Roberto Méndez, primer ganador del premio internacional de ensayo sobre el prócer

Heredia, fundador de la poesía en Cuba, ''aún es un incomprendido en su país''

''En los libros de texto apenas se le menciona como autor de versos anticoloniales''

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 13 de abril. José María Heredia (1803-1839), el poeta independentista cubano que murió en el exilio en México, aún es un incomprendido en su país, a pesar de haber fundado la poesía en Cuba y de la ''tremenda actualidad de su pensamiento".

Así lo consideró Roberto Méndez (1958), poeta y ensayista cubano, que reside en la centro-oriental provincia de Camagüey, quien acaba de ganar el Premio Internacional de Ensayo sobre Heredia, convocado por el estado de México para conmemorar el bicentenario del autor de Oda al Niágara.

''No hay razón alguna para que el fundador de nuestra poesía esté en un plan tan secundario", dijo Méndez a La Jornada. En los libros de texto en Cuba apenas se le menciona como conspirador frustrado y autor de versos anticoloniales.

''Hay la tendencia a verlo sobre todo como figura de mármol, algo empolvada, y solitaria en su pedestal, sin comprender la tremenda actualidad de su pensamiento"

Con el ensayo Eros y paisaje en la poesía de José María Heredia, Méndez obtuvo el primer premio (publicación de la obra y 10 mil dólares) en el concurso convocado por el gobierno del estado de México, la Universidad Autónoma de esa entidad, el Instituto de Estudios Legislativos local y la Comisión Organizadora del Bicentenario del polémico personaje cubano.

Escritor y político transterrado

El jurado, integrado por Hugo Gutiérrez Vega, Lisandro Otero, Alvaro Matute y Víctor Sandoval, otorgó a Méndez el galardón por su ''profundo conocimiento de los recursos poéticos de Heredia", así como del ''espectro cultural que antecedió o coexistió con la obra del intelectual cubano", según el fallo.

Aunque la decisión del jurado fue pública, Méndez externó su ''sorpresa" porque los organizadores no se han comunicado con él ni le han respondido mensajes electrónicos para organizar la recepción del premio, que debe ocurrir el próximo 7 de mayo, aniversario de la muerte de José María Heredia, con lo cual concluirán las celebraciones del bicentenario.

Precursor de la independencia cubana, Heredia en México fue juez, parlamentario, periodista, vivió en Toluca y sufrió las arbitrariedades de Antonio López de Santa Anna, de quien había sido amigo. Decepcionado por la secuela de la independencia mexicana (caudillismos, asonadas), dudoso de si Cuba hubiera corrido la misma suerte, llegó a invadirlo el pesimismo. Poeta romántico, tuvo una vida desgarrada y murió a espaldas de la catedral en la capital mexicana.

La primera aproximación reciente y seria al escritor y político transterrado fue La novela de mi vida, recreación biográfica de Heredia que se enlaza con la actualidad cubana y que publicó el año pasado Leonardo Padura.

Méndez relató que, tras una larga conversación con Padura, se disparó su interés por el poeta, hasta el punto de que, tras elaborar el texto ahora premiado, publicó José María Heredia: la utopía restituida (Editorial Oriente, La Habana), donde reseña el espíritu literario fundacional del personaje (''inventa una literatura y hasta una teoría de ella para el Nuevo Mundo").

El autor explicó así su trabajo premiado: ''Procuré realizar una relectura más novedosa de dos franjas de su obra: la visión herediana del México precolombino, marcada por una visión humanista, dieciochesca" y la del ''poeta descriptivo, capaz de llegar a una fusión tal con la naturaleza que mediante ella puede tener vivencias excepcionales de Dios, la patria y la mujer, porque todo en él se une en un Eros superior.

''Es un tributo al fundador de nuestra literatura, tan mal conocido y peor leído", dijo Méndez. Heredia ''quiso una Cuba émula de Grecia y de la Francia libre" y logró con ello ''hacer entrar en la historia una de las más fecundantes utopías de la cultura cubana: la patria soñada, la de la razón y la poesía", que ''esperará por décadas el instante de encarnar en el verbo martiano".

Lejos de los reflectores

Autor de una veintena de libros, Méndez ha ganado en Cuba el Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén (2001) y el Premio Anual de la Crítica (2002). Rema contra la corriente al radicar en su provincia natal sin perder su ánimo por la cultura y la creación, alejado aparentemente de los reflectores de la capital.

''Hay que tener mucha fe en lo que se hace, saber soportar la soledad, no dejarse abatir por el lado más atroz del provincianismo", dijo sobre la experiencia de un creador fuera de la principal plaza cultural en su país, la capital, como ocurre en casi todo el tercer mundo.

''Se vive batallando con los celos y trampas de los mediocres."