Concluyó el Seminario Industrias Culturales y Desarrollo Sustentable

Proponen frente común de América Latina y la UE para combatir la hegemonía estadunidense

ARTURO JIMENEZ

En la actualidad se vive en un mundo globalizado en el que la hegemonía de las industrias culturales se relaciona con el predominio de los grupos trasnacionales, sobre todo estadunidenses, apoyados por fuertes políticas de Estado, directas o indirectas.

Ante ello, la asociación estratégica de corto, mediano y largo plazos de los países de la Unión Europea (UE) con los de América Latina y el Caribe podría propiciar la recomposición de los mercados y fomentar la diversidad cultural y la interculturalidad, a partir de políticas más incluyentes y recíprocas entre naciones y regiones.

Esa fue una de las conclusiones del Seminario Industrias Culturales y Desarrollo Sustentable que, organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), se realizó este jueves y viernes.

En la clausura participaron Sari Bermúdez, titular del CNCA; Andrés Ordóñez, jefe de la Unidad de Asuntos Culturales de la SRE, y Francisco Piñón, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Las conclusiones y propuestas de ese seminario se pondrán a la consideración de los participantes en la próxima tercera Cumbre de Jefes de Estado de América Latina y el Caribe y la Unión Europea.

En el seminario hubo participantes de 14 países, como los españoles Lluis Bonet y Jesús Prieto, el estadunidense George Yudice, el francés Paul Tolila y el uruguayo Néstor García Canclini.

La premisa del seminario fue que las industrias culturales son parte indispensable del ''desarrollo sustentable" y uno de los sectores más dinámicos de la economía, que además de generar empleo y capital también construye y transforma las identidades culturales.

En la relatoría de ocho cuartillas se plantea que buscar el fortalecimiento, construcción o reformulación de políticas de Estado alrededor de las industrias culturales, implica que la cultura deje de ser algo periférico al desarrollo y sea reconocida como el centro del desarrollo sustentable.

Papel central del Estado

Por eso, se requiere un nuevo activismo del Estado para apoyar a los países menos desarrollados en los circuitos internacionales de producción, distribución y consumo de bienes y servicios culturales: cine, libros, teatro, artes plásticas y artesanías.

Así, contra el neoliberalismo de moda, se necesita reconocer el papel central del Estado en la promoción de las industrias culturales mediante subsidios, créditos, incentivos fiscales y otros.

Además, el Estado debe proteger las culturas nacional y locales negociando excepciones y ''reservas culturales" ante la Organización Mundial del Comercio y los tratados de libre comercio, entre otras.

Esas reservas para proteger las industrias culturales de América Latina urge que se logren en las negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.

Una propuesta más es realizar estudios para conocer la contribución de las industrias culturales de Latinoamérica al producto interno bruto de sus países.

También, crear sistemas de información macroeconómicos de esas industrias mediante, por ejemplo, la cooperación entre países europeos y latinoamericanos.

Otras fueron generar ''observatorios culturales", mapas de esas industrias en Europa y América Latina, un portal euroamericano, propiciar la libre circulación de bienes, equiparar el derecho de autor y buscar la integración cultural latinoamericana.