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México D.F. Martes 27 de abril de 2004
ENTREGA ILEGAL DEL PETROLEO
De
acuerdo con información publicada anteayer y ayer en estas páginas,
el gobierno de Vicente Fox ha propiciado -mediante los proyectos de infraestructura
productiva de largo plazo (Pidiregas) y los contratos de servicios múltiples
(CSM)- la incursión de empresas extranjeras en labores de prospección,
extracción y producción de petróleo, lo que se ha
llegado a constituir en una suerte de "Pemex paralelo". Sólo entre
noviembre del año pasado y febrero del presente, el Ejecutivo federal
otorgó cinco concesiones por un monto total de 4 mil 341 millones
de dólares para que corporativos trasnacionales exploten los hidrocarburos
de la cuenca de Burgos, situada en las regiones fronterizas de Nuevo León
y Tamaulipas con Estados Unidos.
Los contratos correspondientes comprometen nuestros recursos
naturales en esa zona en lo que queda de esta década y la siguiente,
dejan fuera de su tarea natural a Pemex Exploración y Producción
y marginan a los trabajadores petroleros sindicalizados de las tareas de
exploración, extracción y transporte; ponen en manos de las
trasnacionales información crítica y estratégica sobre
nuestros recursos naturales y vulneran la soberanía al sujetar al
gobierno al arbitrio de la Cámara de Comercio Internacional, con
sede en París, en caso de eventuales conflictos con las concesionarias.
De esta forma, el gobierno que encabeza Vicente Fox atropella
frontalmente la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que en el artículo 27 especifica: "Tratándose
del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos,
líquidos o gaseosos o de minerales radioactivos, no se otorgarán
concesiones ni contratos, ni subsistirán los que, en su caso, se
hayan otorgado y la nación llevará a cabo la explotación
de esos productos, en los términos que señale la ley reglamentaria
respectiva".
La ley reglamentaria vigente, promulgada en 1958, establece
en el artículo 2 que "sólo la nación podrá
llevar a cabo las distintas explotaciones de los hidrocarburos, que constituyen
la industria petrolera", definida en el artículo siguiente como
el conjunto de actividades relacionadas con "la exploración, la
explotación, la re- finación, el transporte, el almacenamiento,
la distribución y las ventas de primera mano del petróleo
y los productos que se obtengan de su refinación; la exploración,
la explotación, la elaboración y las ventas de primera mano
del gas, así como el transporte y el alma-cenamiento indispensables
y ne- cesarios para interconectar su explotación y elaboración,
y la elaboración, el transporte, el almacenamiento, la distribución
y las ventas de primera mano de aquellos derivados del petróleo
y del gas que sean susceptibles de servir como materias primas industriales
básicas y que constituyen petroquímicos básicos".
El actual gobierno ha porfiado en su empeño por
realizar reformas legales orientadas a permitir el ingreso de capitales
privados extranjeros en el sector energético en general y el petrolero
en particular. Tal empecinamiento, que evidencia la afiliación del
grupo gobernante a intereses privados extranjeros, podría expresar
al menos, como aspecto positivo, una convicción de respeto a las
leyes. Sin embargo, los CSM otorgados por el foxismo en los sectores petrolero
y eléctrico ponen de manifiesto que al actual Ejecutivo federal
lo tienen sin cuidado los preceptos constitucionales y la legislación
en general. Tarde o temprano, la nación habrá de demandar
a Vicente Fox y a sus colaboradores semejante atropello a la Carta Magna.
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