aún no identificados, que recorrió la selva Lacandona a finales de marzo. "Eran rojos, blancos, negros, aunque venían cubiertos de lodo. Pasaron allí por Jerusalén y Nuevo Huixtán, escoltados por dos camionetas pickup con luces en el toldo, pero las personas que nos avisaron no pudieron reconocer si eran de alguna corporación policiaca".
La JGB hace hincapié en sus labores como gobierno regional, que le ocupan la mayor parte del día. Los cuatro municipios autónomos que conforman el caracol zapatista Mar de los caracoles del mar de nuestros sueños han ido construyendo una coexistencia (y convivencia) bastante interesante con comunidades y ejidos de la región que pertenecen a partidos políticos u organizaciones diversas. Así que la JBG, además de organizar los proyectos y trabajos de educación, producción y salud de las comunidades autónomas, lleva relaciones políticas, comerciales y de regulación en el transporte que tratan de ser conciliadoras.
"Ya todos van entendiendo que no hay caso en estar peleando por nuestras diferencias, si de por sí somos vecinos y hermanos". Esto mismo, de manera más formal, afirmaba ayer la JBG de Francisco Gómez (La Garrucha): "Los hombres y mujeres zapatistas de esta JBG damos a conocer que nuestro trabajo es por la construcción de nuestras autonomía, y con acuerdo de todos seguiremos caminando con el respeto a las diferencias, con democracia, libertad y justicia".
Tribulaciones de los "hijos del maíz"
Bertín mira a la montaña con preocupación, pues los altos guanacastes ya florean y no ha parado de llover. La persistente precipitación pluvial sobre la selva en este inicio de primavera impide concluir la roza de los campos, y retrasa la quema que precede a la siembra del maíz. Las condiciones climáticas están retrasando y podrían impedir el inicio del ciclo agrícola.
Resulta paradójico que la hermosa y distante explosión de flores amarillas del árbol guanacaste en las laderas sea motivo de alarma. La delicada trama climatológica de la cual depende la vida campesina debería ahora atravesar un periodo seco y cálido; sin embargo, el estado del tiempo sigue nublado y húmedo.
"Luego va a 'alumbrar' en mayo, y tanto sol puede secar la siembra", comenta Bertín. "Ya debería estar 'cuaresmiando', para que en mayo y junio haya sol, pero también un poco de agua". Según su experiencia, si en Cuaresma sigue lloviendo, la sequía posterior podría ser grave.
"Con este tiempo la tierra no queda lista para que la trabajemos, allí donde está 'aguachineando' se vuelve lodo bien rápido y pudre el maíz".
-ƑAguachineando?, pregunto.
-Sí, el suelo se "aguachina", no seca bien del agua -explica.
Mientras tanto, la Radio Insurgente, que suena en muchas casas, divulga un comunicado del concejo municipal autónomo de comercio de San Pedro de Michoacán, en el cual se comunica a los productores de maíz de la región, "zapatistas y no zapatistas", que a partir del primero de abril se comprará el grano en la sede del municipio autónomo, a precios justos.
Desde temprano, ese mismo día ya se congregaban a orillas del camino los primeros campesinos con sus costales retacados.
Las condiciones meteorológicas son preocupantes, pero la vida continúa. El maíz se siembra, se compra y vende, se consume como base de la dieta cotidiana, y también de la cultura milenaria que comparten los tojolabales de esta región, "zapatistas y no zapatistas".
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