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México D.F. Viernes 9 de abril de 2004

Admite que el gobierno de Bush tenía advertencias sobre la presencia de Al Qaeda en EU

Fracasa Rice en su intento por cerrar el debate sobre el 11-S

No ha habido, en 20 años, capacidad organizativa para enfrentar amenazas terroristas, señala

Lejos de aclarar contradicciones, la consejera abre nuevas interrogantes en su comparecencia

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 8 de abril. La consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, fue obligada hoy a reconocer dos cosas: que el gobierno de George W. Bush contaba con advertencias de que células de Al Qaeda se encontraban en Estados Unidos desde los primeros cinco días de su gobierno, y que poseía información sobre posibles atentados realizados con aviones secuestrados. Asimismo, tuvo que admitir que ni este gobierno ni sus predecesores de los 20 años pasados tenían capacidad organizativa para hacer frente a tales amenazas.

"Si hubiéramos sabido que estaba por cometerse un atentado contra Estados Unidos, un ataque contra Washington y Nueva York, habríamos movido cielo y tierra para impedirlo", afirmó Rice ante la llamada Comisión 11-S y las cámaras de los medios nacionales.

Pero, según se reveló en el intercambio de hoy, el 6 de agosto de 2001 la Agencia Central de Intelgencia (CIA) informó directamente al presidente Bush que "la FBI (Oficina Federal de Investigaciones) señala un patrón de actividad sospechosa en Estados Unidos consistente con planes para secuestros adicionales". El memorándum oficial se titulaba "Bin Laden está decidido a cometer atentados en Estados Unidos". La Casa Blanca se ha negado hasta la fecha a desclasificar este documento.

Después de tres horas de testimonio público y bajo juramento ante la comisión del 11-S, esta mañana Rice no logró su máximo objetivo, propósito central del gobierno en este año electoral: dar por cerrado el debate público sobre el asunto. No sólo no resolvió contradicciones y versiones encontradas sobre las acciones de su gobierno, sino que este intercambio abrió nuevas interrogantes.

Rice quiso justificar la falta de acción de su gobierno ante las advertencias afirmando que problemas "estructurales" prevenían el intercambio de inteligencia entre agencias de seguridad publica sobre esas amenazas, y rechazó las acusaciones de Richard Clarke, el ex zar antiterrorista, de que los altos niveles del gobierno no les habían prestado atención suficiente a esos signos de peligro.

"Durante más de 20 años creció la amenaza terrorista, y la respuesta de Estados Unidos, a través de varios gobiernos de ambos partidos, fue insuficiente", sostuvo Rice. Poco después, al responder a un interrogatorio a veces severo de los comisionados, Rice subrayó que no había nada que Washington pudiera haber hecho para prevenir los atentados.

Sin embargo, como comentaron hoy varios comisionados, sí existía información de que se avecinaba un atentado dentro del país, pero esa información jamás fue cruzada por los funcionarios de alto nivel con otra oficina de inteligencia.

Mucha de la atención durante este espectáculo político se enfocó sobre la información presentada al presidente el 6 de agosto de 2001, la cual advertía de un posible atentado "terrorista" dentro de Estados Unidos. Rice insistió hoy en que esa información sólo contenía algunos datos históricos y no ofrecía ningún detalle específico sobre el cual se pudiera haber adoptado alguna acción.

Pero la crítica central de Richard Clarke, reiterada hoy por algunos comisionados, es que Rice y otros altos funcionarios esperaron hasta el 4 de septiembre de 2001, una semana antes de los atentados, para convocar a una reunión del gabinete con el fin de evaluar qué hacer ante la información de un posible atentado.

Durante los primeros ocho meses del gobierno de Bush, Rice recibió advertencias repetidas sobre Al Qaeda, según reconoció hoy: cuatro días después de instalarse este periodo presidencial en la Casa Blanca, Rice fue informada sobre la existencia de células de Al Qaeda dentro de Estados Unidos. En la primavera de 2001 fue enterada por la CIA de que se habían interceptado comunicaciones de Al Qaeda que declaraban: "habrá noticias increíbles en las próximas semanas" y "grandes sucesos... habrá un gran, gran, gran alboroto".

Aún así no se envió ninguna alerta general a las 56 oficinas de la FBI en este país, a pesar de que era la principal agencia responsable ante tal amenaza. Otras agencias y secretarías tampoco se movilizaron -por ejemplo el Departamento de Transporte- y los comisionados pusieron énfasis hoy en que la burocracia federal no logró actuar de manera coordinada ni efectiva a pesar de las advertencias (entre ellas, de agentes de la FBI en diversos estados que informaban sobre sospechosos que se capacitaban en escuelas de aviación, uno de los cuales sólo se interesaba en volar, pero no en despegar ni en aterrizar).

