México D.F. Miércoles 7 de abril de 2004
La activista cultural presentó en la
Gran Manzana su performance Mientras dormíamos
Lorena Wolffer sacude a Nueva York con los casos de
asesinadas en Juárez
La obra es un recordatorio para evitar que continúe
la negligencia de las autoridades, afirma la artista Utiliza su cuerpo
como lienzo para mostrar la violencia de 50 de los más de 300 casos
ELIZABETH COLL ESPECIAL
Nueva York. Con la presentación de su obra
Mientras dormíamos, la activista cultural y artista mexicana
Lorena Wolffer logró interrumpir y paralizar momentáneamente
la realidad neoyorquina con las historias y las heridas de las mujeres
asesinadas en Ciudad Juárez. En la obra, presentada como parte del
festival internacional Performance Currency, Wolffer utiliza su cuerpo
como mapa simbólico que documenta y narra la violencia de 50 de
los más de 300 casos registrados, desde 1993, de mujeres asesinadas
en Ciudad Juárez, Chihuahua.
En
un espacio con paredes desnudas de tablarroca como fondo, Wolffer se presenta
sentada en una plancha de la morgue, en Chasama, centro de performance
en construcción. Se quita los pantalones de mezclilla, se sube la
playera blanca y el brassier, y con la precision desapasionada de un cirujano,
comienza a marcarse el cuerpo con rayas que representan las heridas de
las mujeres asesinadas en Juárez. Una voz masculina en off
cuenta y describe, caso por caso, los detalles de cada mujer y cómo
fueron atacadas.
"La obra está centrada en los homicidios de mujeres
con nombre y apellido, con la intención de dejar atrás términos
genéricos y abstractos como 'las mujeres de Juárez'. En el
proceso de marcar mi cuerpo -además del registro- busco transformar
los actos 'privados' de la violencia en actos públicos: mientras
grabo sobre mi cuerpo los golpes, cortadas y balazos que cada una de estas
mujeres sufrió, miro detenidamente a los espectadores precisamente
para transformarlos en testigos", dice Lorena Wolffer en entrevista con
La Jornada.
A diferencia del contexto mexicano, en el cual esta obra
sirve como un recordatorio, la presentación en Estados Unidos sirve
para informar al público de una realidad que muchos desconocen,
aunque sea el país que tiene frontera con Ciudad Juárez.
En los últimos dos años, Wolffer ha presentado esta obra
en Cardiff, Gales, y Kuopio, Finlandia, y próximamente lo hará
en París, Francia, donde ahora está viviendo.
En el performance, Lorena Wolffer crea una proximidad
espacio-temporal que da al público la capacidad de responder a la
violencia, les da un sentido de responsabilidad que viene de sentirse involucrados
e implicados en ese acto. Wolffer acumula la violación de todas
esas mujeres sobre un solo cuerpo, marcándolas con rayas que al
final del performance irradian sobre su matriz como arcos de dolor.
Cuando termina el performance, Wolffer se tapa
el cuerpo y cabeza con cobijas, dejando marcada en la memoria de la audiencia
una imagen efímera que reta a la estabilidad y la permanencia de
todo su entorno, empezando con la terminal de Grand Central de lado, y
la calle 42, la misma donde activistas marcharon el Día de Muertos
para exigir el fin a la violencia hacía las mujeres en Juárez
y en todo el mundo.
"Aunque sé que mi obra es apenas una denuncia entre
muchas otras, la seguiré presentando el tiempo que haga falta. Como
dije antes, este performance también funciona como una especie
de recordatorio y creo que entre más recordatorios existan, será
más difícil que se postergue la negligencia de las autoridades
locales y federales, en ambos lados de la frontera.
"Creo que la consecuencia más dramática
de estos crímenes -después de los crímenes mismos,
por supuesto- ha sido la aparente institucionalización de la violencia
hacía las mujeres en Ciudad Juárez. La impunidad que caracteriza
estos funestos actos parece indicar que existe un nuevo contrato social
en el que se permiten y toleran los asesinatos de mujeres. Y creo que esto
no va a cambiar hasta que cada uno de los casos sea resuelto", concluye
la activista.
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