Señalan que no existen evidencias técnicas ni científicas de esta práctica

Descartan expertos que se puedan extraer combustibles mediante el efecto popote

Pemex y la Secretaría de Energía diseñan términos legales sobre yacimientos transfronterizos

ISRAEL RODRIGUEZ

No hay evidencias técnicas ni científicas que comprueben que otros países extraigan las riquezas energéticas del subsuelo de México mediante el efecto popote. Sin embargo, es recomendable que nuestro país establezca acuerdos para compartir información e incluso realizar la explotación de yacimientos transfronterizos en cooperación con Estados Unidos, Guatemala, Belice y Cuba, consideraron ingenieros petroleros.

A este respecto, Petróleos Mexicanos (Pemex) aseguró que debido a las características de los campos de la cuenca de Burgos, el efecto popote es "poco probable". La paraestatal, por otro lado, reveló que México, por medio de la Secretaría de Energía y con el apoyo técnico de la empresa, "elabora los términos de referencia legales para suscribir un acuerdo bilateral que permita hacer transparente el tema de los yacimientos transfronterizos".

Este debate se reavivó después de que el pasado 30 de marzo en Santa María del Oro, Nayarit, el presidente Vicente Fox, durante su visita a las obras de la hidroeléctrica El Cajón aseguró que Estados Unidos sustrae gas mexicano de la cuenca de Burgos.

Pemex informó que para la explotación de los yacimientos que conforman la cuenca de Burgos, por su origen, distribución errática y discontinua, y con características de porosidad y permeabilidad bajas, se hace necesario fracturar las rocas para incrementar su permeabilidad; adicionalmente, la producción de estos yacimientos declina, por lo cual su prospección y explotación es compleja y por ende "el efecto popote es poco probable".

A su vez, los especialistas e integrantes del Grupo Ingenieros Petroleros Constitución de 1917 aseguraron que ni siquiera en la zona del Golfo de México hay riesgo de que se aplique el llamado efecto popote porque, de acuerdo con los tratados entre México y Estados Unidos, existe una franja de 10 millas que se extiende a ambos lados de la frontera que prohíbe perforar en la zona durante 10 años, periodo que culmina en 2012.

Pero advirtieron que antes de ocho años será urgente que México, por medio de las secretarías de Energía y de Relaciones Exteriores, y Pemex, establezca convenios para compartir información y unificar la explotación en yacimientos transfronterizos con cuotas proporcionales a las reservas de cada país.

Descartaron también que en los tres yacimientos licitados internacionalmente por el Ministerio de Energía y Minas de Guatemala, en una zona cercana a Chiapas, se pudiera utilizar la explotación horizontal para extraer el crudo del lado mexicano, debido a que la tecnología sólo permitiría como máximo realizar perforaciones a 15 mil metros.

Inalcanzables las metas de Pemex en producción para 2006

Por otro lado, el geólogo Roberto Flores López, también integrante del grupo multidisciplinario, aseguró que aun con la incursión en este año de Pemex en la explotación de yacimientos en aguas profundas, la empresa no logrará la meta de producción de 4 millones de barriles diarios prevista para el final de la presente administración, debido principalmente a que las producciones de los yacimientos susceptibles de ser explotados, así como el nivel de la restitución de reservas, han sido sobrestimadas.

Pemex informó que en junio o julio del presente año se iniciarán los trabajos en aguas profundas en la zona del Golfo de México. Actualmente Pemex continúa conversaciones con los más destacados consorcios petroleros internacionales para que aporten tecnología de punta y comenzar los trabajos al final del primer semestre del año.

Pese a que Pemex no ha revelado el punto exacto para la explotación de pozos en aguas profundas, uno de los más susceptibles es el área denominada Perdido, franja de aproximadamente 350 kilómetros, ubicada en la porción occidental del Golfo de México, que se extiende en territorio mexicano y en la contraparte de Estados Unidos, a 250 kilómetros al oriente de las costas del sur de Texas y del norte de Tamaulipas, México.