Mientras Rice hacía su presentación ante los medios nacionales, detrás de ella, en la sala, varios familiares de las víctimas del 11 de septiembre mostraban las fotos de sus seres queridos que murieron ese día. En varias ocasiones, cuando algún comisionado la interrogaba de manera severa, se escuchaban aplausos.

Es probable que Rice esté en lo cierto al afirmar que el presidente creía que varias agencias de su gobierno perseguían a Al Qaeda y que la abrumadora mayoría de la información con que se contaba se refería a posibles atentados en el extranjero, no dentro del país. Pero el problema político, en este año electoral y con el trasfondo de una insurrección en Irak, es que estas explicaciones podrían percibirse como evasiones de responsabilidad en los niveles más altos para achacar la culpa a los subordinados.

A fin de cuentas, el papel del presidente y de su equipo de seguridad nacional es asegurar que la burocracia responde de manera eficaz y suficiente a estas amenazas. Los demócratas argumentarán que este gobierno ha fracasado y que en consecuencia el presidente no debe ser relecto este año. La Casa Blanca, según han comentado varios de sus asesores, intentará desviar la atención pública de este tema.

Pero hoy, por lo menos, no lo logró: esto no se ha acabado.


Continúan los enfrentamientos en Fallujah, Bagdad, Kerbala y Najaf

Comparan comandantes estadunidenses la situación en Irak con la guerra en Vietnam

La resistencia chiíta, más fuerte que la oposición de las tropas de Saddam Hussein, estiman

AFP, REUTERS Y DPA

Fallujah, 8 de abril. Los combates que enfrentan desde hace cuatro días a soldados estadunidenses contra la resistencia iraquí en Fallujah llevaron a los comandantes militares a comparar la situación con la guerra de Vietnam, al tiempo que los enfrentamientos continuaban en esa localidad sunita así como en Bagdad, Kerbala y Najaf, entre otros puntos.

Por lo pronto, miles de chiítas y sunitas, provistos con comida, mantas y medicinas, comenzaron una marcha hacia Fallujah, tras el llamado que hicieron las mezquitas para apoyar a la población de la castigada ciudad, al tiempo que 3 mil iraquíes se manifestaron este jueves en la norteña Mosul en apoyo a la occidental población de Fallujah.

"Las operaciones militares en terreno urbano constituyen el tipo de combate más intenso", dijo el teniente coronel Brennan Byrne. "Es como Hue, en Vietnam", agregó, en referencia a la ex capital imperial donde las tropas estadunidenses tuvieron feroces combates de calle, en 1968, contra los comunistas.

Los marines, que participaron en los combates que provocaron la derrota del ejército de Saddam Hussein hace un año, afirman que la resistencia en Fallujah es más fuerte que la oposición de las tropas de la antigua guardia republicana iraquí.

Dado lo convulsionado de la situación, no hay reportes claros sobre el número de víctimas de los combates.

Tahr al Issawi, director del principal hospital de Fallujah, estimó que 280 personas han muerto y 400 resultaron heridas en esa ciudad desde que comenzó la operación Determinación Vigilante, lanzada el domingo an-terior por las fuerzas de ocupación con la in-tención de detener a los responsables por la muerte y mutilación de cuatro estadunidenses miembros de una empresa de seguridad.

Pero otras fuentes médicas declararon a la televisora qatarí Al Jazeera que un total de 105 iraquíes fueron asesinados en Fallujah, sólo desde la noche del martes. El número de heridos fue calculado en más de 500.

En todo caso, el corresponsal de Al Jazeera en el lugar reportó que el balance de muertos podría agravarse, ya que cientos de familias entierran a sus allegados sin registrarlos porque los enfrentamientos continúan.

Al Jazeera aseguró que helicópteros estadunidenses y francotiradores disparan a las ambulancias y vehículos civiles que llevan a los heridos hacia hospitales en Fallujah.

Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se ha reportado la cifra de muertos en otras ciudades iraquíes en donde se ha informado acerca de enfrentamientos entre la resistencia y las fuerzas de ocupación.

Tampoco hay cifras globales sobre bajas en las fuerzas de ocupación. Un oficial refirió que dos marines fueron muertos hoy por francotiradores en Fallujah. Cinco soldados estadunidenses fueron abatidos desde el miércoles por la tarde, informó el ejército de Estados Unidos en Bagdad.

Con estas bajas, asciende a 346 el número de soldados muertos desde que el presidente George W. Bush declaró el fin de los principales combates, el primero de mayo de 2003.

El ejército invasor se rehusó a permitir este jueves el ingreso de camiones con ayuda, como medicinas, agua y comida a la ciudad sunita, refirió la televisora qatarí Al Jazeera.

