México D.F. Jueves 22 de abril de 2004
Tel Aviv no logró quebrarme en prisión: Vanunu
Tras 18 años, liberan al físico israelí que reveló detalles del arsenal nuclear de su país
DPA, REUTERS, AFP Y THE INDEPENDENT
Ashkelon, Israel, 21 de abril. El científico Mordechai Vanunu se declaró "orgulloso y feliz" de haber revelado a la prensa los detalles del arsenal nuclear israelí y pidió inspecciones internacionales sobre este país, luego de haber sido puesto en libertad condicional este miércoles tras haber purgado una pena de 18 años de prisión por traición a la patria.
Con saludos y haciendo la "V" de la victoria, Vanunu atravesó la puerta de la prisión de Shikma, en Ashkelon, y en una declaración leída a la prensa, a pesar de las presiones de los agentes del Shin Bet (servicio israelí de seguridad interior), aseguró que Israel "no necesita el arma nuclear", especialmente ahora que Medio Oriente está libre de ese tipo de armamento.
Vanunu, de 49 años, pidió al gobierno israelí que abra el reactor nuclear de Dimona a los inspectores internacionales de armas.
Aseguró que "ya no posee más secretos", pese a que las autoridades israelíes justificaron las severas restricciones que le impusieron después de su liberación, con el argumento de que tiene "secretos de Estado" cuya divulgación "pondría en peligro la seguridad de Israel".
Vanunu, marroquí de nacimiento, fue puesto en libertad bajo condiciones muy estrictas: el físico no podrá abandonar el país durante un año, además de que en seis meses tiene prohibido acercarse a un puerto o a un aeropuerto; estas imposiciones son renovables.
También debe avisar a la policía sobre todos sus desplazamientos y tiene prohibido reunirse con extranjeros sin autorización oficial, para evitar que pueda revelar los secretos de los que presuntamente dispone.
Hasta ahora, Israel ha mantenido una "ambigüedad estratégica" sobre su programa nuclear, pues afirma que no será el primero en introducir armas de ese tipo en la región. Sin embargo, expertos militares extranjeros estiman que dispone de 100 a 200 ojivas.
Tel Aviv se ha negado a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear de Naciones Unidas y mantiene, por ello, su reactor de Dimona fuera del programa de inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica.
En 1986, Vanunu fue condenado en un juicio a puerta cerrada a 18 años de cárcel por "traición", debido a las informaciones que entregó sobre la central de Dimona -donde trabajaba- y sobre la producción de armas nucleares, así como por las fotos que vendió al diario británico Sunday Times.
Cuando fue despedido en 1985 de Dimona -donde ingresó en 1976-, oficialmente por recorte de presupuesto, viajó por todo el mundo y en 1986 una agente del servicio secreto israelí, el Mossad, lo atrajo de Londres a Roma, donde fue secuestrado y llevado a Israel para ser sometido a juicio luego de que reveló al periódico británico The Sunday Times detalles sobre el programa de armamentos nucleares de su país.
La conferencia de prensa del científico, que se extendió 15 minutos, fue un golpe para las autoridades israelíes, que le habían prohibido hablar con extranjeros y querían que su liberación fuese lo más discreta posible.
Vanunu denunció también las condiciones de detención a las que fue sometido en la prisión de Shikma; las calificó de "crueles y bárbaras", pero aseguró que "no lograron quebrarme".
Un grupo de simpatizantes, congregado frente a la cárcel de Ashkelon, exigió también la eliminación de armas nucleares y libertad plena para el físico, en tanto sus detractores, en especial extremistas de derecha, gritaron "šMuerte a Vanunu!" y "šMuerte al espía!"
El ex prisionero es odiado por una mayoría de israelíes que lo consideran traidor, pero muchos en el extranjero lo sienten héroe de la causa antinuclear.
Carmel Martin, uno de los 12 estadunidenses y británicos que simpatizan con él y que lo aguardaban fuera de la cárcel, señaló que Vanunu era el prisionero más importante desde Nelson Mandela.
En Londres, cinco pacifistas simpatizantes de Vanunu fueron arrestados tras lograr entrar a un centro de comando de alta seguridad del Ministerio de Defensa, para celebrar su liberación.
A pesar de estar confinado en la región de Tel Aviv, Vanunu se dirigió inmediatamente a la catedral San Jorge, en Jerusalén este. En virtud de la legislación de urgencia del mandato británico, que sigue vigente en Israel, el científico podría sufrir una detención administrativa por violar las restricciones.
El físico fue educado de niño en una escuela ultraortodoxa judía; sin embargo, se convirtió al cristianismo y cambió su nombre por el de John Crossman. Ahora Vanunu quiere vivir en Estados Unidos, lo que en lo inmediato le será imposible dadas las severas restricciones que le han impuesto las autoridades.
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