Termina la cuarta versión del Festival América Cantat, en el teatro Metropólitan

Corresponde a los creadores comenzar a formar públicos para las artes: Verónica Alexanderson

ANGEL VARGAS

La cuarta versión del Festival América Cantat termina hoy en medio de una preocupante realidad: ''los mexicanos aún no logramos apreciar las grandes virtudes y beneficios que trae consigo la práctica del canto coral, tanto artísticos como sociales".

En esa visión coinciden varios directores corales, como Alfredo Mendoza, Patricio Gómez Junco y Eugenio Sleziak, quienes lamentan la escasa respuesta de la sociedad ante ese encuentro en ésta, la primera ocasión que se efectúa en México, sin importar que se trate del más importante de la especialidad en el continente.

La reducida afluencia a los más de 100 conciertos muestra el profundo desinterés en el país por las actividades culturales de nivel y, en el caso particular, lo incipiente de nuestra actividad coral, señala Mendoza, director de la Schola Cantorum de México, quien agrega: ''La verdad es que la ciudad le quedó chiquita al festival".

Esa falta de espectadores es uno de los puntos que mayores críticas desataron entre algunos participantes, aunque terminaron por minimizarlo ante la importancia de que un encuentro de esa magnitud se haya realizada por primera vez en el país y con ello dar un paso determinante para el desarrollo de un movimiento coral consistente.

Coro de más de mil intérpretes

Otro aspecto que suscitó críticas contra los organizadores fue la excesiva carga de trabajo a la que fueron sometidos los grupos, en lo concerniente a talleres y presentaciones, lo cual dificultó e imposibilitó en algunos casos cumplir con uno de los objetivos del festival: la convivencia y el intercambio entre participantes.

Aspectos más específicos, como comida, transporte, hospedaje y trato preferencial hacia algunos grupos, sobre todo los extranjeros, también recibieron ciertos señalamientos de algunas personas.

''Un festival de este tamaño es proclive a aspectos que no resultan del todo agradables, pero en realidad han sido detalles, cositas pequeñas en relación con las oportunidades y experiencias que hemos tenido", indica Eugenio Sleziak, titular de la Camerata Coral de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana.

Por parte del comité organizador de esta cuarta versión del festival, Verónica Alexanderson asume que la falta de público fue uno de los riesgos previstos al realizar el encuentro en una época poca propicia, como es durante vacaciones de Semana Santa; con una programación tan amplia de conciertos y en varias sedes localizadas en diferentes puntos de la capital.

Sin embargo, ''el riesgo valió la pena, porque así como, en efecto hubo conciertos con muy poca asistencia, en otros muchas personas se quedaban afuera", agrega.

''Los artistas se quejan de que no hay público para la danza, la música, los coros, pero si no comenzamos por formarlos ahora, Ƒcuándo lo vamos hacer? Ese fue nuestro objetivo y damos la batalla. Estoy convencida de que iniciativas como América Cantat redundarán en renovar entusiasmos y esfuerzos por trabajar en el desarrollo y la promoción del arte."

Para la clausura del festival, hoy a las 20 horas en el teatro Metropólitan, los organizadores programaron la gala La esperanza en el mundo, en la que participará un monumental coro de más de mil cantantes provenientes de 24 países, que fue integrado ex profeso para dar un canto por la paz del mundo mediante un mosaico de la música coral de América.