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México D.F. Miércoles 14 de abril de 2004
En teleconferencia desde España, el pianista
y el cantaor hablan de Lágrimas negras
Bebo no deja de ser ese genio que con su música
conmueve: El Cigala
Valdés, de 85 años, que dejó La
Habana en 1960, pregunta si todavía viven sus amigos
El disco es una combinación de flamenco y bolero,
no una fusión, afirman sus creadores
ARTURO CRUZ BARCENAS
Bebo Valdés, el pianista más importante
del mudo, en cuanto a música popular, y Diego El Cigala creadores
de Lágrimas negras -considerado por The New York Times
el mejor disco de 2003, en todos los géneros-, en teleconferencia
desde Madrid, España, rememoraron ayer su paso por México
y hablaron de la posibilidad de regresar: "Estamos a la expectativa. Depende
de algunas cosas que tiene que hacer Bebo", comenta el cantaor.
Para
Bebo pareciera que el tiempo se detuvo ese marzo de 1962, cuando se fue
de México por los ataques de Venus Rey. Pregunta si vive tal o cual
persona. Se sorprende de que no, que casi todos sus amigos de entonces
ya hayan muerto. "¿Chilo Morán murió? ¿Murió
Isidora, el trompeta? ¿Y Marroquín? ¿No queda nadie
más vivo? ¡La verdad ya tengo 85 años! Ya también
estoy en el puente de irme ya". Tales fueron las palabras sentidas del
maestro del filing bolerístico.
-¿No pasó ya mucho tiempo, don Bebo? ¿No
sería mejor que ya volviera a México, y con El Cigala?
Respondió Bebo -hombre orquesta de la música
cubana en su época de oro, arreglista de estrellas y pianista sin
par, organizó las primeras jam sessions y vistió del
lujo al mambo. Su big band Sabor de Cuba puso a bailar a la isla
entera y ganó dos Grammys con El arte del sabor-: "Me fui
de La Habana el 16 de octubre de 1960 y de México en 1962. Lo dejé
con todo el dolor de mi corazón. Me casé, me fui de viaje,
vinieron los hijos, ahora los nietos. Tengo una casa. Con Diego hice 37
conciertos el año pasado.
"Es posible que algún día vuelva a México."
A su lado, El Cigala aplaude y grita: "¡Que vaya, que vaya!
Todos lo deseamos".
Los pianistas cubanos, con todo su virtuosismo, criticó
Bebo, "no tocan el folclor de su país, como sí lo han hecho
los músicos de Buena Vista".
"Fui muchas veces a México; trabajé con
Tongolele, Ninón Sevilla, en la W, en televisión, en el show
de las nueve de la noche. El público de México es, para mí,
uno de los mejores del mundo, ¡increíble!
"Fui antes, en los años 40. Fui amigo directo de
muchos músicos, entre ellos Mario Ruiz Armengol, pianista y compositor;
el trompeta. Tuve problemas allá, por 1961, con ese señor
que se llamó Venus Rey, del sindicato de músicos. ¿Saben
algo de él? No sé por qué. Yo estaba en orden, la
Sonora Matancera estaba en orden, y este señor nos boicoteó,
entre otros a mi orquesta. Mis trompetas eran la mejor sección en
su tipo en esos años, entre otros El Moco. El gobierno dijo
que yo estaba en desorden y que no tenía derecho de tocar. Me fui
y por eso no he vuelto a México.
"Ese señor, Venus, fue una especie de dictador.
Pero tuve muchos amigos, como Mariano Rivera Conde, Consuelo Velázquez
-autora de Amar y vivir, incluido en Lágrimas negras-,
quien es un genio."
Bebo no regresa a tierras mexicanas desde que se fue molesto
el 24 de marzo de 1962, en protesta por lo que considera un acto de intolerancia,
de injusticia, del entonces líder del sindicato de músicos,
Venus Rey, quien no dejó que actuaran aduciendo violaciones que,
según el pianista Valdés, no procedían.
Compenetración
Cincuenta años de vida separan a ambos artistas,
y miles de kilómetros en el mapa, pero se hallaron y lo que salió
de las manos de Bebo al piano -padre de Chucho Valdés, a
quien considera el mejor del mundo en dicho instrumento- y de la voz del
flamenco de El Cigala es único, compenetración, "combinación",
que no fusión, aclaró Bebo.
El Cigala de 50 años de edad -Bebo tiene
85 primaveras- expuso que de su paso por el bolero "lo gitano queda en
mi arte, lo que yo sé, mi persona y manera de cantar. Eso es inamovible.
En el mundo del bolero he seguido con el flamenco, respetando toda la pauta
y toda la música. No he parado de aprender, pues el mundo del bolero
es amplio. Cuando canto esos temas tampoco los quiero llamar bolero. No
los quiero cantar así. Vienen de ahí, pero los canto como
Diego El Cigala, como cantaor flamenco. Muchos no se hubieran tirado,
aunque reconozco que en su día yo tampoco me tiré, ni me
hubiera pasado por la cabeza tirarme, si no no hubiera venido de la mano
de mi compadre Bebo, quien me dio la confianza al oírlo y verlo
tocar el piano.
"Cuando Bebo está al piano eso es muy fuerte para
mi corazón. Bebo no deja de ser ese pedazo de genio, con su música
cubana que conmueve y nos hace sentir especiales. Al cantar el bolero lo
paso por el flamenco. Si no fuera así, no sería Lágrimas
negras. No le puedo llamar fusión porque esta palabra no está
en mis términos. Son sonidos del alma. En este disco todo vino rodao,
poco a poco."
Los nueve temas del disco, como Inolvidable, Veinte
años, La bien pagá y la que da título a
la producción, son un viaje a la esencia de la canción de
amor iberoamericana, con escalas en Cuba, Centro y Sudamérica, así
como España y México.
Sentimientos apasionados
Lágrimas negras es el título de una
canción compuesta en los años 30 por el cubano Miguel Matamoros
(1894-1971), que El Cigala interpreta con su cante hondo, gitano:
"Aunque tú me has dejado en el abandono/ aunque tú has muerto
todas mis ilusiones..." Es una obra proyecto de Calle 54 Records, con Fernando
Trueba al frente, lo que significa que es una historia de sentimientos
apasionados. Trueba ha dicho: "Es una extraordinaria amalgama en la que
la canción antillana suena a cante, y al revés", pero El
Cigala ha aclarado que sigue siendo flamenco, aunque los temas sean
boleros clásicos, con musicalización de genios como Caetano
Veloso y virtuosos como Paquito D'Rivera. "No sé cuántos
hijos se han hecho con Lágrimas negras, pero espero que sean
muchos."
Mientras Bebo habla, El Cigala parece chamaco inquieto.
Marca el ritmo con sus dedos en la mesa, canta una tonada. El cantaor aclaró
los comentarios contra su arte luego de un concierto reciente en Colombia.
Fue culpa del técnico de sonido, de audio. "Aquello sonó
como el culo. Vino un señor que se cargó en el concierto
que llevábamos un año preparando, con La Pasión
según San Mateo. Que no les vengan a contar vainas. Fue un colombiano
que no tenía ni puta idea de lo que es el flamenco ni una sinfónica.
Hacía tres meses que habíamos enviado el rider de
sonido. Hay una demanda y espero que le quiten su licencia."
Bebo: "Claro que habrá una segunda parte del disco
con El Cigala. Ya tenemos seis canciones. No las puedo decir. Es
secreto. Bueno, bueno, están Si tú supieras, Están
clavadas dos cruces y Un poco más".
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