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México D.F. Lunes 5 de abril de 2004
Problemas de seguridad
En duda, los festejos de la feria capitalina
LUMBRERA CHICO
A sólo tres días de que empiece el serial de tres corridas de toros y una novillada en la plaza de trancas denominada La Ronda, en el marco de la Feria de la Ciudad de México, que anteayer inauguró Andrés Manuel López Obrador en la Magdalena Mixhuca, todavía no se sabe si las funciones taurinas habrán de realizarse debido a que el supuesto coso no reúne, al parecer, las mínimas condiciones de seguridad que establece el reglamento.
Eso fue al menos lo que trascendió en los pasillos del Gobierno del Distrito Federal, donde el sábado por la mañana se especulaba sobre la suerte de los anunciados festejos. En los cuatro carteles diseñados, faltaba más, por el promotor de la postauromaquia mexicana, serán lidiados a muerte -si se llega a un arreglo definitivo- algunos de los encierros que estaban previstos para la etapa final de la temporada de la miseria en la Monumental Plaza México.
Estos corresponden a las ganaderías de Montecristo, Fernando de la Mora y José María Arturo Huerta, o lo que es decir ''más de lo mismo'', porque los criadores propietarios de tales hierros pertenecen al estrecho círculo de reproductores de toros chicos, débiles y descastados, esos que se derrumban al primer puyazo, que hemos visto hasta la saciedad a lo largo del cacicazgo del enterrador de la fiesta brava en nuestro país.
Por lo que toca a los nombres de los diestros, el más atractivo sin duda es de Eulalio López, El Zotoluco, quien se alista para actuar en Las Ventas de Madrid con una corrida de Miura, ganadería que hace 13 años no salta al ruedo de la plaza más importante del reino español. Sin embargo, quienes han visto el encierro de Fernando de la Mora, que dentro de la citada feria capitalina estoqueará el único mexicano exportable que tenemos, aseguran que los bichos tienen el trapío y la cuerna de una vaca de tienta.
Para atraer a los despistados que se acerquen -si La Ronda abre sus puertas-, Rafael Herrerías echará mano de ex novilleros, que ya en su calidad de matadores no han cuajado, como Humberto Flores, Christian Aparicio, Christian Ortega, y por supuesto, al protegido de Carlos Hank Rhon, el torerito que repite y repite, aunque jamás triunfe, Alejandro Amaya.
Junto a estos artesanos de relleno -porque no serán otra cosa mientras no demuestren lo contrario- fueron encartelados la revelación del año, José Luis Angelino, y los pundonorosos José María Luévano y Rafael Ortega, quien, cabe mencionarlo aparte, participará en mano a mano con El Zotoluco, si el serial, debe insistirse en ello, a fin de cuentas se realiza.
Por último está programada una novillada femenina con la española Raquel Sánchez y la mexicana Hilda Tenorio, que tiene más clase a medida que sigue creciendo. La pregunta que desconcierta a la afición es por qué, habiendo una edificación tan sólida y confiable como la México, los espectadores arriesgarán su integridad física en un coso portátil como La Ronda. La respuesta es obvia: porque la México estará secuestrada hasta que se vaya Herrerías. ƑCuánto falta para eso?
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