EL BRILLO DE UNA VOZ CATEDRALICIA

Hace unas horas, la señora Jessye Norman enalteció con su prodigio vocal y su presencia deslumbrante el proscenio del Teatro del Palacio de Bellas Artes. Cantó cuatro lieder de Richard Strauss. A un nivel semejante, en otras voces, otros ámbitos, se hayan los hoyos blanquísimos que abren sus discos en por ejemplo el que dedica a las canciones de Michel Legrand, cuya experiencia produce un estado de euforia estética exultante, estupefaciente, espacial, en el escucha. Este domingo al mediodía ocurrirá la última presentación en México de esta mujer que eleva la palabra diva a sinónimos del tipo ''su majestad", ''su señoría", ''su angelical presencia". Cantará, como lo hizo la noche del viernes las lieder de Strauss, así como sonarán obras de Barber, Pfitzner y Wagner, con la batuta de Enrique Diemecke al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional FOTO CAROL FRIEDMAN