Así las cosas, miles de sunitas y chiítas respondieron al llamado hecho desde las mezquitas y comenzaron una marcha con ayuda humanitaria por la autopista que une a Bagdad con Fallujah, sitiada desde el lunes por tropas estadunidenses.

Los convoyes parten con regularidad de los centros de colecta, aclamados por las ma-sas que gritan "¡Alá es grande!", mientras que los altavoces difunden cánticos patriotas que llaman a la jihad contra el ocupante".

En Mosul, unos 3 mil iraquíes se manifestaron en apoyo a la población de Fallujah. Ninguna fuerza estadunidense fue visible.

La policía iraquí mantuvo el orden, y se escucharon consignas como "Ni sunitas ni chiítas: unidad islámica".

El comandante de las fuerzas estadunidenses en Irak, teniente general Ricardo Sánchez, indicó que las operaciones en Fallujah y Ramadi podrían seguir por días o semanas, tras reconocer que la resistencia mantiene el control de la central Najaf y la sureña Kut.

"Desde antes de empezar esta campaña, sabíamos que eso (una guerra de guerrillas) era una posibilidad, y todo el ejército y los marines de Estados Unidos están preparados para entrar en este tipo de operación. Tenemos Fallujah sitiada", declaró Sánchez, y negó que sus tropas priven a los residentes de esa ciudad de suministros humanitarios.

El militar también reconoció que la milicia del jefe chiíta radical Moqtada Sadr, el ejército Mehjdi, controla los centros de Najaf y Kut, así como comisarías y edificios públicos de esas localidades, mientras que las fuerzas de ocupación mantenían sus bases en las afueras de esas ciudades.

En Kerbala, el mando polaco afirmó que tiene dificultades para controlar la situación. El comandante Edward Gruszka exigió a la milicia de Sadr que deponga las armas y abandone el centro de la ciudad.

En Anbar, unos 30 combatientes iraquíes murieron el miércoles anterior en combates contra fuerzas de ocupación, indicó el ejército estadunidense.

Las tropas polacas y búlgaras se enfrentaron hoy con milicianos iraquíes en Kerbala, pero no informaron de bajas. Sin embargo, un funcionario de salud informó que cuatro iraquíes fallecieron y 16 resultaron heridos. Testigos señalaron que el ejército de Sadr controla Kerbala y sus lugares sagrados.

La milicia de Sadr amenazó con "hacer llover sangre y fuego sobre Kerbala" para obtener la salida de la coalición. El jeque Hamza al Tai, jefe del equipo de Sadr, indicó que lanzó "un ultimátum a los invasores para que se retiren de la ciudad, y que la go-bernación de Kerbala sea puesta bajo el control de la Hawza (dirección religiosa chiíta)".

Por lo pronto, Estados Unidos envió un refuerzo de 120 soldados a esta ciudad para apoyar al contingente búlgaro y polaco, anunció el ministro de Exteriores de Bulgaria, Solomon Passi.

En Najaf, 10 iraquíes murieron y 20 resultaron heridos en enfrentamientos, el miércoles, entre la milicia de Sadr y las fuerzas españolas y salvadoreñas, informó una fuente del hospital de la ciudad.

Los enfrentamientos tuvieron lugar en tres barrios de Najaf entre milicianos y fuerzas españolas y salvadoreñas, así como en la ruta que va a Kerbala.

Cinco iraquíes murieron y otros 18 resultaron heridos tras la explosión de una bomba artesanal, hoy en Baladrooz, al norte de Bagdad, informó un responsable de la policía.

Un convoy estadunidense fue atacado en una autopista a la altura de Abu Gharib, 20 kilómetros al oeste de Bagdad, y guerrilleros iraquíes armados con kalashnikov bailaban alrededor de dos vehículos en llamas, sin que se reportaran militares muertos o heridos.

En Dinwaniya, tres soldados españoles resultaron heridos, dos de gravedad, tras un ataque de la resistencia.

En tanto, la milicia de Sadr afirmó hoy que está dispuesta a reanudar el combate contra la coalición, después de la destrucción de su cuartel general en el empobrecido suburbio de Ciudad Sadr por las fuerzas estadunidenses, afirmó Amer al Husseini, portavoz del movimiento en ese barrio chiíta.

En tanto, Adnan Pachachi, miembro sunita del consejo de gobierno, aseguró que se llevan a cabo conversaciones con Sadr para que se entregue a la justicia, al tiempo que el mi-nistro del Interior, Nuri Badran, de origen chiíta, renunció sorpresivamente, y adujo que el administrador civil en Irak, Paul Bremer, lo instó a tomar esta decisión para restablecer el equilibro en el gobierno transitorio.

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